San Bartolomé de Tirajana

El novelista que salió de los fogones

El escritor Andrés Odeh lanza 'Pimienta Negra', su tercera obra, un libro en el que fusiona el suspense con la novela negra en los inicios del turismo en Fuerteventura

El escritor Andrés Odeh lanza 'Pimienta Negra'.

El escritor Andrés Odeh lanza 'Pimienta Negra'. / ANDRES CRUZ

Andrés Odeh apenas escribía cuentos y microrrelatos, pero como él dice, «como algo personal, pequeñas tonterías y reflexiones» que nunca llegó a publicar. «Escribía lo que se me ocurría y, cuando llegó el whatsapp, era de los que mandaba unos textos tremendos, hasta que un día un amigo me animó a combinar todas esas notas y escribirlas», señala este escritor «por hobby» que desarrolla su carrera profesional como cocinero en un hotel de lujo en Meloneras. Pero hace tres años le dio un giro a su vida: aprovechó que en marzo de 2020 el complejo en el que trabaja cerró sus puertas por el confinamiento para dedicar a la literatura todo el tiempo que le quedó libre. Logró así sus dos primeras novelas, La Magia de Jimena y El vuelo de las 06.40, a la que ahora se suma Pimienta Negra, una historia sobre el éxodo del campo al sector turístico en la Fuerteventura de principios de los años setenta en la que varios crímenes marcan el camino de cinco hermanos que dejaron atrás el trabajo agrícola para embarcarse en el turismo.

Con apellido de origen palestino, pues su abuelo fue un jordano que formó parte de grupos de árabes que a principios del siglo pasado emigraron hacia occidente y se asentaron en Gran Canaria, Andrés nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1968, aunque desde que tenía 18 años se asentó en San Bartolomé de Tirajana para trabajar en el sector turístico. Comenzó los estudios universitarios de Turismo, pero no los completó porque empezó a trabajar y, dice, «por la mala cabeza de la juventud». Ahora lleva 11 años trabajando como cocinero, pero también ejerció otros 12 años como recepcionista de hotel, dos puestos que le han servido para nutrirse de historias y plasmarlas en su novela.

Durante el confinamiento, Andrés se dio cuenta de que en su cabeza «tenía mucho material que me pedía salir para afuerta en forma de ficción», y se autoeditó sus dos primeras obras. Pero ahora, ha logrado que la editorial Distrito 93 le edite su tercera novela, una ficción en la que cuenta la historia de los Déniz, una familia oriunda de La Oliva que trabaja a las órdenes del cacique más importante de Fuerteventura. Juan y Encarnación, junto a sus hijos Antonio, Norberto, Manuel, Carmen y Pilar, y su nieta Alba, centran el relato de una familia que deja atrás la agricultura para abrazar al turismo. Pero en un mundo de abusos de poder, los cimientos de los Déniz empiezan a tambalearse cuando alguien decide tomarse la justicia por su mano y empiezan a aparecer personas asesinadas.

«Si Rodrigo Rato firma libros, yo debería empezar a creerme que soy escritor» señala

«La acción se desarrolla en Fuerteventura como la podía haber ubicado en cualquier otra parte, realmente no está en ningún sitio concreto», señala Andrés Odeh, «también podía ambientarla en Gran Canaria pero he tomado tantas referencias de la realidad que no quería que algunos elementos pudieran relacionarse a ciertas personas». Es una historia, cuenta el escritor, que nace en los años setenta y transcurre durante 50 años «hasta nuestros días para demostrar que, aunque lo parezca, las cosas no han cambiado tanto y que aún hoy seguimos sufriendo abusos por parte de la clase dominante, aunque camuflado», añade.

El novelista se ha inspirado en las historias que ha conocido en su vida profesional, relatos de compañeros veteranos e incluso en su suegro, en quien está muy inspirada la figura del patriarca Juan Déniz, pues también trabajó para un gran empresario agrícola.

A lo largo del relato, y a través de los diálogos de sus personajes, Andrés Odeh rememora acontecimientos históricos como el asesinato de Eufemiano Fuentes o la muerte por un fuerte golpe de viento de 13 paracaidístas del Ejército del Aire en la maniobra Maxorata 72.

A pesar de haber lanzado ya su tercera novela, señala Andrés Odeh que todavía no se considera un escritor. O al menos solo a ratos. «Esa palabra me parece muy gruesa, porque tengo mis referentes en la literatura y son gente tan importante que considerarme escritor a mi me parece muy pretencioso», apunta con humor, «aunque fui a la feria del libro de Madrid y me encontré a Rodrigo Rato firmando libros y me dije a mi mismo que si ese hombre está firmando libros, yo debería empezar a creerme que soy escritor».

El novelista continúa formándose participando en talleres de escritura impartidos por Santiago Gil, una formación que le está abriendo un mundo de posibilidades. No vive de la literatura, aunque reconoce que le encantaría. «La hostelería es mi forma de ganarme la vida, pero ojalá pudiera ganármela escribiendo», añade.

Sobre la situación de la literatura hecha en Canarias, el novelista se ha mostrado «sorprendido» por el talento literario que hay en las islas con autores como su mentor Santiago Gil, José Luis Correa o el recientemente desaparecido Alexis Ravelo. «En el taller de Santiago somos siete alumnos y yo me quedo impresionado por todo el talento que veo», señala.

Un talento para la escritura que él también tiene y que plasma en Pimienta Negra, un ingrediente muy utilizado en la cocina y la coctelería y que, casualmente, contienen los tractos intestinales de todos los cadáveres de su novela.

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