No hay que darle prisa a la vida, ella busca los atajos para suceder. Tres almas impetuosas por fin coinciden, y no son otras que Alba Gil Aceytuno, Belén A. Doreste y Xerach Peñate, amigas, compañeras y músicas que, por fin, fundan su primer proyecto en común: Arube. "Somos pop bucólico electrónico", subtexto, "afrosynthpunk sentimental", ríen al otro lado del teléfono. Aquí hay una declaración de intenciones que despierta el lado más experimental, emocional y libre de cada una de ellas en esta nueva aventura vital.

Contestan en la isla vecina con el altavoz puesto, media hora antes de ensayar y con la ilusión desperdigada entre los instrumentos que harán realidad el primer EP de su grupo. Menudo jaleo tienen montado. El nombre surgió en esas visitas espontáneas a casa de Belén cuando escuchaban la singular versión de El baile del tambor de Fajardo y ellas creían que repetía el nombre de una localidad de La Gomera. En realidad, era Arure. Cuando lo descubrieron, les gustó más su palabra y así plantaron la semillita. "No pudimos resistirlo más y nos juntamos. Es una fantasía. Hemos estudiado en el Conservatorio, hemos ido a otros países y cada una ha logrado entender su sonido", por tanto, era la hora. Belén es la precursora de Lajalada, Alba está en proyectos como Zumurrud, Rupatrupa o Amaguk, ambas premiadas en la última edición de los Premios Canarios de la Música 2022, y Xerach siempre con Flor de Canela. A su vez, han colaborado entre ellas, por lo que unir sus improntas ha sido fácil.

En realidad, se conocen desde que tienen 11 años, día arriba, día abajo, y después de una vida tan corta como intensa, encuentran en el estudio de grabación de Valle Gran Rey un espacio íntimo en el que trabajan respetando sus tiempos. "Siempre hay una urgencia en la industria musical, pero lo que queremos es presentar el disco que queremos cuando todo el proceso esté cerrado. Realmente esto es muy bonito", van coincidiendo, e indican que el lance creativo ha estado bailando entre las Islas, el amor y el desamor, y las inquietudes que las mueven. A nivel musical, remiten a la descripción dada con tintes de electrónica, sintetizadores, protagonismo de la percusión y del saxofón y de sus voces.

Las integrantes del grupo Arube, que próximamente sacará su primer EP. LP/DLP

Paradita para cocinar, que hay potaje de lentejas, alguna siesta, que las noches son eternas, y sobre todo cónclave para reflexionar tras superar la enralaera. Hay fecha próxima para el lanzamiento del primer sencillo del EP que preparan: diciembre, aunque no concretan fecha, por si el destino majadero cambia. Adelantan que serán siete temas que han ido confluyendo en reunión, "hemos empezado cosas en blanco, unas ideas dan lugar a otras, todo va saliendo bastante natural y el reto no deja de ser otro que terminar el tema".

Contra el frenesí de la industria

Todavía no son capaces de destacar a una pieza sobre las demás, es casi imposible y, si se menciona las influencias, es impensable resumir sus sensibilidades, que van desde la fusión a lo lírico. Por unos instantes, se ponen de acuerdo y hablan de El balazo, un tema que Xerach explica como "un vacío que no duele, pero duele, habla de cómo me gustaría quitarte el miedo a la vez que en mi vida no siento nada", describe sobre ese pozo en el que en multitud de ocasiones caen las personas, como una lata de hojalata en la que resuena el tintineo de una cuchara. Tienen callo de infinitos bolos y viven en esa cuerda de equilibrista donde está el trabajo itinerante y el sufrimiento propio de la profesión, "estábamos hablando anoche sobre esta vida frenética de música en la que solo haces música, entonces, cuando miras un poco más allá, ¿mi existencia qué es?", se preguntan.

En su universo, también habrá lugar para la crítica del contexto social actual: "Creo que al arte se tiene que aprovechar como altavoz. Es imposible quedarse a un lado, políticamente hablando, porque es una responsabilidad que nos toca", comenta Alba. Su disco orbita afectado por el panorama presente en el que las protestas multitudinarias sobre el modelo económico y de desarrollo futuro de Canarias se suman al debate, "de la destrucción de las Islas en nombre del turismo y otros intereses horrorosos".

Proyección y preocupación por las Islas

A pesar de lo incierto, viven una escena cultural efervescente, "el hecho es que hay mucha gente haciendo cosas maravillosas, con ideas y talento, pero nos faltan espacios donde tocar". Hacen la diferencia entre lo institucionalizado y los circuitos alternativos, faltos ante las denuncias vecinales o la inadaptación de los cubículos, por lo que piden dejar hacer mientras señalan ejemplos, "hay un lugar que se llama Plaza de la Música y no hay música".

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Al respecto, Xerach señala, dada su experiencia a uno y otro lado del Atlántico, como las demás componentes de Arube, que existe la plataforma que apoya a la cultura, "pero aún así vivir del arte es una proeza y sería beneficioso un amparo hacia el artista, también a nivel estatal, ya que es duro estar creando constantemente y tener que tapar los agujeros de una u otra manera, además de esperar las facturas cuando somos autónomas desde hace tres años cuando hay dinero".

¿A quién le dedican este proyecto? A ellas mismas, al amor, a quienes están y estuvieron... No lo aclaran, pero sus personalidades, tan diferentes como conocidas, "cuando estamos juntas sentimos que es casa", equilibran una balanza que encima del escenario encuentra la complicidad de la mirada y el gesto de las otras. Hoy tocan en Lava Circular, el circuito cultural interdisciplinar organizado en El Hierro, pronto, Arube llegará a todo el Archipiélago.