El Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Joaquín Artiles, denominado durante su primera década de existencia como IES de Agüimes, cumple medio siglo. Las deficiencias y carencias son muy numerosas hoy en día. Muchos alumnos matriculados a finales de los años 60 o en el inicio de los 70 del pasado siglo que recorran ahora el interior de este edificio pueden encontrar que está prácticamente igual, al ver por ejemplo sus pasillos estrechos con azulejos en las paredes, como aseguraron profesionales que trabajan en dicho instituto y que fueron antes alumnos en él.
Además de esos pasillos que tienen carteles que aconsejan no caminar por ellos durante el recreo para evitar la aglomeración de personas, el inmueble carece de salidas de emergencias y cuenta con una única entrada y salida. Ese portal y vestíbulo sólo tiene escaleras, como en el resto del edificio, en el que no existen rampas. Asimismo, hay humedad en numerosos muros y paredes del edificio.
El techo es de uralita en el gimnasio. Las canchas de deporte presentan un mal estado. Y otra deficiencia es que se forman grandes charcos de agua en pasillos del exterior del centro cuando llueve, en algunos con unos quince centímetros de profundidad.
Este instituto tiene más de cincuenta años de historia, después de su inauguración con la correspondiente ceremonia religiosa el día 7 de octubre de 1968. Fue el primer instituto que existió pasado el municipio de Telde y hasta Maspalomas, hasta avanzados los años 80 con la construcción de institutos en el Sureste y Sur de la Isla. El IES Joaquín Artiles cuenta en la actualidad con más de 600 alumnos al tener turnos de mañana y de noche, así como 53 profesores y siete miembros del personal.
Además de las carencias antes comentadas, el muro de las escaleras por las que se accede al salón de actos, también utilizado como aula de música, es "bajo, llegando a la altura de poco más de las rodillas de los alumnos, y eso representa un claro riesgo y un peligro de caída", afirmó José Arcadio Suárez, director del IES Joaquín Artiles, quien lleva 29 años trabajando en dicho centro, además de los cuatro años en los que estuvo estudiando en él.
Recientemente se dio el caso de que una mujer, en silla de ruedas, iba a dar una charla a los alumnos en relación a la mala combinación que supone el alcohol y la conducción. "No pudimos hacerla en el salón de actos, sino que nos apañamos en otro sitio", comentó el director.
"Los alumnos que tengan problemas de movilidad, que llevan necesariamente silla de ruedas, no pueden estudiar aquí y tienen que matricularse en otros, como el IES Carrizal, que tiene ascensor", agregó el director, quien en 2009 conoció un proyecto de nuevo instituto. "Sí, eso es lo que plantearon, hacerlo en el mismo sitio, empezando a construir por donde se encuentran las canchas. Vino la consejera y el alcalde, entre otros. Y de ese proyecto no se ha hecho nada", añadió.
Durante el presente curso, técnicos de la Consejería de Educación visitaron el instituto para conocer de forma directa las actuales necesidades del mismo. La dirección del instituto no tiene aún noticias por parte de esos técnicos.La directora general de Centros del Gobierno de Canarias, Ana Dorta, visitó por última vez este edificio en febrero de 2016. "Lo único que nos aportó la Consejería tras esta visita fue una pizarra interactiva, que está bien, pero muy insuficiente. Y pocos ordenadores tenemos", indicó.
El responsable del centro reconoció: "Es cierto que arreglaron los techos del edificio principal y lo visible de los baños, pero no los conductos que son de uralita de cuando se construyó. Por eso se atascan y hay malos olores". "Nos gastamos cada curso entre 5.000 y 6.000 euros en pequeñas cosas de mantenimiento y que pagamos con nuestro propios recursos. Luego está la ayuda que nos da el Ayuntamiento", manifestó José Arcadio Suárez.
Historia
Miles de alumnos, profesores y trabajadores han pasado por las aulas del IES Joaquín Artiles, quien fue sacerdote, eminencia filológica, inspector de educación y que ejerció influencia para que en su Agüimes natal se instalara un instituto de enseñanza media. Además, fue un gran defensor de la cultura y destacaba por su humanidad.
Don Joaquín, como era llamado y conocido, era una eminencia filológica. El pasado sábado hubo un reencuentro de unos 85 exalumnos.
