Entrevista | Melanie Kopreck Terboven Cónsul honoraria de Austria en Las Palmas

Melanie Kopreck: «Hay que conectar Austria y la isla con vuelo directo en temporada baja; no hay»

Melanie Kopreck Terboven (Gelsenkirchen, Alemania, 1971) llegó con dos años a la isla, es abogada y desde hace un año ejerce el cargo de cónsul honoraria de Austria en Las Palmas

El consulado ha estrenado nueva sede en el edificio Mercurio tras 40 años en un hotel. En esta nueva etapa, la representante diplomática se propone impulsar eventos culturales en el Sur y ve oportunidades de inversión en el sector turístico rural

Melanie Kopreck Terboven en su despacho del consulado de Austria.

Melanie Kopreck Terboven en su despacho del consulado de Austria. / Juan Castro

Estrena nueva sede consular en el edificio Mercurio de Playa del Inglés, aunque llevaba abierta 40 años en un hotel. ¿Qué trabajo se ha realizado en este tiempo?

Somos el brazo ejecutor de la embajada y del Estado austríaco. Lo que hacemos es sobre todo recibir solicitudes de documentación como partidas de nacimiento porque hay quien quiere casarse aquí o fe de vida porque los austríacos residentes necesitan ese documento para mandarlo a Austria y seguir recibiendo la pensión de jubilación cada año. También estamos facultados para recibir solicitudes de renovación de pasaporte o DNI y para ese trámite tienen que venir hasta aquí los ciudadanos que residan en las ocho islas, porque aunque en Tenerife hay otro consulado, allí no tienen el aparato para tomar las huellas digitales. Y por supuesto estamos disponibles para cualquier súbdito austriaco que, por ejemplo, haya sido detenido y requiera de nuestros servicios.

¿Qué planes tiene para el futuro del consulado?

Hay bastantes consulados que promueven aquí actividades culturales, pero nosotros no lo hemos hecho nunca. Y eso es lo que queremos hacer: traer artistas austríacos para realizar exposiciones u ofrecer conciertos aquí en el Sur. No es que haya un núcleo de austríacos muy elevado, aunque eso es muy difícil saberlo porque muchos pasan aquí solo la temporada de invierno y nunca llegan a empadronarse, pero queremos realizar esas actividades para que lleguen a los canarios, a los austriacos residentes y a los aproximadamente 120.000 turistas austríacos que llegan al año a la isla. Tenemos una muy buena infraestructura como el palacio de congresos de ExpoMeloneras y actividades como esas siempre son un plus a la oferta turística.

La nombraron cónsul honoraria en octubre de 2022 y comenzó a ejercer en febrero de este año. ¿Qué balance hace de estos primeros meses en el cargo?

Hay un cuerpo consular con casi 50 representaciones en Las Palmas y la acogida ha sido muy buena, porque los compañeros siempre están dispuestos a escuchar y ayudar. Tenemos una comida de trabajo al mes en la que se invita a alguna autoridad política, militar o judicial que de una u otra manera puedan colaborar con nosotros y nosotros con ellos; la vida social me ha dado la vuelta en un ámbito en el que yo hasta ahora no me movía y eso me está resultando muy interesante. Y sobre todo he aprendido mucho de la burocracia austriaca de la mano de la vicecónsul. Estoy aún en un período de aprendizaje. Ejercer el cargo me está gustando mucho, porque es muy gratificante poder ser el primer eslabón de ayuda para una persona que viene indefensa y que siente tranquilidad.

"El consulado de Austria quiere impulsar por primera vez eventos culturales en el Sur"

¿Cómo se lo propusieron?

El abogado de confianza de la embajada en Madrid es un compañero de profesión con el que comparto un cliente. Un día me llamó para decirme que el embajador le había pedido ayuda para buscar un sustituto para el cónsul Alfredo Suchomel, que había fallecido hacía unos años, alguien que debía ser una persona seria y que hablase alemán. Y claro, yo pensé que la siguiente pregunta sería si yo conocía a algún austriaco serio, pero cuando me dijo que había pensado en mi para el puesto primero se hizo el silencio y luego me dio la carcajada. Era una propuesta que no me esperaba para nada.

La semana pasada, cuando inauguró la nueva sede consular, recibió la visita del embajador Enno Drofenik. ¿Le ha hecho algún encargo especial?

