¿Hay que tener miedo por la inestabilidad de China?

No, se ha exagerado indebidamente. China tiene un PIB mayor que el de EEUU medido en poder adquisitivo, pero no puede seguir creciendo indefinidamente a un ritmo de dos dígitos. Pasar del 14% que llegó a tener al actual 6,5% o 7% nosotros lo llamamos desaceleración, pero ellos lo califican como normalización, y tienen razón.

La inversión se ha frenado.

Claro. Esos grandes crecimientos que se anotaron estaban protagonizados por grandísimas inversiones que no siempre fueron adecuadas, los activos resultantes no son suficientemente rentables: autopistas, trenes rápidos. Además, están alcanzando su tope tecnológico.

¿A qué se refiere?

Sustituir máquinas manuales por automáticas incrementaba los rendimientos de un sector en un 300%, lo que ayudaba en gran medida a alcanzar ese 14% en el conjunto de la economía. Ahora el nivel de tecnologización ya es alto, por lo que no puede contarse con ese impulso.

¿Y qué pasa con su deuda?

Hay demasiada y parte de ella es dudosa para los bancos. Hay provincias que se han pasado de rosca y hay que reconducirlas, pero China va a seguir creciendo entre el 6% y el 7%. Insisto en que el ajuste es razonable, pero pasar de los crecimientos que tenía a los actuales hace que se resientan los mercados de materias primas, de alimentos, etcétera, y que bajen sus precios. Se nota en Brasil, en Argentina, en Australia, países suministradores de materias primas y energía.

Ya que le preguntaba por la deuda china, ¿la española es sostenible?

Las memorias de entendimiento que se firmaron con la troika en tiempos y que todavía tienen una serie de objetivos por cumplir, empezando por el déficit, obligan a controlar la deuda pública, que está ahora prácticamente en el 100% del PIB. Podría empezar a disminuir este año, pero lo importante es que el manejo de esa deuda ahora es razonablemente barato. En 2007, el coste de la deuda era del 4,5%, ahora estamos en poco más del 1%, a corto plazo tiene intereses negativos y, en el largo, en algo más del 1%. Lo que se planteará a largo plazo en Europa es una reestructuración de la deuda.

(Entrevista completa en la edición impresa de LA PROVINCIA de este viernes)