Todo mira al pasado; todo oscila entre la caspa y lo rancio. España ha dado un paso atrás de tal calibre que hay que respirar hondo para no obsesionarte conque un día comenzará el reparto de cartillas de racionamiento. Enlazo este alegato con la Ley del Aborto que nos quiere colar el Ministro de Justicia inmerso en esa guerra de guerrillas en la que se ha metido el progresista del gobierno, amenazando a las mujeres con frases como “en España “jamás” se podrá abortar por razón de discapacidad”. Todo esto me ha devuelto a una España oscura y negra que históricamente puso en riesgo la vida de tantas mujeres que por abortar en la clandestinidad, nos hemos jugado. La vida, digo. Hace meses que asisto perpleja al debate del aborto porque si la ley avanza, las nuevas generaciones tendrán que buscar otro amañado que les resuelva el problema en una siniestra camilla, como hicimos tantas de nosotras. No saben los salvadores de mujeres que frente al aborto la libertad es querer o no querer y que si abortamos que sea en condiciones de máxima seguridad.

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