¡Bronceado perfecto sin riesgos! Domina el arte de aplicar protector solar con color

El verano es una época ideal para disfrutar del sol y el aire libre. Sin embargo, es importante proteger nuestra piel de los rayos UV, que pueden causar daños graves como quemaduras, manchas y envejecimiento prematuro. Para ello, el protector solar es una herramienta indispensable.

El protector solar con color es una opción ideal para aquellas personas que buscan, además de protección, unificar el tono de piel y lucir un efecto buena cara. No obstante, si optar por el protector solar con color tienes que seguir una serie de recomendaciones para que su aplicación sea efectiva.

¿Cómo elegir el protector solar con color adecuado para ti?

A la hora de elegir un protector solar con color, es importante tener en cuenta tu tipo de piel y tu tono de piel.

Tipo de piel:

• Piel grasa: un protector solar con color oil-free, que no obstruya los poros.
• Piel seca: protector solar con color hidratante, que aporte a tu piel la hidratación que necesita.
• Piel sensible: con color hipoalergénico, que no irrite tu piel.

Tono de piel:

• Piel clara: elige un protector solar con color con un tono claro o medio.
• Piel media: es mejor un protector solar con color con un tono medio o bronceado.
• Piel oscura: el tono es bronceado oscuro o extra oscuro.

¿Cómo aplicar el protector solar con color?

La exposición al Sol sin protección puede tener graves consecuencias para nuestra piel. Los rayos UV del sol pueden penetrar en las capas más profundas de la piel y causar daños en el ADN, lo que puede conducir a: quemaduras, manchas y envejecimiento de la piel. Para evitar que la piel sufra, hay que aplicar una cantidad suficiente de protector solar aunque tenga color. Los dermatólogos recomiendan extender el dedo índice y corazón en forma de V y colocar el producto encima de ambos dedos. Esa será la cantidad ideal para el rostro. Además, no hay que olvidarse ni de las orejas ni del cuello.

Aunque el protector solar tenga color, hay que reaplicarlo cada dos horas para evitar que pierda efectividad.