Maikel Mesa vuelve a la Isla como puntal del Albacete

Se marchó definitivamente, después de una cesión y varios intentos del club de quitárselo de encima, el verano pasado. La UD Las Palmas había empezado ya la pretemporada y se encontraba en Marbella con motivo de su stage cuando Maikel Mesa abandonó la concentración para marcharse al Albacete Balompié, esta vez después de rescindir su contrato con la entidad amarilla. Ponía fin así a cuatro temporadas en Gran Canaria en las que apenas dejó huella sobre el terreno de juego, aunque sí en la grada: el beso del tinerfeño al escudo cada vez que marcaba un gol caló en buena parte de la afición.

Hoy, meses después de su marcha, es una de las referencias del Alba, rival del cuadro amarillo el próximo domingo (20.00 horas) en el penúltimo partido de la primera vuelta. Ya había jugado en el equipo castellano-manchego en la segunda mitad del curso 2019-20 porque Pepe Mel lo descartó, y de alguna manera, aquel paso sirvió al lagunero para adaptarse muy pronto a su nuevo equipo.

Fichado en 2018, contribuyó con una rebaja salarial, pero el club siempre quiso su marcha

Maikel es un fijo para Rubén Albés –exentrenador del Burgos–, que lo puso como titular siempre que estuvo disponible, en 18 de los 19 partidos disputados hasta el momento. Sólo se perdió uno, por sanción, pero en el resto tuvo protagonismo, y casi siempre con la disputa de los 90 minutos, como el martes pasado en el empate ante el Zaragoza (0-0). En sistema 4-3-3, actúa como interior derecho, y eso supone una gran diferencia con respecto a su paso por Gran Canaria, porque nadie tuvo claro al 100% de qué jugaba.

Los diferentes entrenadores que tuvo le pusieron en el mediocentro, en el interior, en la mediapunta, en la banda e incluso en la delantera, sin ir más lejos, Xavi García Pimienta en los dos partidos de las semifinales del último playoff frente al CD Tenerife –en ambas ocasiones salió desde el banquillo en busca de una solución a la ausencia de Sadiku por lesión–. Nunca encontró su sitio.

Tira y afloja

Su alto salario, además, tampoco ayudaba, toda vez que el club siempre quiso quitárselo de encima cuando comprobó que su apuesta de fiar todo al ascenso nada más bajar de categoría, con fichajes y fichas elevadas, y además con varios años de contrato, salió rana. La mayoría de esos futbolistas se marcharon al curso siguiente –como Fidel, Cala y Timor–, pero Maikel se bajó el sueldo y se quedó –como Lemos y Rubén Castro, entre otros–.

Sin embargo, como no contaba para Mel, la UD pretendió convencerle de que buscara una salida, cosa a la que Maikel se negó siempre después de haber aceptado la primera cesión al Albacete, la última vez, en el mercado de invierno del curso pasado.

En el cuadro de Rubén Albés ha sido titular en todos los partidos menos uno, y lleva cuatro goles

Finalmente se marchó –con 71 partidos y ocho goles– no sin cierto dolor en su interior por lo que considera un trato injusto de la UD hacia su persona, respetada en el vestuario –era capitán–, por haber ayudado en todo momento al club. Ahora vive una nueva etapa en un equipo en el que es protagonista y suma cuatro goles. Y es una amenaza.

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