Entrevista |

Daniel María: "La producción artística queer cada vez gana más visibilidad y ocupa los espacios que merece"

El escritor y gestor cultural gomero publica 'Bisutería auténtica', una recopilación de ocho relatos sobre lo disidente | "Mi origen está en las travestis, las maricas, las bolleras, que vivieron una etapa durísima durante la dictadura militar"

El escritor y gestor cultural gomero Daniel María.

El escritor y gestor cultural gomero Daniel María. / Katia Mora

Daniel María (La Gomera, 1985) tuvo que disculparse ante Sara Montiel y enfrentarse a la memoria que había sacudido cuando empezó a escuchar, a investigar, a observar, cuáles eran las realidades queer de su alrededor, aquellas con las que creció. Bisutería auténtica son ocho relatos donde rinde homenaje a las travestis, a las disidentes, a aquellas que no acalló el sistema, y a quien lucharon en Canarias por un futuro libre. El próximo 11 de abril, el crítico y gestor cultural presenta su nuevo libro en la biblioteca de Tenerife Espacio de las Artes (TEA),

Utilizamos la expresión bisutería barata para despreciar. Pero, como dice Sarasa a Amparito, en realidad, "somos bisutería auténtica". ¿Qué necesidad tenemos de cambiar nuestra mirada para apreciar la esencia, para ser, en definitiva, más camp?

Debemos poner el valor en la autenticidad y no en el precio que le ha puesto el sistema a todo: a las identidades, a los cuerpos, a las expresiones, incluso a la propia belleza. Entonces, con Bisutería auténtica también hago una oda de lo barato. Lo que hasta ahora ha sido considerado con poco valor, para mí, tiene una gran trascendencia; y si esa mirada la traslado a mi propia literatura, los discursos de aquellas personas que el sistema ha considerado que no tienen historia son los que más me interesan. A medida que vas creciendo, te van contando cuál se supone que es tu origen hasta que tú tomas conciencia de que formas parte de una comunidad que tiene su propia genealogía y considero que, como persona marica residente en Canarias, mi origen está en la comunidad LGBTIQ+ que me precede: las travestis, las maricas, las bolleras, que vivieron una etapa durísima durante la dictadura militar y cuyos testimonios todavía podemos rescatar. 

Entonces, esa es la razón de los espacios temporales que utilizas para cada título.

Efectivamente. Abarca 40 años de historia reciente con unas fechas muy claves y que, de alguna manera, están manoseadas históricamente por una transición supuestamente modélica en la que nos han educado. Una transición que fue dejando atrás a muchísimas personas, a muchísimas comunidades, que no vivieron en ningún caso una amnistía desde el primer momento, ni una inclusión ni una vida libre. Todavía hay transiciones que están por hacer. 

En esa toma de conciencia, ¿cómo fue el proceso de escucha y documentación para hacer estos cuentos? ¿Por qué se decidió a hacerlo?

Estaba escribiendo una biografía sobre Sara Montiel, que sale a la venta esta semana, y tuve que parar ese trabajo que me llevaba ya dos años para escribir estos ocho relatos. La mayoría permanecían en anotaciones y eran fruto de diálogos con travestis mayores que he ido conociendo a lo largo del tiempo. También, esas notas son fruto de búsqueda de hemeroteca, de espectáculos travestis que ha habido en Canarias y de proyectos pilotos de lucha contra el sida que se desarrollaron en las Islas a partir de los años 80. Es decir, es una mezcla de testimonios, hemeroteca e imaginación pura y dura. 

Los cuidados y la pertenencia a un grupo son puntos en común de estos textos, tanto como la dureza del carácter de las protagonistas. Después de este proceso de escucha e investigación, ¿qué les permite no caer en el silencio?

Llega un momento en el que, como tienes por delante la vida, por muchas tropiezos que tengas, nace un poder de resistencia. Algo que admiro. Es supervivencia pura y dura: avanzar hacia adelante en el contexto que te ha tocado creando una red de afecto, una comunidad, un espacio de sororidad travesti y marica, y es ahí, en esos espacios, donde yo he encontrado la mayor inspiración para estas historias.

¿Y la entrega de la religión? Que llega como una forma de extirpar esa culpa por no cumplir lo establecido.

Planteo que todo lo que tiene que ver con la religión y la imaginería católica nos pertenece, precisamente, por todo el sufrimiento que ha causado a la hora de maltratar a las personas no normativas; y, luego, el barroquismo, el exceso, la exuberancia de todo lo que tiene que ver con la iconografía cristiana es muy travesti, muy inspiradora y espectacular. Las personas disidentes en los barrios y en los pueblos encontró en todo ese santoral y, especialmente, en la Virgen María una inspiración con la que poder proyectar aquello que deseaba. De ahí, esa presencia tan fuerte de lo religioso con el diálogo entre lo que representa la Virgen María y, a la vez, todo ese exceso.

