Exposición

Universos en miniatura

El Museo Elder expone una selección de la colección de tarjetas postales de Héctor Henríquez 

Las tarjetas postales son un fenomenal vehículo para adentrarse por los vericuetos del conocimiento más insospechado de una manera fácil y placentera gracias al arte del diseño que encierran y al material con el que han sido realizadas. Una manera de comprobarlo es asistiendo a la exposición que se inauguró en el Museo Elder titulada ‘La cartografía de las tarjetas postales’ de la colección de Héctor Henríquez.

Cualquiera que desee conocer, de una manera rápida, entretenida, divertida y original, cualquier aspecto de la historia, la geografía o la política internacional, puede hacerlo contemplando cada una de las postales que aparecen exhibidas en la exposición La cartografía en las tarjetas postales que ayer se inauguró en el Museo Elder.

Pero es que, además, el espectador aprenderá datos interesantes sobre aspectos que quizás nunca entendió gracias a la facilidad que conlleva deleitarse con fenomenales ilustraciones o litografías, realizadas con todas las técnicas y materiales posibles e inimaginables, ya que las piezas que forman parte de esta muestra son de una singularidad y una belleza que desconciertan al espectador.

Se trata de una parte de la colección privada del comisario Héctor Henríquez Jiménez formado por 300 piezas distribuidas temáticamente por 21 vitrinas, a lo que se añade un vídeo que está constantemente en funcionamiento y que exhibe otras 150 postales a un ritmo de cuatro segundos por cada una a tamaño gigante. Todo acompañado por paneles explicativos sobre la historia y evolución de la cartografía. La idea del Museo Elder de realizar esta muestra surgió, precisamente, de un reportaje titulado Un mapamundi de más de 24.000 postales, publicado el pasado 4 de noviembre en este mismo periódico, centrado la distribución y orden del patrimonio del coleccionista. El propio Henríquez, cuya colección particular alcanza la cifra de 26.000 postales en total, presentó ayer la inauguración acompañado del director del Museo Elder, José Gilberto Moreno, y realizó un recorrido por cada una de las parte de la muestra con los asistentes. Así, hay postales de latón, cobre, corcho, cartón, metalizado, madera troqueladas o con aguja e hilo. 

Dimensiones

También hay tarjetas lenticulares, aterciopeladas, circulares, axonométricas, adhesivas, en relieve, en tres dimensiones, coloreadas con acuarela, con purpurina, o incluso postales tipo ventana despegable que incluye hasta 16 imágenes en su interior. Algunas pueden sobrepasar los 20.000 euros de valor en el campo del coleccionismo ya que la mayoría han sido adquiridas en viajes propios de Henríquez visitando mercadillos y casas de subastas. «La primera idea de una postal surge de un prusiano que propuso una misiva que no fuera dentro del sobre», recuerda el comisario. «Pero fue tal el escándalo que no se atrevió a realizarlo hasta que los austrohúngaros por fin la editaron», añadió. Por otro lado, «las primeras no llevaban ilustración, sino tan solo una orla, sello y peso, por lo que se terminaron desviando a la rama de la filatelia», añadió. Al final, las primera postales «solo llevaba la dirección por una parte y una indicación con un simple saludo en la otra» como los dos ejemplos de 1904 que se exhiben en las dos primera vitrinas. En 1957 aparece, por fin, en España el deposito legal y, a partir de ese momento, cada una incluye un número legal a modo de número romano que son el 90 % de las que forman parte de la muestra.

La tercera vitrina, centrada en tarjetas de la Península Ibérica, son de Alberto Martín en 1930 y recogen todas las provincias de España y Portugal, incluyendo las colonias del país vecino y la evolución de las poblaciones españolas realizadas por el INE en 1940. En la quinta vitrina, que recorre países europeos, llama la atención una postal del MacDonald de la República Checa divisible. La sexta, centrada en el globo terráqueo, incluye tarjetas con el plano de la producción de chocolate, los viajes de Colón, Magallanes, o el Caminos de Santiago. La séptima incluye las rutas de Napoleón, Aníbal, Marco Polo, la seda, los vikingos, o las primeras exploraciones junto con otras de deportes como ciclismo o Fórmula 1.

El resto de las vitrinas se centran en planos y trazados de ciudades y países; datos históricos como el 11-S, la invasión de Irak, el ataque a Peral Harbour o el desembarco de Normandía; los departamentos de ultramar de las diferentes países, la disgregación de Yugoslavia, los juguetes en Japón, el plano de los bereberes, los países africanos, Oceanía con sus faunas y costumbres, las islas más curiosas del planeta, el plano de El señor de los anillos, el plano de la expo 92, las islas de El Caribe, los presidentes de EE.UU., o la Nasa. Y las últimas vitrinas están centradas en Canarias y el turismo con ejemplos desde el año 1930.