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Crimen en Vecindario: Ajuste de cuentas con final en Pozo Izquierdo

David 'el adoptado', detenido por el crimen de Vecindario, niega ser el autor del homicidio del italiano Andrea

La Guardia Civil identifica a la víctima, un ciudadano italiano que compartía casa con David José R. P. | La principal hipótesis apunta a que discutieron por drogas

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Detención de David ‘el adoptado’ por el crimen de Vecindario (14/09/2021) Borja Suárez

David José R. P., más conocido con el apodo de el adoptado, niega ser el autor del crimen de Andrea, un italiano que residía con él en su vivienda de Vecindario y al que, presuntamente, mató el pasado fin de semana después de mantener una discusión por un asunto de drogas. La Policía Judicial de la Guardia Civil, que consiguió esclarecer el caso en apenas 30 horas, tomó este miércoles declaración a varias personas del entorno del presunto autor y según unas fuentes se procedió a arrestar a otras cuatro personas, dos hombres y dos mujeres -entre ellas la expareja del principal sospechoso- por encubrimiento; mientras que otras fuentes aclararon que habían sido interrogados en calidad de implicados, pero no detenidos. Y es que hasta seis personas supuestamente fueron testigos del crimen, por lo que no se descartan nuevas detenciones en las próximas horas.

Los investigadores llevaron a cabo durante la madrugada del miércoles una minuciosa inspección en el interior de la casa terrera situada en el número 5 de la calle Ayagaures del barrio de Cruce de Sardina donde David José R. P. y Andrea compartían piso. Los agentes llegaron en torno a las once y media del martes para iniciar la recogida de muestra con las que relacionar a David con lo ocurrido. Este último estuvo presente en los trabajos llevados a cabo por el servicio de criminalística, que comenzó con la inspección de la escalera que presuntamente utilizó el sospechoso para bajar el cuerpo desde la primer planta, donde vivían, hasta la calle.

Cuatro personas, dos hombres y dos mujeres entre ellos la expareja de David, fueron a declarar

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Los investigadores sospechan que el crimen pudo haber ocurrido el viernes de la pasada semana cuando David y Andrea se encontraba en el domicilio en compañía de otras seis personas, tres hombres y tres mujeres, para consumir sustancias estupefacientes. En el barrio de Cruce de Sardina era sabido que prácticamente a diario allí acudían personas a drogarse.

Los vecinos también sabían de la peligrosidad que entraña una persona como David el adoptado. En su haber cuenta con decenas de antecedentes policiales, detenciones y estancias en prisión. La última de ellas hace apenas unos meses por diversos hechos, como robo por violencia o lesiones. No obstante, residentes de la zona indicaron que durante la semana pasado había estado amenazando a otras personas en plena calle.

La Guardia Civil y la Policía Local de Santa Lucía lo tienen fichado desde hace ya dos décadas. Con él residía Andrea, un italiano de unos 50 años que pagaba un alquiler por dormir en una de las habitaciones. Los vecinos de la zona apenas lo conocían porque hacía poco tiempo que se había trasladado hasta este barrio del suroeste de Gran Canaria.

Se está tratando de verificar si aquel día, el pasado viernes, David José R. P. agredió a Andrea, y al final lo asfixió haciéndole la llave conocida como «mata león» -presionarle el cuello con el brazo- hasta acabar con su vida. De lo que pasó allí dentro nadie dijo nada, nadie denunció. El presunto autor del crimen metió el cuerpo en una de las habitaciones, que se encargó de que quedara cerrada para que no pasara nadie. El domingo, una mujer de 89 años acudió para limpiar el inmueble. Esta persona se percató de que había manchas de sangre en la casa, a lo que el ahora detenido respondió que se había dado un golpe. Entre los dos consiguieron borrar cualquier rastro de lo que dos días antes había sucedido en la primera planta del número 5 de la calle Ayagaures.

Lo hacían con el cuerpo aún entre aquellas paredes. No fue hasta la madrugada del domingo al lunes cuando David R. P. decidió deshacerse del cadáver. Utilizó un coche Lancia Ypsilon de color blanco, que está a nombre de una mujer, pero que él utiliza de manera habitual. Lo metió en la parte trasera y lo llevó hasta una carretera de tierra apartada, situada cerca de Pozo Izquierdo, entre invernaderos que le permitían evitar ser descubierto. Allí prendió fuego al turismo, probablemente con el uso de un acelerante para así asegurarse de que tanto el vehículo como el cadáver quedaran reducidos a cenizas antes de la llegada de los bomberos. El objetivo era borrar cualquier muestra del cuerpo y dificultar su identificación.

Los agentes de la Policía Local de Santa Lucía fueron los primeros en llegar al lugar y comprobar que en la parte trasera del utilitario había un cadáver. Cuando los bomberos del Consorcio del parque de Arinaga se personaron el incendio prácticamente se había apagado por sus propios medios. El resultado de la intensidad de las llamas: sólo se mantenía en pie el esqueleto de la carrocería, en cuyo interior estaban los restos de una persona.

