San Bartolomé de Tirajana albergará un nuevo parque tecnológico de energía solar que permitirá cubrir toda la demanda anual de unos 9.700 hogares y que, además, aspira a convertirse en un centro de investigación de referencia. El proyecto, presentado ayer con intención de que la primera piedra se coloque a mediados del próximo año, aspira a ir un paso más allá de la mera generación energética para abarcar también la formación y la promoción del conocimiento. La idea de los promotores del proyecto, la empresa SM Advance Energy, es que la instalación dé trabajo a 546 personas una vez esté a pleno rendimiento.

El parque tecnológico de energía solar de Gran Canaria, que estará situado en el barrio de Lomo Gordo, contará con más de 400.000 metros cuadrados en los que habrá más de 40.000 unidades de módulos fotovoltaicos. Para hacerse una idea del potencial de una instalación de esta magnitud basta con apuntar que prevé producir unos 48,5 millones de kilovatios/hora al año. Una cantidad que equivale a dejar de emitir a la atmósfera 37.000 toneladas de dióxido de carbono o a los beneficios que supondría plantar 537.000 pinos canarios. De ahí que su producción anual daría para abastecer a esas cerca de 10.000 viviendas.

Los detalles del proyecto los desgranó ayer el presidente de SM Advance Energy, Santiago Marrero, en un acto en Las Palmas de Gran Canaria en el que también participaron el consejero de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena; el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales; y la alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Conchi Narváez.

La firma promotora, SM Advance Energy, espera arrancar con la instalación a mediados de 2023

La intención es aprovechar, «de forma respetuosa», los recursos naturales de la Isla, para lo que albergará espacios de producción y almacenamiento de energía como invernaderos solares inteligentes, proyectos de bioagrovoltaica, energía solar fotovoltaica flotante y generación de hidrógeno verde, todo con el objetivo de suministrar un ecosistema productivo y empresarial alrededor de la energía solar, señaló Marreo. En definitiva, los objetivos «claros» son contribuir a la descarbonización de Canarias, incentivar la innovación tecnológica y gestionar las energías renovables de forma «más fácil».

Pero el parque también nace con esa vocación de convertirse en un centro de investigación de primer orden, un centro de conocimiento en el que, apuntan sus promotores, habría cabida para la formación. Asimismo, el proyecto busca también aportar «beneficios tangibles» en la lucha colectiva contra el cambio climático, la creación de conocimiento y empleo en el ámbito local, es decir, en el municipio sureño –unos 546 puestos de trabajo–, y el fomento de la economía verde. También se busca reducir la dependencia energética de Canarias gracias a la explotación sostenible de los recursos locales y priorizar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Durante el acto de presentación, los intervinientes en el evento incidieron en la necesidad de trabajar en la promoción de la colaboración entre las iniciativas privadas y las administraciones públicas para vencer las «trabas administrativas y burocráticas que, en muchas ocasiones, dificultan» la materialización de este tipo de proyectos.

Hay que recordar que el número de placas fotovoltaicas se ha incrementado de forma casi exponencial en los últimos años. En cifras nacionales, se ha pasado de los 4.767 megavatios de potencia instalada a comienzos de 2019 a los prácticamente 15.200 megavatios de finales del año pasado.