Meteorología

Gran Canaria en el Polo Norte

La primera nevada del año en la isla redonda remata un invierno 2023 generoso

en agua y frío | Cientos de personas se llegan a la cumbre a disfrutar del paisaje

Así está el Pico de las Nieves tras la nevada

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

Tras varios amagos durante este frío febrero, la nieve por fin se dejaba ver por primera vez este año en Gran Canaria tiñendo de blanco la cocorota de la Isla con unos cinco centímetros de espesor. No fue una gran nevada, pero sí la suficiente para activar una buena caterva de dispositivos de emergencia, y una población, tanto local como foránea, con sed de nieve.

La cumbre de Gran Canaria amaneció este jueves en formato Polo Norte, con una capa de nieve de entre cinco y seis centímetros de espesor que, junto con el pinar y los primeros rayos de sol que se colaban por las copas, dibujaba esa suerte de paisaje mágico que le otorga el apelativo de afortunado al archipiélago, que no en balde desde la punta más alta de la isla redonda, justo enfrente, se remataba el plano polar con un Teide igual de arrebatador vestido todo de blanco, haciendo región por la vía meteorológica. Con esas primeras luces del día se transparentaban las cencelladas atrapadas entre las ramas y también las escondidas entre los resquicios de los teniques. Completaban el cuadro los carámbanos que ejercían como zarcillos de cristal colgando de las retamas, los codesos y los escobones. Puro espectáculo de blanco sobre picón.

Gran Canaria en el Polo Norte  | JUAN CASTRO/ LP/DLP

Gran Canaria en el Polo Norte | JUAN CASTRO/ LP/DLP / Juanjo Jiménez

El ‘polo’ propiamente dicho se dibujaba en un circulo no muy grande, pero que se extendía desde unos dos kilómetros por encima del cruce de Llanos de La Pez y Pozo de las Nieves hacia arriba, y que alcanzaba resquicios a cotas bajas, como en las cercanías de la Caldera de Los Marteles.

Gran Canaria en el Polo Norte

Gran Canaria en el Polo Norte / Juanjo Jiménez

De ahí hacia el Pico, aún con la nieve virgen, se extendía una postal de silencio y un frío de nevero solo roto por las primeras pasadas de la Mercedes Unimog en formato quitanieves, pilotada por los efectivos del Parque de San Mateo del Consorcio Insular de Emergencias, Aron Medina y Pablo Charlen, y que formaban parte de un contundente operativo que incluía a compañeros como Carlos Ríos, además de flotillas de la Guardia Civil, Policía Canaria, Cruz Roja, Protección Civil e incluso del Acuartelamiento Aéreo de Pozo de las Nieves.

Gran Canaria en el Polo Norte

Gran Canaria en el Polo Norte / Juanjo Jiménez

Dos lituanas algo despistadas

Un despliegue, por nevada, que no deja de sorprender a los foráneos, sobre todo los del norte de Europa, como pasaba con una pareja de lituanas que se encontraban retratando el panorama donde la carretera culmina en el abismo que se abre ante el Roque Nublopor el Norte y la inmensidad del sureste grancanario.

Gran Canaria en el Polo Norte

Gran Canaria en el Polo Norte / Juanjo Jiménez

Llegadas hasta allí aún no se sabe muy bien cómo, su vehículo de alquiler se encontraba ya tan lejos que si no es por el diligente Carlos Ríos, que les localizó el coche y las llevó hasta el lugar, aún estarían varadas en aquella Antártida como le ocurriera a Shackleton con el Endurance. Fue ahí cuando entendieron que cuando cae una poca de en Canarias todo se vuelve al revés del pepino, y que todo dispositivo es poco.

Gran Canaria en el Polo Norte

Gran Canaria en el Polo Norte / Juanjo Jiménez

Ríos lo confirma también. A lo largo de los años en los que ha participado en un comando nieve de este tipo se ha encontrado con situaciones que congelan a más de uno, evacuando a últimas horas del día a niños morados, a embarazadas en apuros y hasta bebés, con familia al completo y carrito incluido. A ello se suma que el isleño consume neumático de verano, por lo que el cierre de las vías con placas es igual de automático.

Gran Canaria en el Polo Norte

Gran Canaria en el Polo Norte / Juanjo Jiménez

El Cabildo estuvo presto a cerrar las vías susceptibles del punto de nieve, y así procedía con la que unía a Cueva Corcho con Artenara, a primeras horas de la mañana por un breve periodo de tiempo, con la que enlaza la Caldera de los Marteles con Pozo de las Nieves, y toda esta última desde el cruce con Llanos de la Pez.

Esto lo ejecutaba durante la noche y madrugada del jueves, a lo que sumaba el cierre de las áreas recreativas en la zona de la cumbre así como las instalaciones de Medio Ambiente, instando a su vez a evitar subir a lo más alto de la isla.

Los principales accesos a la cumbre permanecieron cerrados hasta el mediodía de ayer

Pero esto último no tuvo mucho ascendente entre unos grancanarios con sed de nieve. Ya sobre las diez y media de la mañana llegaban los primeros visitantes locales hasta el mirador que se encuentra junto al destacamento del Ejército del Aire, como la familia Sánchez, de Vecindario.

Padre, madre, abuela y una pequeña de 11 años que a esa hora, a pesar de que el resto del rancho la invitaba a disfrutar «de esta cosa tan linda», ella insistía en que «yo lo que tengo es hambre», para pasmo general.

Ya al filo del mediodía la capa de nieve, entre quitanieves, paseantes y trasiego de vehículos de emergencias, iba diluyéndose como un azucarillo sobre el asfalto, y sobre tierra se iba transformando en unos hilos de agua que iban tomando forma de caideros, confirmando de alguna manera que el invierno de este 2023, más la entrega a granel de la última semana de septiembre con la tormenta Hermine, están dejando un periodo abundante con el que reponer acuíferos y dejar riegos en los cultivos de las medianías del norte.

A ello se sumaban las lluvias de este jueves, que acumulaban máximas de 17 litros por metro cuadrado en el municipio de Teror; de 14 litros en Valleseco; de otros 12 litros por metro cuadrado en Vega de San Mateo, así como en el pueblo de Tejeda; y de 10,4 en la estación meteorológica del Centro Forestal Doramas de Telde.

Los dispositivos de emergencia se volcaron en el cuidado de los visitantes y la limpieza de las vías

Ahora queda por delante un fin de semana carnavalero con un viernes en el que seguirán los cielos nubosos en el norte de Gran Canaria y de Tenerife, donde no se descartan lluvias que pueden caer en forma de chubascos durante la segunda mitad del día, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología. También puede llover, incluso con cierta fuerza, en Lanzarote, todo ello con unas temperaturas en ligero ascenso.

Para el sábado, la agencia estatal dibuja ya un panorama menos desapacible para La Graciosa, Lanzarote y Fuerteventura, que podrían recibir precipitaciones ocasionales, mientras que en Gran Canaria y Tenerife aún pueden caer chubascos en sus vertientes norte en la primera mitad del día, y el sur y sudeste en las horas centrales, pero con unas temperaturas con pocos cambios o en ligero ascenso, y un viento del norte a noroeste de flojo a moderado que será menos intenso en toda la provincia de Las Palmas.

Ya para la jornada del domingo se reduce la posibilidad de nuevas precipitaciones, en cualquier caso débiles y ocasionales, con unas temperaturas con pocos cambios, y la presencia de una probable calima ligera tiñendo los cielos de las islas más orientales del archipiélago canario.

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