Jonathan Viera: La segunda estrella del Mesías

El capitán de la UD repite la gloria de 2015 y lo hace como líder absoluto del proyecto | Hereda la mística de Valerón

Jonathan Viera

Jonathan Viera / LP/DLP

Paco Cabrera

Paco Cabrera

La segunda estrella del Mesías. El Steven Spielberg del séptimo vuelo hacia la eternidad de la UD Las Palmas. El ‘21’ es el autor ideológico de este ascenso. Una conquista que se forjó con un micrófono. El valor de la palabra. Jonathan Viera Ramos (Las Palmas de Gran Canaria, 33 años) conquista su segundo vuelo a Primera de amarillo y lo hace en como capitán, estandarte mediático del proyecto, padre de la caseta y el último embajador del fútbol de la calle. Acapara todas las luces y duerme con la presión. Lo hace con el dorsal que portaba Juan Carlos Valerón Santana en 2015, la penúltima toma del cielo y el lucía brazalete David García Santana. Solo le falta besar la gloria como máximo responsable técnico y lo tiene apuntado en su libreta de retos.

Si en la 2014-15 llegó en el mercado invernal y con el paso de los meses se apropió del GPS ofensivo del cuadro de Paco Herrera, en esta ocasión regresó de China en propiedad en su cuarto periplo de amarillo. Se trata del activo de más talento y carisma que ha fabricado la factoría de Siete Palmas en este siglo. Para encontrar un futbolista que festeje su segundo ascenso a Primera con el club grancanario hay que remontarse a 1954 –el segundo de la historia del club de Pío XII en 74 años de existencia–. Beltrán, Juanono, Castañares o Peña figuraron en el primero de la campaña 1950-51 y luego repitieron en el segundo vuelo en ese Binter de la gloria de la 1953-54. Ahora, recoge el testigo JV-21, que jugó de inicio en la vuelta de la final del playoff del mágico 21 de junio de 2015 ante el Real Zaragoza en el Gran Canaria (2-0). Dejó otra frase para la posteridad. «¡Ahora sí carajo, ahora sí podemos salir de fiesta!»

21 partidos y siete goles hace ocho años. Seis dianas en los dos últimos meses. Esperó el momento preciso para compartir con Sergio Ezequiel Araujo la condición de autor ideológico de la gloria. En esta edición liguera con elevados contratiempos por culpa de las lesiones, Viera ha sabido reciclarse. Escuchar su cuerpo. Se ha perdido diez jornadas por problemas físicos, pero su liderazgo y capacidad de mando no ha estado sujeta a dudas. En plena sintonía con Pimienta, el vestuario ha crecido con los consejos y la experiencia de este Cid Campeador de gofio.

Icono de mando en el verde y figura de máximo rango en los minutos que ha tenido que figurar en el banquillo, como quedó patente en el tramo final del dramático UD-Villarreal CF B –en la antepenúltima jornada y con el (1-1) en el marcador electrónico–. Toda la presión ha recaído en la figura del Maradona de La Feria, el más veterano de la caseta (33 años) junto al central brasileño Sidnei Rechel.

Como prueba irrefutable del relevo generacional, Viera hizo de Valerón –el Flaco era el más curtido de 2015 con 40 años en el vestuario de Paco Herrera– y como vínculo directo con la liga de las estrellas con 135 duelos en Primera. Si hace años, el internacional llegó de Bélgica en calidad de cedido con un desafiante «vengo para subir», en esta ocasión, cabe remontarse a febrero de 2018 y en su histórica venta al Beijing de la Superliga de China por 22 millones. «Me tenía que haber marchado con él», llegó a valorar Paco Jémez, el máximo responsable técnico de la UD en 2018. Sin el genio del caño eterno, Las Palmas fue carne de descenso con cifras humillantes (cinco victorias en 38 fechas ligueras y 74 goles en contra).

Cuando la UD ponía rumbo a Segunda bajo el apocalipsis Emenike, Viera hizo las maletas. Regresó por tres meses, para compartir mesa con Pedri, en la 2019-20 y antes de la pandemia –diez goles en trece encuentros–. Y de nuevo rumbo a Pekín. Pero el 27 de agosto fue presentado por tercera ocasión de amarillo. En el Estadio de Gran Canaria, con el micrófono, fue categórico. «Les debo una y es el ascenso», aseveró el 27 de agosto en el volcán de Siete Palmas. Llevó a Las Palmas a una promoción de ascenso siete campañas después y cayó ante el Tenerife en el ‘veo mucha fiesta aquí’ –4 de junio de 2022–. Pero a la segunda, cicatriza una herida y lo hace de la forma más hermosa: entrando en la historia y con su segundo vuelo al ‘planeta Pedri’.

Entrenador y presidente. El Mesías puede hacer lo que quiera. En la alta competición, la opción de ver en acción a la doble ‘V’, junto a Vitolo, saltó por los aires por los continuos problemas musculares del internacional y rey de copas –cuatro Ligas Europas, una Supercopa de Europa y una Liga–. El ‘7’, su hermano deportivo, acabó en el quirófano para una reconstrucción completa de la rodilla en su año más negro. Parte de esta gloria, va para el gladiador de oro. «También se lo merece». Con Sandro estableció una conexión mágica en el tramo final, que guarda un paralelismo de acero con la sociedad generada en el mágico 21-J con Araujo (acabó pichichi con 25 goles). Viera fue el corazón y el portavoz de una caseta que padeció un desgaste emocional brutal. Un infierno. Siempre con el cartel de ‘rival a batir’. «Resultó agotador, hemos sufrido como perros», realza un legionario de Pimienta.

Viera es el espejo en el que se mira un vestuario sediento de gloria. De Kirian a Moleiro. Otro ascenso para elevar a los altares a este artista irrepetible. De la calle a la Selección. «Me iré cuando deje de divertirme». Con tres años más de contrato, su sangre es amarilla. La Unión Deportiva Viera vuelve a su hábitat natural: la excelencia.

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