Parlamento de Canarias | A vista de guirre

Yira, yira…

Nira Fierro siempre presta a subirse en cualquier cajón para ganar unos centímetros de estatura histórica

Es curioso, ¿por qué no es Jana González la directora general del Instituto de Igualdad? 

La presidenta del Grupo Socialista, Nira Fierro, habla con el nacionalista Francisco Linares.

La presidenta del Grupo Socialista, Nira Fierro, habla con el nacionalista Francisco Linares. / Andrés Gutiérrez

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

Ayer el presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, había cerrado dos entrevistas con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, lo que había comunicado la pasada semana a la Mesa del Parlamento, para retrasar hasta el miércoles las preguntas que tendrán a bien hacerle sus señorías. Supuestamente el Parlamento es el corazón mismo del sistema democrático, pero cuando el presidente del Gobierno no asiste, se deshincha. Las expectativas, no el presidente. Porque lo más lucido, aunque no siempre lo más lúcido, son las preguntas al jefe de Gobierno. Quedaron, eso sí, algunas preguntas al vicepresidente y consejero de Economía, Manuel Domínguez, que se deshizo rápidamente de las mismas. Últimamente Domínguez parece tener prisa y se distrae algo menos en demonizar al PSOE, porque Koldo ya aparecía pintado en las cuevas de Altamira. En fin, la presidenta del grupo socialista, Nira Fierro, siempre presta a subirse en cualquier cajón para ganar unos centímetros de estatura histórica, pidió al Ejecutivo que escuche las reivindicaciones de la ciudadanía, es decir, a los manifestantes del próximo día 20. Como una cebolla estas declaraciones tienen tantas capas. ¿Los manifestantes son la ciudadanía? ¿Escucharles quiere decir hacerles caso? ¿Cree la señora Fierro que la manifestación va contra el Gobierno de CC y PP y que si el PSOE continuara en el Gobierno canario no se celebraría? ¿Por qué reclama ahora una tasa medioambiental que se negaron a crea y aplicar durante cuatro años? Será interesante comprobar si los socialistas participarán en la convocatoria. Román Rodríguez, feliz como un chiquillo que tiene una oportunidad de salir en la calle, ha anunciado que asistirá. Como mínimo, será divertido. Al otro extremo de la tribuna de prensa estaba sentada una periodista jovencita que me miró con lástima y se marchó enseguida, como quien salta del Titanic. El cronista se quedó triste, solitario y final, y descubrió de repente, después de tanto tiempo, cuál era la banda sonora de los plenos parlamentarios: los tangos.   

Verás que todo es mentira

Verás que nada es amor

Que al mundo nada le importa

Yira... yira...

Francisco Linares preguntó por el puerto del Puerto de la Cruz, que es como preguntar por un truco de David Coperfield cuando el mago se emborracha, y otro diputado de CC, Jonathan Martín Fumero, metió el dedo en la llaga de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que ha anulado (glub) la adjudicación de las obra del tramo del Anillo Insular de Tenerife entre Santiago del Teide y El Tanque. La obra había sido adjudicada correctamente -según establece ahora el TSJC - por la Consejería de Obras Públicas dirigida por Pablo Rodríguez en 2019, pero la UT perdedora interpuso un recurso «irregularmente tramitado» y lo ganó en los primeros meses de Sebastián Franquis como consejero. El Gobierno puede verse en la tesitura de pagar una indemnización y un lucro cesante a las empresas inicialmente ganadoras de varios cientos de millones de euros. Es un asunto que tiene envenenado a la mitad del Consejo de Gobierno y aterrorizado a la otra mitad. Ayer fue aludido varias veces, sin citar su nombre, a Conrado Domínguez, que ejercía, cuando se produjo la readjudicación de la obra - no ajustada a Derecho - como secretario general técnico de la Consejería de Obras Públicas. Citar a Domínguez, si siquiera indirectamente, es como mencionar a Belcebú en una sacristía. Después llegó Casimiro Curbelo, con una corbata roja que le caía como una casacada sobre la panza, que le preguntó a Nieves Lady Barreto, consejera de Presidencia, por la simplificación de los procedimientos administrativos en el Gobierno, y Barreto, que es palmera, le contestó con un jeroglífico incomprensible, demostrando paradójicamente la pertinencia de la pregunta del sumo sacerdote de la Agrupación Socialista Gomera. La socialista Alicia Pérez Hernández se empleó a fondo para dibujar la pérdida de importancia política y presupuestaria de la I+D+i pero fue inútil, porque la consejera de Ciencia, Migdalia Machín, tiene una habilidad innata para no responder a nada, con un control de la respiración realmente admirable. Lo mismo ocurrió cuando la señora López Landi le preguntó cuándo estarán formados los 121.345.080 medio comités y comisiones que prevé la Ley del Sistema Público de Cultura Canaria. La verdad es que se me antoja incomprensible que la mayoría parlamentaria no tire a la basura ese engendro legislativo, perfectamente inútil.

Después llegaron una ristra de comparecencias virtualmente irrelevantes entre las cuales solo destacó una parlamentariamente: la de la consejera de Bienestar Social e Igualdad, Candelaria Delgado, para abordar el aumento de violencias sexuales, a solicitud de la diputada nacionalista Jana González Alonso. La señora González Alonso, que cumple ahora su segunda legislatura, hizo el mejor discurso de todos sus años en el Parlamento, acertando especialmente en su segunda intervención: con los datos precisos, con un relato imbuido en un dramatismo sereno, realista y exigente, indignado y sobrio, expuso mejor la situación de la violencia contra la mujer que la propia consejera, que terminó dibujando un cuadro angustioso en la que una sociedad parece dispuesta a retroceder treinta años en lo que se refiere a la libertad y la autonomía de más del 50% de la población. ¿Cómo soportar esto democrática y éticamente? Elena Máñez, que caracterizó la pornografía como «la marca blanca de la prostitución», enriqueció el debate, aunque se refirió al objetivo de «prohibir la prostitución» que se ha marcado el Gobierno de Pedro Sánchez. Después de decenas de experiencias históricas en variados regímenes políticos ninguna autoridad pública ha podido prohibir la prostitución. Tampoco lo ha hecho ninguna iglesia o movimiento religioso. Es curioso, ¿Por qué no es Jana González la directora general del Instituto de Igualdad? Ah, los misterios de la política, que yira, yira…  

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