Manuel Padorno y Carmen Cólogan se incorporan a la Biblioteca de Artistas de Canarias (BAC)

Los monográficos número 79 y 80 se presentan esta semana en el Centro de Arte La Regenta y el Museo LM Arte Colección

Díptico de Manuel Padorno y Carmen Cólogan.

Díptico de Manuel Padorno y Carmen Cólogan. / LP/DLP

Manuel Padorno, el artista que pintó versos a la orilla del mar y poetizó el viento en la pintura, y Carmen Cólogan, que atrapó la luz y el silencio en la forma dual de sus cuadros, se incorporan a la emblemática Biblioteca de Artistas de Canarias (BAC), colección editada por el área de Cultura del Gobierno de Canarias desde al año 1991, para el estudio en profundidad el trabajo creativo de los artistas más trascendentes del Archipiélago.

Bajo la dirección del historiador de arte Carlos-Díaz Bertrana, la BAC suma a su catálogo los monográficos número 79, dedicado a Manuel Padorno, y número 80, dedicado a Carmen Cólogan. La puesta de largo de ambos volúmenes se celebrará en dos actos previstos este miércoles 7 de febrero en el Centro de Arte La Regenta de Las Palmas de Gran Canaria, con inscripción previa; y al día siguiente, jueves 8 de febrero, en el Museo LM Arte Colección, en La Laguna, en Tenerife, ambos a las 19.00 horas.

Ambos actos contarán con la participación de Carlos Díaz-Bertrana, director de la colección; Horacio Umpiérrez, viceconsejero de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias; Álvaro Marcos Arvelo, crítico de arte y autor; Patricia Padorno, hija del poeta y pintor grancanario; la artista Carmen Cólogan; y Eliseo G. Izquierdo, autor y comisario de arte.

Padorno, un buscador incansable

El poeta, editor y pintor Manuel Padorno (Santa Cruz de Tenerife, 1933 – Madrid, 2002), vivió una infancia ligada al Puerto de la Luz y, sobre todo, a la Playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria, que cristalizó tanto en su pintura como en su poesía. Fue fundador, junto con su esposa Josefina Betancor, del Taller de Ediciones JB y fue promotor de varias colecciones de poesía en Madrid y en Canarias. En cuanto a su vertiente pictórica, Padorno estuvo relacionado con el pintor Manuel Millares, la artista Elvireta Escobio y el escultor Martín Chirino del mítico grupo El Paso. Después de años en los que se dedicó sobre todo a la tarea de promoción de la obra ajena, Padorno dio a conocer una intensa actividad creativa en el campo de la lírica y en el terreno de la plástica. A sus primeras obras (Oí crecer las palomasQueréis tañermeCoral Juan García y A la sombra del mar, que publicó en torno a los años sesenta) añadió en las décadas siguientes Papé Satán, El nómada sale, Desnudo en Punta Brava, Una aventura blanca y Égloga del agua.

El pintor Manuel Padorno.

El pintor Manuel Padorno. / LP

Tal como recoge su nuevo monográfico de la BAC, "Padorno, de naturaleza procaz y de silencios abismales; excéntrico y concéntrico; alguien que amaba la limpia cuadrícula de la arquitectura, pero que odiaba cualquier corralito opresivo que dibujara una retícula sobre su vida; un curioso impenitente, sin bridas, sin brújula; un buscador incansable, irreductible, apasionado, crédulo, agnóstico y católico a un tiempo; un disidente de todas sus causas; un náufrago capaz de adentrarse en un mar tempestuoso para llevar sus ideas, incluso las más descabelladas, hasta sus últimas consecuencias, o de amotinarse contra sí mismo cuando llegaban los días de bonanza. Padorno era, en fin, un gran saltador al vacío; un artista que solo sabía ser en el más febril de los desórdenes, pero que nunca concibió nada que no tuviera la contención y la armonía más exigente, pues ansiaba alcanzar esa realidad que a los demás se nos escapa: una realidad otra".

Carmen Cólogan y el retorno al origen

La artista Carmen Cólogan (La Laguna, Tenerife, 1959), licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, inició su andadura en el campo de la creación artística preocupada sobre todo por la experimentación e investigación con la materia y sus texturas, con el volumen y el silencio, y con el carácter dual de estos. Recuperado luego el interés por la representación, su obra irá recogiendo un atractivo imaginario de objetos yuxtapuestos, de inspiración diversa, símbolos perfectos de su propia pintura; excusa magnífica para seguir siempre pintando e investigando en torno a aquellas preocupaciones iniciales, nunca abandonadas, a las que el color y la luz (esa luz irreal, sin fuente definida, que emana a menudo de los objetos propios) se sumarán como principales elementos definidores de su personalidad artística.

La artista Carmen Cólogan.

La artista Carmen Cólogan. / LP

Retrospectiva en La Regenta

El pasado 2 de febrero, el Centro de Arte La Regenta inauguró una exposición retrospectiva dedicada a la artista de Carmen Cólogan, bajo el título Memoria del átomo. Este proyecto expositivo, comisariado por Eliseo G. Izquierdo, recorre las sucesivas series y los elementos fundamentales que definen y conectan el proyecto artístico desarrollado por Cólogan desde mediados de los años 80 hasta la actualidad.

“El hilo conductor de esta obra es la memoria. Carmen Cólogan lleva cuarenta años creando un universo irreal, mostrando tanto el mundo externo como el suyo interno”, apunta Eliseo G. Izquierdo. Memoria del átomo es un recorrido circular, transformador e integrador, donde se aglutinan todas las series del trabajo creativo de la artista. Su obra es un camino de llegada y no de salida, retornando siempre a la huella del origen, en el que se exhibe una búsqueda de la luz y de la esencia artística.

Una pieza de 'Memoria del átomo'.

Una pieza de 'Memoria del átomo'. / LP

Los viajes, el trabajo de otros artistas como Giacometti, Rothko o Zurbarán, el transitar por la figuración o la abstracción, o la sensorialidad que arrastra el tacto y el gusto a través del volumen pictórico, son algunos de los elementos que han ido definiendo una vida dedicada a la creación.