Tanto como especial, no, solo me pidió que desempeñe las funciones de forma responsable y esté siempre predispuesta a colaborar. Sobre todo lo que me mostró fue agradecimiento porque no es fácil encontrar a alguien dispuesto a esto porque el cargo de cónsul honoraria no está remunerado, sino que se ejerce de forma altruista. Me brindó mucho apoyo y me tendió la mano para todo.

¿Cómo son las relaciones entre Austria y Gran Canaria?

Tenemos unas relaciones muy buenas. Los austríacos tienen mucho interés por la cultura y la sociedad española, y los canarios por la austriaca, pero hoy en día las mayores relaciones están vinculadas al turismo. Y aunque son buenas, deberíamos mejorarlas. Por ejemplo, hay épocas del año, después de la Semana Santa en que acaba la temporada alta turística, en que ninguna compañía aérea austriaca tiene vuelos directos hacia Gran Canaria y todos los austriacos que quieren venir y los canarios que quieren ir se ven obligados a hacer escala en Alemania. Así que creo que se debe fomentar la conectividad directa en temporada baja, en verano. De resto, los austriacos están muy integrados aquí: tenemos un magacín de habla alemana que se edita cada 15 días, la revista Viva Canarias, y Radio Mix, una emisora local que está en manos de una austriaca.

¿Qué oportunidades de inversión cree que ofrece Gran Canaria para los austríacos?

Aquí hay empresarios austriacos en el mundo de las telecomunicaciones, la comunicación y le restauración, y muy pocos en el turismo. Pocos son hoteleros. Pero desde luego que el sector turístico es la principal oportunidad, sobre todo en el ámbito del turismo rural. El empresario austriaco debería poner el ojo en el turismo rural si quiere invertir en Gran Canaria; se pueden impulsar parques rurales con animales autóctonos donde se venda quesos, vinos o miel. Porque de todo lo demás ya tenemos mucho y si vamos a construir un hotel será casi igual que el que está al lado.

Insiste en el turismo. ¿Cómo ve nuestro destino? Me refiero: renovación de infraestructuras públicas, la renovación de la planta alojativa o la gestión de los espacios naturales...

Playa del Inglés y el Campo Internacional están bastante envejecidos, ya no solo a nivel de inmuebles de alojamiento turístico, sino que hay muchas carreteras y aceras que necesitan una intervención. Acabo de venir de El Hierro y no sé si quizá estoy algo condicionada, pero la verdad es que los lugares emblemáticos están muy señalizados y respetados por los turistas, mientras que aquí está todo demasiado masificado. Pero eso es debido a la planificación que se ha realizado durante años, así que si se va a seguir construyendo, se debe hacer con mimo.

Hablaba de unos 120.000 turistas austriacos al año. ¿Qué buscan y qué podemos hacer como destino para que nos sigan eligiendo?

El turista austriaco no viene solo por sol y playa sino que coge un coche de alquiler y sale a conocer la isla, sobre todo a patear el interior. Es amante de la gastronomía y sobre todo intenta conocer la cultura. Por ejemplo Vegueta es un no va más para ellos, les gustan los museos y el folclore. Sobre qué podemos hacer, creo que habría que sacarle un mayor partido a nuestra naturaleza, pues creo que se fomenta muy poco. Por ejemplo, tener más zonas verdes y rutas de senderismo gastronómico. Creo que nos sacamos muy poco partido en ese sentido; vale que vendemos sol y la playa, pero a eso hay que añadirle una oferta complementaria. Hay austriacos que muchas veces comentan que, cómo teniendo las playas que tenemos, no hay camping preparados cerca del litoral ni baños ni merenderos con barbacoas y un punto de agua, hechos de materiales que se integren con la naturaleza para evitar hacer asaderos. Eso en playas no habilitadas, como sí las hay por ejemplo en El Hierro. Todo ello tanto para locales como turistas ya que costa tenemos de sobra.

Ahí queda una propuesta agradable. Precisamente en hace unas semanas se hizo pública la última evaluación de Eurostat sobre la satisfacción de la calidad de vida y Austria se percibe como el país más feliz de la Unión Europea. ¿Cuál es el secreto?

No lo sé, quizá la cultura y las relaciones familiares, o quizá influencia de la historia española (ríe).

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