Las ministras de Sánchez ‘miman’ la relación con Canarias y el pacto con CC

La de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Democrático, Teresa Ribera, el jueves a la capital grancanaria, ha sido la última, pero antes que ella han visitado las Islas hasta seis miembros del Gobierno central desde la conformación del mismo el pasado mes de noviembre. Antes que Ribera, y además de la del propio ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, como residente en las Islas, pero también con habitual agenda oficial, han viajado a Canarias para abordar asuntos de sus respectivas competencias las titulares de Vivienda, Isabel Rodríguez; Defensa, Margarita Robles; Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz; y de Juventud e Infancia, Sira Rego. 

La mayoría de estas visitas han tenido una importante agenda oficial, con asuntos relevantes para las relaciones entre Canarias y el Estado, especialmente las de las ministras relacionadas con la gestión del fenómeno migratorio. Pero obviamente no todas tienen la misma trascendencia política respecto a la voluntad expresada por el Gobierno de Pedro Sánchez de cumplir con todos los aspectos de la agenda canaria firmada entre el PSOE y CC en el Congreso, y sobre la que el Gobierno regional presidido por Fernando Clavijo trata de gestionar en el ámbito institucional.

También el Ejecutivo central mantiene su propia agenda canaria relacionada con la actividad y competencias de los distintos ministerios al margen de acuerdos políticos, pero, en todo caso, la presencia de los máximos responsables de los ministerios en las Islas traslada un claro mensaje por parte del Gobierno de Sánchez de tener a Canarias en el centro de su acción política desde que se inició la legislatura, según señalan desde fuentes gubernamentales.

Ronda de visitas

Esta ronda de visitas ministeriales al Archipiélago es paralela a los también frecuentes viajes de miembros del Gobierno de Canarias a Madrid para entrevistarse con los titulares de los departamentos con competencias a los asuntos de interés para las Islas, si bien esos encuentros en la capital se han limitado hasta ahora al propio Clavijo como presidente regional (el miércoles se entrevistó con el ministro de Agricultura, Luis Planas), y a los representantes de CC del Ejecutivo regional de coalición, no a los del PP. 

En todo caso, el intercambio de visitas entre integrantes del Consejo de Ministros y del Consejo de Gobierno de Canarias es un síntoma claro de que, al margen de algunos pleitos y divergencias en algunas materias, tanto Sánchez como Clavijo quieren seguir cultivando la alianza que forjaron a principios de la legislatura, y dando muestras de que la agenda canaria pactada está desplegándose hasta el momento con razonables perspectivas.

Aislar los conflictos

Ambas partes son conscientes, sin embargo, de que la mayoría de los asuntos que se están trabajando tienen que concretarse de forma mucho más efectiva. El propio Clavijo trata de enfatizar por ahora aquello en que se va avanzando, y hay sintonía entre ambas partes e intentando que los pleitos y divergencias no contaminen los asuntos que van rodando. Frente al conflicto sobre el traspaso de las competencias en Costas, o a la negativa de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a flexibilizar la regla de gasto para que Canarias puedan destinar sus ingresos extra a gasto corriente o inversión, el Gobierno regional prima por ahora las materias en que encuentra buenas perspectivas: mejorar la gestión del fenómeno migratorio, en especial la reforma legal para el reparto obligatorio de menores no acompañados entre todas las comunidades autónomas, y consignar en los nuevos presupuestos estatales las partidas canarias necesarias para el desarrollo de esa agenda canaria que comportó el apoyo de CC a Sánchez. 

En relación con lo primero, Clavijo señalaba en una entrevista el pasado viernes en el diario El País, que «no vamos a admitir un incumplimiento», pero que le «consta» que «el Gobierno de España quiere cumplirlo». Y menciona precisamente el mensaje que han dejado los «distintos ministros y ministras que nos han visitado», dando así un claro carácter político a esos viajes, más allá de lo que pudieran tener de visitas y encuentros institucionales, o de gestión rutinaria de aspectos competenciales de esos departamento en Canarias. 

El Gobierno central trata, en este sentido, de darle la vuelta a la imagen que trasladó en la pasada legislatura en relación con la gestión migratoria. Y en medio de la mayor oleada de llegada de migrantes a las Islas desde principios de enero no podía tener otra respuesta que sendas visitas de las responsables de Migraciones, Elma Saiz, el 2 de enero, y de Juventud e Infancia, Sira Rego, el 1 de febrero, para dejar claros mensajes de que se estaba asumiendo el problema en todas sus dimensiones, incluida esa reforma legal para el reparto de menores.

Incluso el viaje de la titular de Defensa, Margarita Robles, el pasado día 5, adoptó un carácter distinto al previsto inicialmente, una visita institucional a la Brigada Canarias XVI, la unidad más joven del Ejército de Tierra que cumplió el 1 de febrero 16 años, al improvisar un desplazamiento al muelle de Arguineguín tras conocer que había llegado un cayuco con al menos dos personas fallecidas, tratando así de simbolizar la preocupación de todo el Ejecutivo por la emergencia humanitaria y la crisis migratoria que se vive en Canarias.

Horizonte, las europeas

En relación con la ficha canaria en los presupuestos estatales de 2024, todavía pendientes de que el Gobierno logre garantías de que tendrá los votos suficientes para su aprobación antes de aprobarlos en Consejo de Ministros y remitirlos al Congreso, el Ejecutivo regional lleva negociaciones discretas pero todavía sin marchamo político, al tiempo que prepara un plan b sobre la agenda isleña para el caso de que se prorroguen definitivamente las cuentas actualmente en vigor de 2023. 

Ambos elementos, cuestión migratoria y partidas canarias en los presupuestos, marcarán el verdadero guión de las futuras relaciones entre Canarias y el Estado al menos en los próximos meses, hasta el verano. Después de las elecciones europeas de junio y en función de los resultados de las mismas en España, se abrirá un nuevo escenario que podría determinar el futuro de la legislatura estatal. Para entonces, Canarias quiere tener cerrados esos dos capítulos de sus relaciones con el Estado. De ello dependerá la posición de la diputada de CC, Cristina Valido, en el Congreso.

La visita de esta semana de la vicepresidenta Teresa Ribera ha sido aparentemente más técnica que política, pero también para abordar algunos aspectos de la agenda canaria como la respuesta estatal a la emergencia energética y el impulso de las energías limpias en las Islas. 

La también ministra de Transición Ecológica, de cuyo departamento dependía las competencia de la gestión del litoral hasta que en enero fue traspasado a la Comunidad Autónoma, no ha mostrado, sin embargo, ningún signo de acercamiento a las posiciones canarias respecto al conflicto que ambas partes mantienen en este ámbito. Es quizá uno de los pleitos sobre los que los gobiernos central y regional han asumido que tendrán que dirimir ante el Tribunal Constitucional sin que ello vaya en detrimento de las relaciones ni del apoyo que CC presta al Gobierno en el Congreso.

Junto a las visitas de las ministras mencionadas, no cabe pasar por alto el papel que está llevando a cabo Torres como ministro responsable de Política Territorial, pero también como representante canario en el Ejecutivo central. Además de su presencia prácticamente cada fin de semana en Canarias, con agenda oficial o de partido casi siempre, Torres participa de alguna manera en la gestión política de esos viajes del resto del Gobierno a las islas. Y obviamente tiene su propia agenda de temas entre los que la convocatoria de la Comisión Bilateral para abordar el conflicto de Costas es el más importante a la vista. 

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