Las aguas canarias albergan más de un tercio de las especies de cetáceos que hay en el mundo, lo que convierte al Archipiélago en un referente europeo en la actividad económica emergente de avistamientos. Así lo afirmó ayer Javier Zaera, especialista en el mercado canario de avistamientos, en el marco de las Jornadas sobre Cetáceos en Canarias organizadas por el colectivo Ben Magec-Ecologistas en Acción inauguradas en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

"En Canarias tenemos una diversidad impresionante de especies de cetáceos, más de una tercera parte de la diversidad mundial está representada en las islas, es algo casi único en el mundo", afirmó Zaera, que citó como ejemplo "los delfines comunes, mulares, moteados, listados, cachalotes, diferentes tipos de ballenas e incluso orcas, especies de zifios desconocidas para mucha gente... es una maravilla todo lo que hay", indicó Zaera.

El ponente comenzó su conferencia Avistamiento de cetáceos en Canarias como actividad turística sostenible. Pautas de identificación, con un vídeo sobre la mala praxis de un grupo de jóvenes persiguiendo en una lancha a un cachalote.

Dicho ejemplo sirvió para ilustrar la falta de controles que existe en esta actividad, algo que el experto considera una de las principales amenazas en la hegemonía de las Islas en el mercado europeo de avistamientos. "Canarias, a nivel europeo, no tiene competencia. La industria de avistamiento de cetáceos como actividad económica genera un potencial impresionante a nivel mundial. El Archipiélago podría ser el destino preferente e incluso casi único de toda Europa para esto", afirmó el ponente.

Zaera defendió este nicho de mercado como "una alternativa al sol y playa de toda la vida, una actividad que tiene que ver con la naturaleza, algo nuevo para mucha gente, y es algo que puede mover muchísimo turismo aquí, por lo que es necesario hacerlo bien, de una forma controlada y proyectar fuera".

Apuntó que para hacer sostenible dicha actividad económica es necesario incrementar los controles y actuar sobre la mala praxis, porque, advirtió, no todas las personas que ofertan dicha actividad tienen los permisos necesarios, ni la capacidad, ni los barcos para hacerlo en las condiciones necesarias.

"Lo más grave de todo, es que muchas veces ni siquiera lo hacen, se limitan a llevar al turista con el barco, de un sitio a otro, y si encuentran algún cetáceo por el camino vale, pero de forma casual. De esta manera, el turista se siente engañado, y se va de la Isla con ese pensamiento negativo, con lo cual ya no es sostenible ni nuestra actividad, ni ninguna otra relacionada con el sector turístico. Hay que hacer las cosas bien, con calidad y conscientemente", concluyó el gerente de Spirit of the Sea.