ANÁLISIS

Cien años del primer aterrizaje en Gando

El 18 de enero de 1924 tomaron tierra en un páramo del sureste de la isla de Gran Canaria los Breguet IV denominados 'Gran Canaria', 'Tenerife' y 'Archipiélago'

Imagen aérea del Puerto de la Luz y Las Palmas.

Imagen aérea del Puerto de la Luz y Las Palmas. / ARCHIVO ALONSO

Cristóbal Alzola Linares

Este 18 de enero se cumplen cien años del primer aterrizaje en la bahía de Gando, en el lugar elegido después como enclave del Aeropuerto de Gran Canaria. Por ese entonces, el Protectorado español de Marruecos, también denominado ‘Marruecos español’, formaba parte del Sultanato de Marruecos como consecuencia de varios tratados hispano-franceses que culminaron en 1912 con la repartición del territorio, correspondiendo a España la zona norte, con las regiones de Yebala, Gomara y el Rif, donde se encontraban imbricadas las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. A Francia le correspondió el resto del sultanato, casualmente sus regiones más ricas. Pronto, los habitantes del Rif se levantaron en armas contra las tropas españolas originando una cruenta campaña conocida La guerra de Marruecos, que produjo graves pérdidas humanas y daños en el ejército español desplegado en dicha zona.

Se levantó una ola de solidaridad en toda España, promoviéndose cuestaciones, colectas, donativos y suscripciones para ayudar a los damnificados y al Ejército. Una de estas propuestas fue formulada el 3 de agosto de 1921, en el periódico La Verdad de Murcia, por un capitán de la Guardia Civil, José Martínez Vivas. En su carta apuntaba la posibilidad de que cada provincia española ofreciera al Ejército un aeroplano.

La campaña denominada Los Aeroplanos del Pueblo resultó un gran éxito y dio como resultado la adquisición y donación al Ejército de un total de 39 aeroplanos, procedentes de 17 provincias (cuatro de ellos de Canarias), territorios extranjeros como Cuba o Manila, periódicos como La Vanguardia y particulares como el ciudadano belga George Marquet o el ex senador Eusebio Giraldo.

Entrega de medallas a los militares en el Hotel Santa Catalina. | | LP/DLP

Entrega de medallas a los militares en el Hotel Santa Catalina. | | LP/DLP / Cristóbal Alzola Linares

En el periódico LA PROVINCIA del 13 de agosto de 1921, en cabecera, aparecía la primera referencia sobre este tema en Canarias un artículo titulado Por la Patria, el cual terminaba con estas palabras: «Y como esos sentimientos deben cristalizar en hechos, y nosotros vemos en el sentir público el anhelo de que se le impulse a mayores empresas, sin perjuicio de que se constituya una junta que lleve a feliz éxito nuestra propuesta, iniciamos hoy al igual que se ha hecho en otras provincias, una suscripción pública para adquirir un aeroplano para el Ejército que con el nombre de ‘Gran Canaria’ sea expresión de nuestro homenaje y adhesión a la Patria. LA PROVINCIA suscribe 250 pesetas para ese objeto».

Los cuatro aeroplanos Breguet XIV franceses donados por Canarias fueron el Isla de La Palma, el Archipiélago Canario, el Tenerife y el Gran Canaria. El día 15 de enero de 1922, en el aeródromo de Tablada (Sevilla), junto a 16 aparatos más, se entregó al Ejército el Isla de La Palma, bendecido por el arzobispo Eustaquio Ilundain y amadrinado por Su Majestad la Reina Doña Victoria, representada por la infanta Doña Luisa. A su vez, el Archipiélago Canario y el Tenerife fueron entregados al Ejército el 3 de julio de 1922, en el mismo aeródromo, bendecidos y amadrinados también por las mismas personas. Todos llevaban en los costados del fuselaje escudos de aluminio representando a cada isla.

La entrega del Gran Canaria al Ejército, juntamente con el aparato Madrid, tuvo lugar en el aeródromo de la capital del Estado Cuatro Vientos, el sábado 24 de junio de 1922. Posteriormente, el 1 de agosto, LA PROVINCIA publicó un número extraordinario narrando extensamente los hechos acaecidos en dicho acto.

El Gran Canaria fue el primer avión de la historia que tomó tierra en Gando pilotado por el teniente Juan Martínez de Pisón, acompañado del cabo mecánico Juan Bosch Guitart

La primera relación de donantes se publicó en este rotativo el 20 de agosto de 1921, ascendiendo a un total de 560 pesetas y estaba encabezada, después de la aportación del periódico, por ciudadanos de la ciudad de Telde.

Como resultado, los ingresos ascendieron a 43.157,90 pesetas, y los gastos fueron de 39.433,05, lo que dejó un resto disponible de 3.724,85 pesetas.

