Mercado inmobiliario | Las medidas del Gobierno no frenan la carestía de la vivienda

Un año del límite al alquiler: los precios suben en Canarias un 11,4% y se derrumba la oferta

Arrendar un piso de 55 metros, lo más ‘vendido’, sale por 643 euros al mes, 66 más que antes de intervenir el mercado | La aportación de la Sareb se reduce a 303 casas

Un hombre y una mujer miran los anuncios de viviendas en alquiler en el escaparate de una inmobiliaria.

Un hombre y una mujer miran los anuncios de viviendas en alquiler en el escaparate de una inmobiliaria. / Carsten W. Lauritsen

Hace un año, en abril de 2022, el precio del metro cuadrado de la vivienda en alquiler estaba en Canarias en una media de 10,5 euros. Arrendar un pequeño piso de 55 metros costaba –siempre de media– 577,5 euros mensuales. Fue en ese momento cuando el Gobierno de Pedro Sánchez decidió intervenir el mercado y limitó a un 2% el máximo en que los propietarios podían subirles el recibo a los inquilinos. Una medida que sigue en vigor y que se endurecerá a partir de 2024 con la nueva ley de vivienda. Tras un año con los alquileres topados, arrendar aquel mismo piso de 55 metros cuadrados –este tipo de minicasa es lo que más salida tiene en la actualidad en el Archipiélago– supone un precio de 643,5 euros al mes, 66 más que antes de que el Ejecutivo central se lanzase a intervenir el mercado. No en vano, el coste del metro cuadrado se ha disparado desde entonces en las Islas hasta los 11,7 euros, una subida de un 11,4%.

Fue en marzo del año pasado cuando el Gobierno estatal, en el marco de su Plan de respuesta a la invasión rusa de Ucrania, anunció la inminente puesta en práctica de una de las medidas más anheladas por el ala de Podemos en el Consejo de Ministros: la limitación de los precios de los alquileres. El objetivo era doble: por un lado, amortiguar el golpe del extraordinario encarecimiento de la vida en los bolsillos de los inquilinos; por otro, evitar que la oleada inflacionaria llevase el coste de los arrendamientos a cifras aún más elevadas. El sector inmobiliario ya avisó entonces que se convertía así a los propietarios en los paganinis de la crisis. Más en concreto a los pequeños caseros, entre ellos a los 55.000 canarios que tienen alquilado algún inmueble a otros ciudadanos o familias y que, como máximo, ingresan 30.000 euros al año, con lo que distan mucho de ser rentas altas. La consecuencia, alertaron los expertos, sería que muchos dueños sacarían su vivienda del mercado del arrendamiento residencial para ponerla en el alquiler turístico o venderla. Se reduciría la oferta, la demanda seguiría creciendo –Canarias no pierde población ni en las crisis económicas– y, por lo tanto, subirían los precios. Dicho y hecho.

La nueva ley de vivienda profundiza en las limitaciones que el Gobierno impuso por la inflación

En abril de 2021, el mes en que comienza a gestarse la ola inflacionaria que todavía azota la economía occidental, el precio del metro cuadrado de la vivienda en alquiler era en la región de 9,8 euros. Un año después, en abril de 2022 –el primer mes con los arrendamientos topados–, el coste ya se había incrementado un 7,1%, hasta los susodichos 10,5 euros/metro. Desde entonces y hasta hoy, tras justo un año de control público del mercado, resulta que el ritmo al que se encarecen los alquileres no solo no se ha reducido, sino que se ha acelerado de forma notable. Aquel 7,1% que subieron los precios entre abril de 2021 y abril de 2022 alcanzó el mencionado 11,4% entre abril de 2022 y la actualidad, 4,3 puntos más.

La fotografía anterior se obtiene de la base de datos del portal inmobiliario idealista, una de las referencias del sector, pero apenas varía si se opta por las cifras que maneja Fotocasa.es, otra de las grandes firmas del ramo. Es más, los analistas de Fotocasa sitúan el coste medio del alquiler en el Archipiélago ligeramente por encima que los técnicos de idealista. Y en ambas provincias.

Provincias

Arrendar una casa o un piso cuesta en la provincia de Santa Cruz de Tenerife una media de 10,8 euros el metro cuadrado, mientras que en la demarcación de Las Palmas se va hasta los 12,3 euros. En ambos casos se trata de máximos históricos por más que el mercado, cabe insistir, esté intervenido. Eso según los datos de idealista, porque Fotocasa eleva los precios hasta los 12 euros/metro en las islas occidentales y hasta los 13 en la provincia de Las Palmas.

