La feria del queso y la artesanía local se dan cita en Gáldar

La artesanía tradicional y moderna de la isla de Gran Canaria se ha dado cita este fin de semana en el municipio de Gáldar acompañada durante la mañana de ayer de sus mejores quesos. De origen bovino, caprino u ovino, los asistentes pudieron disfrutar de un manjar lácteo en la plaza de Santiago mientras recorrían la treintena de puestos con un muestrario de la mejor cerámica, bisutería, cestería o vestimenta, entre otros artículos artesanales creados por residentes de los distintos municipios de la Isla. La alta participación y el buen tiempo de la jornada marcaron el cierre de la primera Feria de Artesanía Insular llevada a cabo en el municipio. 

Tampoco podían faltar la música ni los reconocimientos a los participantes que se han reunido estos días en la localidad del norte de la isla. Por el escenario de la plaza pasaron para animar a los visitantes con su música y sus bailes agrupaciones tradicionales y folclóricas de todo el Archipiélago, como AF Chimaque de Santa Úrsula de Tenerife, AF La Oliva de Fuerteventura, GF Los Cebolleros de Gáldar y AFB Los Cabuqueros de Arucas. Este evento también sirvió para estrenarse con la proyección del teaser El secreto de la flor, Quesos de los Altos de Gáldar, un documental que el Ayuntamiento de Gáldar presentará el próximo otoño y que rinde homenaje a los 25 años del Concurso de la Cata de los Altos de Gáldar y a las personas que lo han hecho posible.

Muchos de los queseros no pararon de cortar cuñas durante toda la mañana para atender a los asistentes. Tal es el caso de Pedro Moreno, que acercó las variedades que trabaja su familia en las medianías del municipio con el sello de El Cortijo de Caideros. Bajo el brazo llevaba sus tres tipos, de media flor, de flor y de cuajo animal. "Lo que tiene de especial es la artesanía con la que se elabora en las medianías de la Isla así como el tipo de cuajo que se utiliza, que es el del cardo", explicó el comerciante, que es sobrino del actual dueño del negocio.

La jornada del domingo contó con actuaciones musicales de las distintas agrupaciones folclóricas de las Islas

En esta quesería familiar asoma en estos momentos la cuarta generación de profesionales, que han logrado mantener el negocio en pie pese al paso de los años. Y es que en la zona donde se ubica El Cortijo de Caideros son "todos muy queseros", asegura Moreno. Tal es así que en los alrededores de la localidad conviven hasta media decena de negocios enfocados en este producto. En el caso de esta familia, gracias a la feria y a su difusión por redes sociales y por internet han logrado exportar sus productos a otras islas así como a la Península Ibérica.

También de las medianías del municipio llegaba ayer Tania Rivero, dueña de la quesería La Caldera. Su variedad más conocida, el media flor, voló al cabo de un par de horas debido a su alta demanda. "Los quesos de oveja parece que están desapareciendo cada vez más así que, con la producción artesanal, sale un producto diferente a los que están alrededor", aseguró la encargada del negocio. 

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Pese a llevar detrás una tradición de generaciones, lo cierto es que esta empresa es relativamente nueva, pues empezó a comercializar sus primeros quesos en mayo de 2020, en plena pandemia. Antes de eso ya regentaba otra producción, denominada Cortijo de Galeote, pero un incendio que afectó a 9.541 hectáreas del centro de la Isla se cebó con sus anteriores instalaciones. Sin embargo, han vuelto al negocio "desde cero", aportando un enfoque distinto. Este cambio, centrado por ejemplo en enfocar también su producto al turismo interior, les ha permitido por primera vez el reconocimiento de sus quesos con la denominación de origen protegida. 

"Hemos evolucionado bastante desde entonces y a día de hoy no tiene nada que ver la quesería que manejábamos antes con la que tenemos a día de hoy", incidió Rivero. La ganadera se inició en esta profesión hace ya nueve años con el objetivo de mantener en pie el negocio de sus suegros y que no se perdieran sus productos. Eso le llevó a dejar atrás la ciudad e iniciarse en la ganadería, profesión que ha querido continuar desde entonces con los conocimientos de sus suegros. 

Entre los puestos tampoco faltó el cuajo del sureste, como el que acercaron desde la Quesería Guedes, ubicada en Casa Pastores, dentro del municipio de Santa Lucía de Tirajana, Loli Vizcaíno y su marido. En su caso aprovecharon para traer queso de cabra, de oveja y de mezcla, que elaboran desde 1995 y que pertenecen a la quinta generación de queseros de su familia. "Lo que más agradece el público es que está hecha con leche cruda y creada de la forma artesanal", explicó la comerciante, que trabaja con ganado de Ingenio, Agüimes y Santa Lucía. 

El entorno de la plaza también se llenó de creaciones artesanas para todos los gustos, como los tambores o panderos creados de forma tradicional por parte de Juan José Ramos, un vecino de Guía que se inició en esta afición a raíz de su jubilación. Un gran muestrario de piezas de todos los tamaños, como tambores de pitón, castañuelas o hueseras, rodeaban al artesano como un ejemplo claro de su interés por mantener vivo el uso de este tipo de piezas.

Cerca de treinta puestos presentaron una muestra de la mejor bisutería, cerámica y cestería de la Isla

"Lo que pasa es que muchas veces la gente no conoce que tienen esto aquí, pero se ha ido transmitiendo nuestra labor con este tipo de exposiciones y eso nos ayuda un poco", aseguró el guiense. En su caso, aprendió a elaborar estos materiales de forma autodidacta, con el fin de "rescatar las cosas antiguas". "La zambomba, por ejemplo, se usaba siempre durante las Navidades para tocar villancicos y era incluso un instrumento de acompañamiento, pero poco a poco se ha ido perdiendo", relató el artesano. 

Otro de los participantes que se inició en la artesanía una vez jubilado es Pablo Manuel Mendoza, que junto su mujer María Dolores Gil trajo una muestra de las pinzas, los balcones tradicionales y las jaulas que crea en su día a día armándose únicamente de paciencia. El tiempo que dedica a las detalladas piezas le lleva a trabajar en ellas desde la mañana hasta la noche, con alguna que otra pausa para ir a comer. Uno de los aspectos más complicados es ir colocando una a una las tejas de los balcones.

De albañil a crear balcones

Antes de jubilarse Mendoza desempeñó labores de albañil, así como de agricultor en las tierras que cuidaba con su mujer, pero cuando dejó a un lado estas tareas se dedicó en cuerpo y alma a su afición principal. Empezó creando un balcón para decorar la pared de una de sus hijas, después otra le pidió que hiciera lo mismo en su habitación y fue así como poco a poco siguió adelante hasta decidirse a mostrar sus creaciones en las distintas ferias de artesanía de la Isla. 

Gustavo Santana, por su parte, también trajo algunas piezas creadas con piedra para reflejar animales como los lagartos o las arañas así como relojes y buzones, entre otros. Su trabajo, que desempeña desde hace veinte años, le permitió alzarse con uno de los premios de la jornada. "Antes de esto no había elaborado nunca ninguna pieza de artesanía, pero cuando terminé los estudios lo conocí en una escuela taller", aseguró el artesano.

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