El sospechoso tiene un amplio historial delictivo y había salido de la cárcel hace unos meses

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La Policía Judicial de la Guardia Civil inició entonces una investigación para tratar de identificar tanto el cadáver como el dueño del vehículo. El estado del primero impedía saber quién era, aunque su posición daba información sobre cómo había llegado hasta ese punto. Los restos óseos presentaban varios golpes en la cabeza y la persona había sido maniatada, probablemente para facilitar su traslado hasta el turismo. Con esta información, los agentes ya tenían indicios suficientes de que había muerto de forma violenta y sospechaban de un ajuste de cuentas.

Identificado por el coche calcinado

Conocer al dueño del vehículo implicó menos problemas. Las matrículas quedaron calcinadas, pero los coche cuentan con el número del bastidor que resiste a un incendio y que permite relacionarlo con su propietario. En este caso, propietaria. El coche estaba a nombre de la expareja de David José R. P., una persona con numerosos antecedentes policiales que entró en la lista de sospechosos del crimen.

Los guardias civiles tuvieron conocimiento el mismo lunes de que el propio David utilizaba con asiduidad ese utilitario, por lo que ya durante la tarde de ese día trataron de localizar a este vecino del Cruce de Sardina. Mientras tanto, siguieron recabando muestras para incriminar a los presuntos autores del crimen.

La primera de las detenciones se produjo un día después, pasadas apenas 30 horas del hallazgo del coche y el cuerpo calcinado. David José R. P. era arrestado como presunto autor del crimen. Pocas horas después, casi en la medianoche del martes al miércoles, más de una decena de agentes del Instituto Armado acudieron hasta la vivienda del presunto autor para iniciar una minuciosa inspección.

En la cercana avenida de Canarias, a la altura del número 127, una veintena de personas seguían los trabajos de los investigadores y no se extrañaban de que el vecino de aquella vivienda estuviera implicado en el crimen. No obstante, hasta el entonces único arrestado había tenido numerosos idilios con la delincuencia a lo largo de las dos últimas décadas, lo que le había llevado a permanecer varias temporadas entre rejas. La última hace apenas dos meses, según declaró uno de los amigos de el adoptado, como es conocido por todos los residentes del barrio del Cruce de Sardina. Esta misma persona señaló que durante la pasada semana ya había tenido algún enfrentamiento con «el italiano», como definieron a la víctima, en plena calle.

Varios palos de madera

El registro se alargó durante más de siete horas hasta la mañana del miércoles. Los investigadores accedieron a la vivienda con un traje especial para evitar contaminar cualquier pista que ayude a esclarecer el crimen. Los funcionarios del cuerpo de seguridad buscaban sobre todo restos de sangre que habían sido borrados por el presunto autor. Estas inspecciones continuaron durante la mañana, ya de día, con la presencia de nuevo de David José R. P., quien en su declaración negó ser el autor del homicidio. Del domicilio los guardias civiles se llevaron, entre otras pruebas, varios palos de madera como recogieron las cámaras de Televisión Canaria.

Una limpiadora se percató de restos de sangre en la casa donde se cree que ocurrió el crimen

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Asimismo, los agentes llamaron a declarar a varias personas del entorno de este último para tratar de identificar a todos los testigos que se encontraban aquel día en la vivienda y también a su expareja, propietaria del vehículo en el que se halló el cadáver. Durante la tarde se procedió a la detención de esta última, de otra mujer más y de otros dos hombres por presuntamente encubrir a David José R. P. al no dar aviso de lo ocurrido, aunque otras fuentes precisaron que si bien podrían estar implicados en lo ocurrido, aún no habían sido arrestados. En cualquier caso, todos declararon desconocer lo que había ocurrido, al igual que el principal sospechoso.

En las próximas horas se pretendían llevar a cabo más identificaciones ya que en el momento en que se produjo el crimen había hasta seis personas en la vivienda, tres hombres y tres mujeres. Además, se espera que el primer detenido pase a disposición judicial probablemente durante la jornada de mañana cuando se cumplan las 72 horas máximas para una detención. Mientras tanto, el caso continúa bajo secreto de sumario.

La Guardia Civil estaba detrás del arrestado desde el mismo lunes, cuando se halló el cadáver

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Por otro lado, en las redes sociales se relacionó ayer este crimen con un caso de abusos sexuales de menores en el sur de Gran Canaria. Sin embargo, responsables de la investigación indicaron que ni el detenido ni el fallecido tienen conexión alguna con aquellos hechos y que las pesquisas apuntan de momento a un muerte violenta relacionada con un robo de sustancias estupefacientes entre los convivientes y los que pasaban por la casa de la calle Ayagaures. La investigación continúa.

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