Hay prostitución, chulos, palizas, no tiene ninguna tibieza a la hora de exponer estos temas. ¿Cómo vino la decisión de incluir estos episodios más oscuros?

No he querido evitar la violencia que rodea estas existencias y que el sistema crea alrededor de ellas. Al mismo tiempo, todas las historias evidencian el humor que ellas mismas generan para comunicarse y sobrevivir en ese contexto. Quiero que quede patente la brillantez, la autenticidad de sus discursos y de sus expresiones, de su manera de moverse; y me interesa especialmente los barrios y los pueblos donde se desarrollan estas historias. En algunos casos, son personajes que viven en la ciudad, aunque han pasado por dos y tres exilios a lo largo de su vida y, dentro de las ciudades, se las suele relegar a espacios periféricos que cuestiono. 

Portada 'Bisuteria autentica', nuevo libro del autor gomero Daniel María.

Portada 'Bisuteria autentica', nuevo libro del autor gomero Daniel María. / Editorial Egales

Consiste en dotar de referencias a generaciones futuras. 

La literatura siempre está de nuestro lado y tiene esa capacidad de sobrevivirnos. Me hace feliz pensar que alguien dentro de un tiempo leerá estos textos en el barrio de Los Llanos en Santa Cruz o en La Isleta de Las Palmas y encontrará un hilo del que tirar para encontrar su propio origen. Si el pasado ya ha sido cruel con estas historias, que el futuro no termine de hacerlas desaparecer. 

¿Cómo definiría la dicotomía que hay en Canarias, pionera en cuestión de derechos como la ley trans, pero en la que se vandaliza la placa de Isabel Torres?

Estamos viviendo dos realidades que avanzan de manera paralela. Por un lado, la heteronormatividad y el patriarcado ya sabe, porque no es tonto, que su mundo se está desmoronando debido a que la sociedad avanza hacia la inclusión, y ya no vamos a dar un paso atrás. Al mismo tiempo, el sistema se resiste a través de la violencia puesto que es el único arma que tiene al no ser capaz de atentar contra la cultura, la ciencia, la filosofía, que a partir de sus argumentos están deconstruyendo lo que se consideraba inamovible. ¿Qué le queda? Pues la violencia.

Hay una producción ingente en lo diverso, como el documental de la gala Drag, El hilo de Ariadna, Isleñas, la serie de Tefía, el Día de las Escritoras dedicado a Roberta Marrero. En este sentido, ¿cómo ve esa efervescencia cultural?

Celebro que las artistas de cualquier expresión artística queer estemos viviendo una etapa imparable. En la actualidad, la producción artística queer cada vez gana más visibilidad y ocupa los espacios que merece, a pesar de que el sistema diga que es una moda. Pero no. Nosotras decimos que hemos estado creando siempre y que lo vamos a seguir haciendo. Porque la mirada del público está cambiando y, si el objetivo es la inclusión y la libertad, pues no nos queda otra que continuar haciéndolo. Creo que hay una pérdida progresiva del miedo, lo que no quita que estemos siempre alerta, aunque en el fondo esto ayuda a que la comunidad se mantenga unida y nos apoyemos.

¿La espectacularización de programas como Drag Race podría eclipsar de alguna manera el movimiento?

No lo creo porque todo aquello que viene de manos del capitalismo y del neoliberalismo siempre tiene fecha de caducidad. El espectáculo travesti no nació con este show. Al final, a estos programas llegan a muy pocas artistas: el puñado de travestis y de drag que siguen trabajando en un montón de locales no se van a ver beneficiadas por ello. Cuando el sistema quiere capitalizar algo que le puede generar un beneficio hay que tener clara toda la historia que hay detrás. Hay una doble lectura, por un lado, es interesante que se proyecte el arte drag y, por otro, hemos de ver hasta qué punto nos están utilizando y hasta qué punto debemos reivindicar a otras artistas que siguen trabajando en otros espacios. 

¿Qué ha significado este libro para usted?

Este libro es un antes y un después. Cuando lo tuve en las manos solo me faltó llorar. Primero, la foto de la portada siempre la soñé. El fotógrafo es Isaac Flores, uno de los grandes artistas queer de España, cuya modelo es La Bocas, una travesti que continúa en activo en Barcelona. Ahora, me emociona muchísimo la gente que me escribe por redes, ya que el público lector se está proyectando sobre estos personajes, en sus propios barrios, con sus propias travestis y sus propios orígenes. Me alegra saber que se extiende una red de personas que se reconocen a través de los textos. Siempre lo he dicho, con que me lean las raras soy súper feliz, y se está produciendo eso.