Culminó en el Paraninfo la interesante programación de la Sociedad Filarmónica en el mes de marzo, dedicada a la mujer compositora. Dos admirados artistas grancanarios, la soprano Estefanía Perdomo y el pianista Nauzet Mederos , fueron los elegidos para dar en vivo una muestra de la creación vocal femenina, visitada una semana antes en la parte instrumental. El presidente de la Sociedad, Pedro Schlueter, dedicó el concierto al Gabinete Literario en su 175º cumpleaños, recordando que la Filarmónica llegará a esa edad el año que viene. Fue muy elocuente su llamamiento a conservar y garantizar el futuro de ambas instituciones, incuestionable orgullo de la ciudad de Las Palmas.

La soprano preludió cada uno de los bloques del programa con palabras muy informativas y atinadas, como lo son sus bien documentadas notas al programa. Su bella, flexible y extensa voz sedujo a todos desde el inicio con una antífona de Hildegard von Bingen, genial monja fundadora del siglo XII, de quien son las más antiguas partituras escritas por una mujer. El recorrido histórico del concierto siguió con dos alegres y mundanas canzonetas de Francesca Caccini (s.XVII), una difícil y brillante cantata de Barbara Strozzi (XVII) y sendos pares de lieder de Fanny Mendelssohn y Clara Schumann: cuatro bellas canciones románticas del XIX, refinadas, poéticas y maravillosamente escritas.

Con otras dos canciones anticipadamente impresionistas de la noruega Agathe Backer-Grondahl (XIX) entró el siglo XX en dos temas pimpantes y "boulevardiers" de la francesa Cecile Chaminade , otros dos, vagorosos, de Alma Mahler y la espléndida Eres tú quien me inspira, del cuaderno de Laura Vega sobre poema de Elvireta Escobio, dedicado a María Orán. Completaban programa dos piezas de lolvidada española Paulina Cabrero Martínez de Ahunada (XIX), halladas por la soprano en la Biblioteca Nacional. Excelentes en todo el programa la gran escuela, versatilidad vocal y calidad expresiva de Estefanía Perdomo, como también el insuperable estilo del gran pianista de cámara Nauzet Mederos, que mima las voces como nadie.