Entrevista | Mila Collar Jugadora del Hidramar Gran Canaria

Mila Collar: «Vuelvo para recuperar mi pasión por el voleibol»

Mila Collar, la internacional española forjada en el Hidramar Gran Canaria, que juega esta noche en el Centro Insular de Deportes su partido adelantado frente al Sayre CC La Ballena (19.30 horas), regresa a sus orígenes para cerrar el círculo de una trayectoria deportiva de ensueño que la ha llevado a jugar en las mejores ligas del mundo.

Mila Collar, en un entrenamiento del Hidramar en el CID.

Mila Collar, en un entrenamiento del Hidramar en el CID. / La Provincia

Santiago Icígar

Santiago Icígar

¿Cómo comenzó su historia de amor con el Olímpico?

Iba al Colegio Isabel La Católica con mi hermana pequeña, que siempre se metía en líos y la llamaron a la oficina del director. Como yo era más grande que ella, siempre me llamaban a mí también para decirme las cosas que ella había hecho. Estaba esperando fuera cuando entró Juan Manuel Campos, me vio por allí y me preguntó qué es lo que hacía, si me podía interesar el voleibol, porque yo no sabía ni lo que era. Por aquel entonces yo jugaba al tenis, pero al final fui a un entrenamiento con mi hermana y me encantó.

¿Qué nos puede decir de esa relación tan especial que le une al manager general del club, Juan Manuel Campos?

Cuando comencé a jugar en el club yo era muy joven y hubo un momento en el que mi familia decidió mudarse fuera de Gran Canaria y él me invitó a quedarme. Se convirtió en mi padre adoptivo, siempre estaba dispuesto a ayudarme en todo lo que yo necesitaba, me llevaba a comer, al médico y si no podía él lo hacía Danny López. Éramos todos como una gran familia.

¿Cómo se gestó su regreso al Olímpico?

La verdad es que desde que me marché Mague -como llaman cariñosamente a Juan Manuel Campos- me ha llamado todos los años, siempre ha intentado que volviera para jugar aunque fuera en los playoffs o de visita. Este año lo hablé con mi marido y le comenté que me gustaría tener la oportunidad de acabar mi carrera en el voleibol como y donde lo empecé, aunque nunca me decidí a llamar al club. Mi sorpresa fue cuando unos días después me llamó y entendí que era mi destino.

Cuando se marchó, el club no sabía todavía lo que era ganar un título y ahora es favorito a conquistar todo. ¿Cuál es el principal cambio que advierte?

Sobre todo, me llama la atención el profesionalismo que ha alcanzado el club, antes también lo había pero era como si estuviesen empezando a poner todo al punto y ahora ya lo está, se nota que antes se peleaba por estar y ahora la gente pelea por estar a la altura.

Creo que antes era muy vaga, aunque también es cierto que antes era central y ahora soy apuesta

Lleva pocos entrenamientos con el equipo, pero por lo que ha podido ver hasta ahora, ¿qué le parece el nivel del mismo?

A muchas compañeras ya las conocía. A Saray la conozco desde que era una enana, también he coincidido con ella en la selección. Helia González es mi hermana mayor, viví con ella cuatro años en el mismo piso y fue quien me enseñó a cocinar. Me siento muy bien con todo el mundo, todos quieren ayudar y poner de su parte para que todo sea genial.

El club tiene la espinita clavada de la Copa de la Reina. ¿Viene con muchas ganas de aportar su granito de arena para conquistar el primer entorchado copero en la historia del club?

Vengo con muchas ganas de colgarme la medallita en el cuello.

¿Qué jugadora ha recuperado el Olímpico? ¿En qué ha cambiado con respecto a la chica que abandonó el club hace tantos años?

Creo que antes era muy vaga, también es cierto que antes era central y ahora soy opuesta, entonces el trabajo tiene mucho más peso porque el último punto todo el mundo espera que lo hagas tú o una cuatro. Ahora me gusta trabajar con presión y antes me podía la presión. Si no siento que hay presión la victoria no me sabe igual.

¿Cómo se gestionan esos momentos calientes de los partidos en los que se decide si se gana o si se pierde?

Con muchas ganas, a mí o me das la pelota, o me das la pelota (risas), siento esa necesidad de ser yo la que lo tiene que hacer. No creo que sea una cuestión de valentía como piensan muchas personas, es lo que tienes que hacer, igual que amamantar a un bebé.

¿Cuál es su objetivo en esta nueva etapa?

Ganarlo todo y que lo logremos todas juntas. Quiero aportar lo máximo posible, jugando o no, si tengo que tocar las palmas para que otra compañera lo consiga, yo lo hago. No he venido aquí a quitarle el puesto a nadie, quiero sentirme parte del equipo.

¿Qué es el voley en su vida?

En estos momentos es una pregunta complicada. En el Olímpico nació mi pasión por el voleibol, me marché teniendo todavía esa pasión, pero poquito a poco lo he ido perdiendo y en estos momentos siento que se ha apagado. Cuando me llamó Mague sentí que podía volver a disfrutar como antes jugando con mis compañeras, con mi familia y eso es lo que quiero hacer para poder terminar bien con el voleibol.

¿Cuánto le gustaría poder prolongar su carrera deportiva?

Hasta que me rompas.

¿Se visualiza como entrenadora en un futuro?

Como entrenadora lo veo complicado porque no tengo mucha paciencia ni conmigo misma ni con nadie. Me gustaría ser entrenadora pero tendría que trabajar mucho en ese sentido. Me gusta ayudar a mis compañeras con alguna indicación y con algún comentario y es algo que creo que hago bastante bien, pero de ahí a tener que estar 12 meses con 12 chicas, cada una de su casa, cada una con su carácter, la verdad es que ahora mismo no me veo.

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