El mantenimiento de las vías públicas de Telde es una de las principales asignaturas pendientes que arrastra la actual corporación. Durante el mandato comprendido entre 1999 y 2003, el entonces gobierno de Coalición Canaria procedió a asfaltar, reasfaltar o rebachear la mayoría de los 60 barrios de la localidad, pero en años posteriores -condicionados por las penurias económicas o tal vez por otros motivos desconocidos- el esparcimiento de alquitrán se ciñó prácticamente a las tareas de conservación ejecutadas por la empresa Santana Cazorla gracias al contrato millonario suscrito con el pacto compuesto por PP y AFV-Ciuca.

Aquel polémico acuerdo entre ambas partes -que venía a suponer el pago de 6.000 euros al día a la constructora y llegó a ser objeto de estudio por parte del juez del caso Faycán- fue rescindido tras declararse nulo por los tribunales, que atendió el recurso de otra empresa, Pérez Moreno. El consistorio procedió a indemnizar a los trabajadores afectados. Y la eliminación puntual de baches, grietas y socavones en calzadas y aceras de titularidad municipal quedó en manos de un equipo de personas formado por un camión, un chófer y apenas tres operarios.

A día de hoy, la cuadrilla se ha visto totalmente desbordada. El concejal de Obras, Agustín Arencibia, reconoce que uno de los objetivos de su partido es del "intentar comprar maquinaria y ampliar la plantilla" de esta sección "para poder acometer con garantías y medios propios este trabajo". Pero, mientras este hecho se produce -quién sabe si en este mismo año- el consistorio ha llevado a cabo una ofensiva para alquitranar como Dios manda aquellos espacios a los que ya no les vale un simple tapón de piche.

Entre los proyectos de asfaltado ya ejecutados y los que se tienen previsto acometer en 2009, el Ayuntamiento y el Cabildo de Gran Canaria se piensan gastar más de 2,5 millones de euros. Algunas de estas iniciativas -como el asfaltado de todos los viales del Valle de Jinámar- fueron pergeñados en el mandato anterior. Otros han sido añadidos a posteriori tras escuchar las reivindicaciones vecinales o solventarse escollos, como el que afectaba hasta hace unas semanas al barrio de Las Huesas.

En principio, los reasfaltados contemplados en el cuadro facilitado por el Ayuntamiento incidirán en la mejora de una quincena de barrios. Hay otros, como el caso de El Caracol, que también serán de la partida, si bien allí será el Gobierno central el que se gaste los cuartos.

Eso sí, no todo es gravilla y sucedáneos del petróleo. En la principal calle de San Juan han optado por sustituir la calzada de toda la vida por adoquín. Una decisión que ha suscitado todo tipo de reacciones. Hasta el colectivo vecinal del barrio ha sugerido que no se recepcionen las obras al comprobar que sobre estas piedras ya no podrán pasar ni guaguas ni camiones.