Canarias se salva del ‘borrado’ de Sánchez a sus planes autonómicos

El contexto político dinamita la agenda prometida por el presidente a las comunidades autónomas para la primera parte de la legislatura

Las Islas, único territorio, junto al País Vasco, que mantiene negociaciones bilaterales abiertas con el Estado

Pedro Sánchez junto a Fernando Clavijo el pasado verano en una visita a Tenerife tras los incendios forestales

Pedro Sánchez junto a Fernando Clavijo el pasado verano en una visita a Tenerife tras los incendios forestales / Efe

Joaquín Anastasio

Joaquín Anastasio

Poco o nada queda a estas alturas de los planes autonómicos previstos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su discurso de investidura el pasado mes de noviembre o apuntado de una u otra manera desde entonces con el conjunto de comunidades autónomas. La agenda territorial del jefe del Ejecutivo ha quedado prácticamente enterrada por el contexto político de los últimos meses, y la polarización entre formaciones y la falta de diálogo entre el Gobierno central y la mayoría de los gobiernos regionales hace inviable, por ahora, construir un mínimo ambiente colaborativo.

El ciclo electoral de este tramo del año, abierto con las gallegas el pasado 18 de febrero, seguido de las vascas el 21 de abril y las catalanas el 12 de mayo, y que se cerrará con las europeas del 9 de junio, inciden aún más en el parón de los asuntos autonómicos. Para más inri, el amago de dimisión de Sánchez de hace casi dos semanas aumentó la incertidumbre y alejó toda posibilidad de acuerdos transversales necesarios para abordarlos y desarrollarlos. El distanciamiento del Gobierno central en sus seis primeros meses de andadura (aunque camino ya del año desde las elecciones generales del 23-J) respecto del programa inicial en materia autonómica es abrumador, y las relaciones entre el Ejecutivo y los gobiernos regionales prácticamente inexistente. Sánchez, además, mantiene aplazada ‘sine die’ una nueva convocatoria de la Conferencia de Presidentes, en todo caso hasta después del 9-J, y no ha recibido en Moncloa a ningún presidente autonómico desde mucho antes de las elecciones autonómicas de mayo de 2023.

Hay, sin embargo, alguna excepción en este panorama general de bloqueo del diálogo entre el Estado y los gobiernos regionales como son los casos de País Vasco y, fundamentalmente, Canarias. Con la comunidad vasca, donde el PNV y el PSOE han gobernado en coalición y todo parece indicar que lo seguirán haciendo tras los resultados de las últimas elecciones, sí se ha mantenido una línea abierta sobre todo para formalizar una serie de traspasos comprometidos en la pasada legislatura y otros en la última investidura de Sánchez. Con Cataluña, con cuyo presidente se ha visto varias veces en territorio catalán, hay una agenda muy centrada en la ley de amnistía, y un traspaso de ‘rodalíes’ sin concretar. Canarias, sin embargo, sí constituye la gran excepción respecto del ‘borrado’ practicado por el jefe el Ejecutivo central a todo su programa autonómico para la primera parte de la legislatura.

Aunque obviamente el Archipiélago también se ve afectado por ese bloqueo general de la agenda territorial y en cuestiones como la reforma del sistema de financiación autonómica, desde el inicio de la legislatura ambas administraciones mantienen abiertas negociaciones de muy distinta naturaleza, y con diferentes resultados por ahora según los casos, que hacen del caso canario un ejemplo de singular relación con el Gobierno. Pese a que el último encuentro en Moncloa de Sánchez con un presidente canario data de julio de 2018, con Fernando Clavijo en la antepasada legislatura, es decir, antes de la llegada a la Presidencia del socialista Ángel Víctor Torres en 2019, sí se han producido diferentes encuentros durante las numerosas visitas del jefe del Ejecutivo estatal a las Islas en los últimos años, tanto en la etapa del anterior presidente autonómico socialista, como en la actual del mandatario nacionalista.

La firma del acuerdo entre el PSOE y CC en el Congreso al inicio de la actual legislatura estatal sobre la llamada agenda canaria es la razón de que Canarias esté salvando algo más que los muebles en ese parón gubernamental de su anunciado programa autonómico. Por el momento no hay horizonte ni para la reforma del sistema de financiación, sobre la que en el acuerdo con CC se señala que deberá recoger un mayor peso la insularidad y los parámetros de pobreza, además de una separación absoluta de los recursos del REF. Ni para otro de los debates autonómicos de los últimos meses como es la condonación de la deuda a las comunidades autónomas como consecuencia del compromiso entre el PSOE y ERC para hacerlo en Cataluña, un asunto sobre el que todo el resto de gobiernos regionales exigieron un tratamiento similar y para el que reclamaron una cumbre de presidentes. También estaban en agenda temas como las balanzas fiscales, la ley del suelo, la ley antitabaco y otros proyectos legislativos del Ejecutivo central cuya repercusión en los territorios obligaba a un acuerdo entre el Estado y las comunidades autónomas.

Una de las reformas en marcha que parte precisamente de Canarias, pero que afecta a todos los territorios del Estado es la del artículo 35 de la ley de Extranjería para el reparto obligatorio de los menores migrantes no acompañados que lleguen a las Islas u otras comunidades frontera. Es uno de los temas claves de las actuales relaciones entre los gobiernos central y canario, pero sobre el que hay más dudas que certezas respecto a cómo va a ser acogido por el resto de gobiernos regionales. El marco competencial autonómico dificulta el encaje, pero sobre todo se quiere buscar un consenso previo para evitar recursos de inconstitucionalidad de los Ejecutivos en los que el PP gobierna con Vox. Hace falta además el apoyo parlamentario de los populares en las Cortes, lo que augura una tramitación muy complicada teniendo en cuenta todas estas circunstancias, incluida la supuesta cesión de la gestión de la inmigración a Cataluña según acuerdo parlamentario entre el PSOE y Junts.

Menores migrantes rescatados en una embarcación junto a las Islas

Menores migrantes rescatados en una embarcación junto a las Islas / Carlos de Saá/Efe

En todo este marco de incertidumbre política y de parón de los asuntos territoriales, Canarias está tratando de avanzar en sus acuerdos con el Gobierno central y ha logrado que se le mantenga una permanente puerta abierta de contactos y negociaciones pese a las dificultades e incluso a los desencuentros surgidos entre ambas administraciones. El pleito por el alcance del traspaso a Canarias de la gestión del litoral, que parece destinado a resolverse en el Tribunal Constitucional, es el punto más caliente, pero no está afectando a otros temas sobre los que ambas partes pretenden pactos operativos incluso en un contexto tan complejo como el de no tener nuevos presupuestos estatales.

La renuncia de Sánchez a presentar el proyecto de nuevas cuentas para este año dificulta el cumplimiento de la agenda canaria en sus aspectos esenciales como la inversión y la actualización de los convenios de infraestructuras, pero el Estado se ha comprometido a salvar todo lo que sea posible y a compensar en el futuro elementos que no se hayan podido cubrir en el primer año de legislatura. Mientras tanto, tanto la parte nacionalista del Gobierno regional como CC mantienen su hoja de ruta política, que incluye el apoyo a Sánchez y su Ejecutivo en el Congreso, conscientes de que no hay otra vía de cumplimiento de la agenda canaria, máxime en un marco de invalidación de los planes autonómicos de Moncloa.

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