Expulsados del paraíso de forma incontestable (1-2). El derbi fue una ración de desolación. Solo figuró un escudo. La UD, a nivel futbolístico, no compareció como exige su grandeza y se limitó al coraje. Furia inagotable, entrega hasta el último minuto y un cierre de temporada doloroso. Caer como héroes, sí; pero inferiores a un CD Tenerife que supo plasmar su boceto táctico en todo momento. Es el fiel retrato de un proyecto con fisuras. La formación amarilla dijo adiós a la temporada de forma humillante. Sobraron arengas, faltó la contundencia en las áreas. 4-J, otra fecha para el horror y la infamia. Es como si hubiese sobrevolado la atmósfera del ‘Cordobazo’ (2014) por el Gran Canaria. Hasta que Jonathan Viera dejó de competir.

Viera con Pimienta, al término del encuentro ante el Tenerife. JUAN CASTRO

Sin el Mesías, no hubo solución ante la ecuación enemiga. La lesión del mediapunta puso el punto y final a una vuelta de las semifinales que se puso muy de cara para los tinerfeños ante casi 32.000 almas. Fue la eliminatoria de Enric Gallego. El delantero del ‘Tete’ fue una pesadilla y abrió la cuenta en el primer espasmo. Una mala salida de Álvaro Valles comenzó a dibujar una noche negra. Precisó del uso del VAR tras ser despejado el esférico sobre la línea de gol.

García Pimienta se dirige a Ultra Naciente. JUAN CASTRO

La fiesta fue chicharrera en el partenón del Siete Palmas y solo cabe reconocerlo. Hay que quitarse el sombrero. El éxtasis del recinto capitalino fue total, una comunión desde la previa con el paso de la guagua por la calle Fondos de Segura. Los 31.502 fieles aportaron la nota de glamour.

Pero con el paso de los minutos, solo cabía reconocer la superioridad rival. Así se profanó el templo del Lamborghini. Los tantos de Enric Gallego (2) dejaron sin coartada a una UD carente de verticalidad y operatividad. Fue doloroso, traumático y casi humillante. Hubo escenas de botellazos y un comportamiento grotesco de una parte de la afición al filo del descanso.

Viera, ayer, tras la eliminación ante el Tenerife. JUAN CASTRO

Así es la vida. La UD de las once jornadas sin perder –el mejor final de la historia en Segunda– terminó de rodillas ante el Tenerife. A pesar de todo, la afición y el sector de Ultra Naciente despidió a sus gladiadores con una sonora ovación. Odas a Viera y a Pimienta. Cabreo de Jesé Rodríguez y lo que parece la primera baja de cara al nuevo proyecto. El presidente Miguel Ángel Ramírez debe tomar medidas para recuperar el criterio y el sentido competitivo.

Valles y Kirian, ayer, afectados tras la eliminación. JUAN CASTRO

El cuadro amarillo firmó un cierre ejemplar del curso. Once partidos sin perder. Pero llegó la promoción y faltó oxígeno. «El próximo año lo vamos a volver a intentar», repetía una y otra vez Viera. Comunión y reconciliación. La UD salió a por todas. Las apariciones de los laterales de los Lemos y Cardona conformaron la única alternativa con veneno. Se esperaba una salida en tromba del equipo amarillo, pero fue su rival el que entró mucho mejor al partido.

Kirian y Valles, abatidos, durante el acto final en el Gran Canaria. JUAN CASTRO

En una de sus aproximaciones, un envío de Corredera desde la derecha lo cabeceó Gallego adelantándose a un inerte Valles, y el cuero acabó entrando en la portería, después de que Navas intentase sacarlo. El VAR concedió el tanto. Un tiro de Moleiro y un cabezazo de Rober, ambos congelados por Soriano, fueron los primeros arrebatos de la bestia.

Cae Viera cerca del área y remate de Kirian de cabeza (28’). En ese goteo de méritos, la UD se despertó sin encontrar la manera de mostrar su superioridad. Una falta de Viera desde la frontal y nuevo derribo de Moleiro tras ser arrollado por Moore. Lo del arbitraje fue bochornoso. Amarilla para Viera en su primera infracción. La falta de criterio del colegiado quedó en un segundo plano. En el 42’ se hizo el silencio. Abocados al abismo por la retirada de Viera por una lesión en el isquio.

Ander González Esteban le perdona la segunda amarilla a Aitor Sanz y luego decreta pena máxima por un codazo de Navas sobre Mollejo. El exdelantero de Osasuna logró el 0-2. Lluvia de botellas y un aficionado retirado por la Policía. Pimienta, por fin, activó la maquinaria. A la entrada de Maikel Mesa por el Mesías, cabe añadir la marcha de Jesé Rodríguez en el descanso por Benito. Luego rajó. Sonó a despedida. Llegaron los mejores minutos de Alberto Moleiro.

Lo demás fue un ejercicio eterno de frustración. Benito le puso la dosis precisa de verticalidad. Desde el orden y la pausa que faltó en el primer acto, llegó el 1-2 de Curbelo con un cabezazo. Mujica y Pejiño aumentaron la variantes de un Pimienta que estuvo auxiliado por Viera en la banda. Es otra de las imágenes de la temporada. El Tenerife se empeñó en perder tiempo y se coló en la final porque fue superior en los dos partidos.

Ovación, aplausos y reconocimiento de la grada a un cuadro amarillo que saltó por los aires por el dolor. Acostumbrados a la agonía, en la semana grande, la disciplina de Aitor Sanz y la entereza de Gallego fue oro puro. La UD compitió hasta que duró el músculo de Viera. Luego, un ejercicio de fe. Eliminados. Fiesta chicharrera. Toca hacer autocrítica y no nadar en la pleitesía.

Ficha técnica: 

UD Las Palmas: Álvaro Valles; Álvaro Lemos, Eric Curbelo, Raúl Navas (Alex Suárez, 71') Cardona; Nuke Mfulu; Alberto Moleiro (Pejiño, 73') , Kirian Rodríguez, Jonathan Viera (Maikel Mesa, 42'), Rober González ( Rafa Mujica, 65'); y Jesé Rodríguez (Benito Ramírez, 46').    

CD Tenerife: Juan Soriano; Moore, Sergio González, León, Mellot; Bermejo (Pomares, 60'), Corredera (Sipcic, 80'), Aitor Sanz,  Mollejo (Elady, 77'); Mario (Andrés, 60') y Enric Gallego (Míchel, 81'). 

Goles: 0-1, min. 4: Enric Gallego. 0-2, min. 45+6: Enric Gallego. 1-2, min. 71: Eric Curbelo.  

Árbitro: González Esteban. Amonestó a Jonathan Viera (31') y a Raúl Navas (50'). Por parte del Tenerife, vieron la amarilla Aitor Sanz (21') y Enric Gallego (72'). 

Incidencias: Estadio de Gran Canaria, 31.502 espectadores. Se rindió homenaje a Kirian Rodríguez y a Benito Ramírez por sus cien partidos con la UD Las Palmas.