¿Quién fue Tenesor Semidán - Don Fernando Guanarteme, Rey Canario?

La asociación Fernando Guanarteme Rey Canario publica un cuaderno con un centenar de preguntas y respuestas sobre la controvertida figura del rey canario - Aquí ofrecemos un resumen

Escultura de Tenesor Semidán, Don Fernando Guanarteme, Rey Canario, erigida en Gáldar.

Escultura de Tenesor Semidán, Don Fernando Guanarteme, Rey Canario, erigida en Gáldar.

La Asociación Fernando Guanarteme 'Rey Canario', que reivindica la figura de Tenesor Semidán - Fernando Guanarteme, ha editado un cuaderno con un centenar de preguntas y respuestas que ayudan a conocer mejor la historia de Canarias y la figura del líder canario del siglo XV de dimensión histórica que es su leitmotiv.

En este texto ofrecemos un resumen de este cuaderno titulado Fernando Guanarteme, Rey Canario y héroe conciliador en 100 preguntas y respuestas. Para ello, hemos escogido algunas de las preguntas y respuestas que hacen referencia directa a Fernando Guanarteme y su vida, agrupando algunas por temas.

Origen y familia

Tenesor Semidán fue el último Guanarteme del reino de Agáldar, en Gran Canaria, y bautizado en 1482 en Córdoba como 'Don Fernando Guanarteme, Rey Canario', con tratamiento de Don por el reconocimiento de su condición real por los Reyes Católicos. Nació en Agáldar sobre el año 1447 y falleció en Tenerife pobre y necesitado, en 1946 y en vísperas de su cuarto viaje a la Corte, tras la incorporación de la última isla, Tenerife, a la Corona de Castilla. Según las crónicas, se comportó como un valiente guerrero y un hábil negociador, capaz de conseguir una paz con unas condiciones de dignidad para Canarias en su integración en la Corona de Castilla.

De acuerdo con la tradición genealógica, su padre fue Soront o Tagoter Semidán y su madre Atendiura. Su esposa, Abenchara, bautizada a la fe católica como Juana Fernández, tuvo un papel crucial en la preparación de la negociación de la paz con la Reina Católica, porque llegó a la corte meses antes que el Guanarteme. Consta documentalmente que tuvieron tres hijas: Margarita, Catalina y Ana. Todas ellas alumbraron una amplia descendencia.

Líder de su pueblo e interlocutor de la paz con Castilla

Se cree que el Guanarteme Tenesor Semidán tendió puentes para acercarse a los conquistadores a finales del año 1482, tras establecerse Alonso Fernández de Lugo en la casa fuerte de Agaete. Pedro de Vera decide trasladarlo a la Península ante la insistencia del propio Guanarteme de negociar directamente la paz con los Reyes Católicos. De Vera decía que Tenesor Semidán era el paladín de su pueblo, el que más daño les había hecho y quien más les inquietaba por sus dotes personales de mando y porque era considerado la máxima representación en la Isla. El Guanarteme embarcó en la Bahía de las Isletas hacia los puertos de Cádiz y Sevilla a finales de 1482. Al ver el poderío naval, las ciudades, fortificaciones y tropas de sus adversarios se ratificó en su convicción de que la mejor opción era la paz con una integración digna en la Corona de Castilla.

Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, los Reyes Católicos.

Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, los Reyes Católicos.

Relación con los Reyes Católicos

Ya en su primer encuentro, en el Alcázar de los Reyes Cristianos, en Córdoba, los Reyes Católicos y Tenesor Semidán concretaron en el Tratado de Córdoba los pactos de anexión de Gran Canaria. El Guanarteme fue tratado por los monarcas y su corte con admiración y respeto por la nobleza de su porte y la sensatez de sus palabras. Al entendimiento de las partes contribuyó el traductor Juan Mayor, nacido en Lanzarote en 1452 y miembro de la comitiva del rey canario. Reconocido como un igual por los Reyes Católicos, el monarca isleño desarrolló con ellos una relación propia de estadistas y estableció un vínculo espiritual al convertirlos en sus padrinos de bautismo.

La decisión de bautizarse del Guanarteme fue una jugada maestra, que le permitió adquirir personalidad jurídica para poder pactar en un mundo dominado por los cristianos. De la consideración hacia su persona da fe el hecho de que su bautismo lo ofició el arzobispo de Toledo, Pedro González de Mendoza, Primado de España, que habitualmente bautizaba a las personas de la realeza. Fernando el Católico preguntó a Tenesor Semidán qué nombre quería tomar. Su respuesta fue: "Como rey que soy, como tú". Así pues, tomó el nombre de Fernando por el rey católico y desde entonces pasó a ser "Don Fernando Guanarteme, Rey Canario". Reconocido como Rey de Gran Canaria, aunque no pidió nada para sí mismo sino para su pueblo, obtuvo para él y sus familiares el trato como nobles en similares condiciones a las de la nobleza castellana.

Alcázar de los Reyes Cristianos, en Córdoba, lugar donde fue bautizado Tenesor Semidán como Fernando Guanarteme.

Alcázar de los Reyes Cristianos, en Córdoba, lugar donde fue bautizado Tenesor Semidán como Fernando Guanarteme.

Consecución de un tratado de paz único

La habilidad de Tenesor Semidán logró el final del conflicto entre la Corona de Castilla y Gran Canaria con respeto a la libertad de sus pobladores y el estatus de igualdad con los castellanos. El tratado de paz con Canarias se convirtió en un hito histórico por implicar a un reino indígena y a otro cristiano europeo. A pesar de las sucesivas campañas de expansión castellana durante el Renacimiento, no se volvió a firmar un tratado igual de forma presencial entre reyes de España y soberanos de otros pueblos.

El tratado fue excepcional en muchos aspectos. Uno de ellos es la exención fiscal de Canarias, tal y como recoge la Carta Real de Privilegios y Franquezas de 20 de enero de 1487, una exención que se firmó primero por 20 años y que después se renovaría "a perpetuidad, para siempre jamás", el 24 de diciembre de 1507 en Burgos. Otro aspecto singular es el acuerdo de que territorio de Guayedra, en Agaete, permaneciera bajo jurisdicción canaria. Y también fue único por el reconocimiento de la libertad del pueblo canario, que no podría ser esclavizado, así como por la garantía de que los canarios apresados y vendidos como esclavos regresarían a su patria. Con esto, se logró no solo evitar la esclavitud sino también el exterminio del pueblo canario, lo que ha permitido a los canarios de hoy conservar entre un mínimo de 56% y un máximo del 75% de genética de los antiguos pobladores isleños. A su vez, este tratado definió el estatus de Canarias en España para los siglos posteriores y de él aún se derivan consecuencias jurídicas.