El yacimiento arqueológico del Maipés de Agaete se complementará con la Casa del Café, a inaugurar el próximo verano, y con un centro de interpretación del tsunami que alcanzó al Valle de Agaete hace 800.000 años y cuyas huellas son visibles en los alrededores del propio yacimiento, según anunciaron ayer el consejero insular de Cultura, Larry Álvarez, y la alcaldesa accidental de Agaete, María del Carmen Rosario.

El Maipés se abre al público de forma definitiva tras una década de trabajos, actos de vandalismo, más de un millón de euros de inversión y varias trifulcas políticas entre el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de la localidad. Superadas todas esas vicisitudes, el cementerio de los antiguos isleños se puede recorrer a partir de ahora al precio de tres euros en tarifa normal y dos euros en la reducida, con una entrada que permite el acceso al recinto durante un año completo para promocionar las visitas de los grancanarios y de los miles de turistas que pasan por Agaete.

La empresa Arqueocanaria, adjudicataria de las obras y de la gestión del yacimiento en el futuro, ya ha restaurado medio centenar de construcciones funerarias, algunas de las cuales se pueden ver desde muy cerca. Hay registradas más de 650 túmulos en una superficie de 250.000 metros cuadrados, delimitadas por una pared y otras edificaciones cuya funcionalidad aún se está estudiando.

Volcanes

Valentín Barroso, responsable de Arqueocanaria, resaltó que el Maipés "va a ir más allá de lo meramente arqueológico porque los restos del tsunami son perfectamente visibles". Al respecto, señaló que el parque ofrece un lección completa de geología y botánica, con el cercano pinar de Tamadaba y "dos de los efectos más violentos y espectaculares de la naturaleza, los volcanes y los tsunamis.

Según las investigaciones de geólogos españoles y franceses, un desplome volcánico en la localidad tinerfeña de Güímar provocó un tsunami que alcanzó en quince minutos las costas de Gran Canaria y llegó a una altura de noventa metros. Según esos cálculos científicos, la ola subió tres kilómetros por el Valle en solo tres minutos. Las primeras teorías sobre ese fenómeno datan de 1934, al hallarse restos marinos en el interior del valle y se están confirmando con investigaciones del vulcanólogo José Carlos Carracedo. Las manchas blancas en las laderas que rodean el Maipés son una prueba.