La cosmética antiedad se ha convertido en la herramienta más democrática que ralentiza el reloj biológico, gracias a la investigación y el desarrollo de nuevas fórmulas. Sólo en España se abre un abanico de 450 productos, testados para todo tipo de pieles y pensados para todos los bolsillos.

"Hay que acercarse a la cosmética antienvejecimiento muy confiados, sin miedo", ha dicho la directora de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), Val Díez, una de las asistentes al primer desayuno informativo "Conversaciones con la belleza", organizado por Efe Estilo.

Es más, "la seguridad y la eficacia de los cosméticos antiedad están garantizadas. Todos sus ingredientes llevan un control de calidad exhaustivo, avalado por las autoridades sanitarias de la UE", explica Carmen Esteban, directora científica de Stanpa.

Esteban puntualiza que las compañías que comercializan cremas antiarrugas llevan a cabo "ensayos de eficacia con arreglo a ensayos normalizados, existiendo equipos y tecnologías suficientes para demostrar la acción reivindicada por los productos, tal y como exige la ley".

Según la dermatóloga Elia Roó, la efectividad del producto no está siempre relacionada con el precio y, en este sentido, justifica el alto coste de algunas fórmulas por la inversión en tecnología e investigación, en las que intervienen biólogos, químicos y matemáticos.

Una inversión que se rentabiliza. Con el tiempo, "esas fórmulas ceden el paso a otras líneas cosméticas más económicas", explica la directora científica y técnica de L'Oréal España, Cristina Biurrun.

Al hilo de la información difundida por la OCU a partir de los resultados de un estudio que analiza 14 cremas antiarrugas y que pone en duda la eficacia de estos productos, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) defiende la "eficacia" de estos cosméticos, así como "la rigurosidad con la que las compañías los elaboran y ponen en el mercado".

Según Stanpa, los análisis de los productos cosméticos, que hacen laboratorios independientes, son "muy rigurosos", por lo que los consumidores "pueden confiar" en su eficacia.

"El ser humano está diseñado para envejecer", asegura la dermatóloga Roó. Un proceso biológico en el que, además de intervenir el factor genético, influyen los ambientales y los hábitos de vida poco saludables, responsables de acelerar el envejecimiento.

Lo ideal es envejecer con dignidad

El espejo es el termómetro que delata el estado de la piel. "Aunque muchos desean la eterna juventud, lo ideal es envejecer con dignidad; eso sí, con matices y recurriendo a las bondades de la cosmética para difuminar arrugas o potenciar la luminosidad", expresa la directora de Investigación y Desarrollo de los laboratorios Alter, Marisa Crespo Arcilla.

Tras ese examen ante el espejo, no hay frivolidad sino salud. "La piel es nuestro órgano protector. Sentirnos bien ayuda a mejorar el confort de la piel y favorece el bienestar emocional", asegura Biurrun.

Si hace años el retinol, el colágeno y el ácido hialurónico eran los soldados que combatían el envejecimiento, "hoy los laboratorios trabajan en la combinación de estos mismos principios activos, pero con un matiz, reducir su tamaño molecular para que el producto penetre mejor en la piel", detalla la investigadora Crespo.

Los laboratorios, en ocasiones en colaboración con las universidades, se afanan en lograr las fórmulas de futuro que satisfagan las necesidades de los consumidores, "quienes saben perfectamente lo que desean y buscan la eficacia de cada fórmula", explica la directora de Investigación de L'Oréal España, Biurrun.

Teniendo en cuenta que la piel tiene memoria, su cuidado y mimo requiere mucha constancia. La limpieza y la hidratación diaria, mañana y noche, la exfoliación semanal y una protección solar inteligente son los principales mandamientos.

Postulados que se deben cumplir con rigor hasta que la propia dermis pida productos con etiqueta "antiedad", una demanda que sobre todo dependerá de la genética, la gesticulación facial y la agresión solar y medioambiental.

Las necesidades de la piel evolucionan

La prevención, la protección y la corrección determinan la salud de la dermis. A medida que se cumplen años, la piel evoluciona y demanda nuevos nutrientes que se adecúen a su estado.

"No es recomendable utilizar la misma crema a los 30, los 40 y a los 60. La evolución de la piel y sus necesidades conducen a la inevitable infidelidad cosmética", advierte la dermatóloga.

Si solo se habla de belleza, "a los hombres y las mujeres españolas lo que más les preocupa es el cuidado de la piel del rostro", detalla Carmen Esteban, quien asegura que esta prioridad sobre la piel se antepone al uso del maquillaje y del perfume, con una cifra de consumo de hidratantes que alcanza los 1.760 millones de euros.

Y esos buenos hábitos, junto con el prestigio y la calidad de la cosmética nacional, "nos ha llevado a alzarnos al sexto lugar en el 'ranking' mundial en la exportación de productos", concluye la directora de Stanpa.