De modo que los precios se han incrementado más de lo que lo hacían antes de la limitación de los alquileres y, como también advirtieron los expertos, la oferta se ha reducido. Y lo ha hecho de manera considerable. Hoy hay un 15% menos de viviendas en alquiler en Las Palmas de Gran Canaria y hasta un 22% menos en Santa Cruz de Tenerife, las dos capitales autonómicas y, por ende, las dos ciudades que marcan el paso al mercado en el Archipiélago. Es más, es precisamente esta drástica reducción de la oferta la que explica en buena medida el incremento de los precios, algo lógico por cuanto hay menos bienes en el mercado y, por si fuera poco, crece la demanda. ¿Por qué? Porque, para más inri, las hipotecas se han encarecido notablemente por las subidas de los tipos de interés con que los bancos centrales tratan de combatir la inflación, lo que ha llevado a muchos potenciales compradores de vivienda a posponer la operación y a conformarse, de momento, con arrendar. Menos oferta y más demanda, con lo que los precios de los nuevos contratos se disparan más si cabe.

Los expertos avisan que al consolidarse el control público seguirán saliendo casas del mercado

Con todo, son los precios en euros los que mejor ilustran la carestía del mercado inmobiliario en Canarias. El último índice de Fotocasa cifra en hasta 861 euros el recibo medio mensual del alquiler de una casa de menos de cien metros cuadrados en la provincia de Las Palmas, un poco menos –839 euros– en la de Santa Cruz de Tenerife. La media que hay que desembolsar cada mes para arrendar un inmueble de más de cien metros de superficie se dispara hasta los 1.258 euros en las islas occidentales y hasta la friolera de 1.286 en las orientales, donde la potente industria turística de Fuerteventura y Lanzarote, frente al menor desarrollo de la actividad en La Palma, La Gomera y El Hierro, sube aún más los precios.

Si se tiene en cuenta que el salario medio en Canarias se situó en 2022 en 1.573 euros al mes, resulta evidente la imposibilidad de la gran mayoría de la población isleña para alquilar una vivienda. Esto explica por qué las características más comunes de los inmuebles que se arriendan en las Islas son las de un pequeño piso de entre 60 y 50 metros cuadrados, ubicado en la tercera planta de un edificio y, claro, con una sola habitación.

En este escenario, la nueva ley de vivienda anunciada a bombo y platillo por el Gobierno central y bendecida por el Ejecutivo canario profundiza en la limitación de los alquileres, que en 2024 no podrán subirse por encima del 3% en las localidades o zonas que la Comunidad Autónoma o el ayuntamiento de turno declaren como tensionadas. Pero es que, además, en 2025 no se recuperará el índice de precios (IPC) como la referencia para la revalorización de los contratos, sino que el Gobierno elaborará su propio índice. Entretanto, el aluvión de viviendas que la Sareb quiere sacar al mercado del alquiler se reduce en Canarias a 303 inmuebles, una cantidad irrisoria frente a la carestía de casas en la región.

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Alberto Núñez Feijóo participó ayer en un coloquio con jóvenes de su partido sobre vivienda en el que aprovechó para lanzar varias de las medidas que propone en este área. La más llamativa fue una «ayuda a la emancipación» de 1.000 euros para comprar o alquilar. El PP ultima los números para decidir qué renta deberán tener las personas que se puedan beneficiar de este cheque y cuál será la edad tope para solicitarlo. El acto, organizado en una azotea de copas en el centro de Madrid, empezó con un coloquio entre jóvenes de Nuevas Generaciones que hicieron intervenciones breves pero muy duras contra Pedro Sánchez, al estilo de lo que suele hacer Isabel Díaz Ayuso. El líder del PP empezó diciendo que «no hay soluciones fáciles» ni quiere «medidas populistas». Tampoco «medidas intervencionistas», porque cree que traen «encarecimiento de los precios», la principal crítica que hace a la nueva ley de vivienda pactada por el Gobierno de PSOE-Unidas Podemos con ERC y EH Bildu. El PP tiene previsto hoy presentar todo el programa de vivienda. La principal iniciativa que plantea es el cheque de emancipación para hacer frente a los «gastos objetivos» al piso de alquiler o compra. Los populares proponen también facilitar la concesión de la hipoteca por parte del banco y avalar el 15% del coste total del precio de la vivienda a los que se decidan adquirirla. Los que alquilan tendrán ayudas para cubrir la fianza legal. También proponen los conservadores «ampliar» el bono alquiler joven, ya lanzado por el Gobierno central en estos momentos con una dotación de 200 millones de euros anuales. En los próximos días el PP detallará la fórmula para incrementar las cesiones de suelo dotacional de las administraciones públicas para construir vivienda y cederla con precio tasado de alquiler «un 40% inferior al precio de mercado». | P. S. /P. E.

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