Los gastos se desgranan en las 38.779,40 pesetas que costó el aparato girado a Madrid, las 400 pesetas de los escudos de aluminio y las 250 pesetas que se entregaron a la familia del artillero Eduardo Cabrera en concepto de donativo.

El Breguet XIV A2 era un avión de origen francés, monomotor, sesquiplano, de reconocimiento y ametrallamiento, que empezó a volar en 1917, durante la I Guerra Mundial, donde fue considerado uno de los mejores aviones de su clase. En total, se construyeron unas 8.000 unidades. En España, con un total de 140, algunos de ellos de construcción nacional, entraron en servicio en 1919 y se mantuvieron en vuelo hasta 1934.

Fotografía de archivo de los tres aviones que protagonizaron este hito histórico para la aviación en Canarias. | | LP/DLP

Fotografía de archivo de los tres aviones que protagonizaron este hito histórico para la aviación en Canarias. | | LP/DLP / Cristóbal Alzola Linares

Este periódico, el 25 de junio de 1922, publicó un sentido artículo en el que expresaba que «pudo LA PROVINCIA llevar a efecto tan patriótica empresa, utilizando los ofrecimientos que, en gran número, llegaron a su redacción», añadiendo que «confió al Señor Delegado del Gobierno de Su Majestad la misión ilimitada de constituir una Junta». El artículo continuaba diciendo que «así se efectuó, renunciando nosotros hasta a formar parte de aquélla; si bien, más tarde, y correspondiendo a un sentimiento de delicadeza de nuestro estimado compañero el Director del Diario de Las Palmas, que fue designado para representar a la prensa en la citada Junta, y que renunció a su puesto por entender éramos nosotros quienes debíamos ocuparlo, nuestro Director integró la comisión ejecutiva de la Junta prenombrada».

«LA PROVINCIA no quiere nada para ella y se da por muy satisfecha habiendo proporcionado a Gran Canaria esta nueva expresión de su patriotismo», recogía en su edición. A estas alturas del relato, creo que nadie dudaría de que la isla de Gran Canaria deba su avión a la iniciativa y esfuerzos protagonizados por el periódico LA PROVINCIA.

En el año 1923 se consideró oportuno, por parte del Jefe de la Aeronáutica Militar, el general Soriano, aprovechar un periodo de relativa calma en la guerra de Marruecos para organizar una expedición aérea a las provincias más alejadas de la patria, en este caso Canarias, como demostración del deseo de protección a sus territorios más lejanos y, al mismo tiempo, como agradecimiento por la donación de los aeroplanos al ejército español.

El avión María Antonieta en Arrecife. | | ARCHIVO ALONSO

El avión María Antonieta en Arrecife. | | ARCHIVO ALONSO / Cristóbal Alzola Linares

Tres de los cuatro

Un año después, en enero de 1924, Archipiélago Canario, Gran Canaria y Tenerife protagonizaron el raid desde Larache (Marruecos) a Canarias, pilotados por los capitanes Pardo García y Martínez-Esteve, y el teniente Pisón, acompañados por los observadores el capitán Bermúdez de Castro, el teniente Rexach y el mecánico Bosch. Un hidroavión Dornier Wal de la base de El Atalayón (Melilla) actuó como escolta. El Isla de La Palma no participó, probablemente por estar averiado o destruido.

En la cuestación participaron organismos oficiales, ayuntamientos, barrios, sociedades civiles, unidades militares, centros educativos, empresas, parroquias, buques y particulares. Se promovieron también actos populares como verbenas, veladas, partidos de fútbol y funciones teatrales. El Cabildo Insular recogió 2.464 pesetas y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, 2.469.

El hidroavión, tripulado por los capitanes Franco y Mas de Gaminde, con los mecánicos Mateo y Panizo, y el operador de cámara Leopoldo Alonso, partió de Melilla el día 3 con rumbo a Cádiz, donde recogió al comandante Delgado Brackembury, jefe de la expedición. Al día siguiente partió el Dornier hacia Larache, donde le esperaban los Breguet, pero por circunstancias meteorológicas desfavorables en toda su travesía fue imposible acompañarlos, efectuando su vuelo en solitario hasta Cabo Juby, a donde llegó el día 17, después de pasar por Ceuta, Casablanca y Mogador, siendo tantas las atenciones recibidas en este último lugar, donde estuvo a punto de naufragar, que bautizaron el Dornier con el nombre de la hija del gobernador civil, María Antonieta. Los Breguet habían llegado el 14 a Villa Bens (Cabo Juby) y, a petición del jefe del puesto, el coronel Bens, hicieron unos vuelos por el interior del Sahara, con gran expectación de los nativos.

El 18 de enero, despegaron los cuatro aviones de Cabo Juby y se dirigieron a Gran Canaria, aterrizando sin novedad en el Páramo de Gando los Breguet, mientras que el Dornier, en el que viajaba como invitado el coronel Bens, hacía lo mismo en el Puerto de la Luz. Amablemente, todos los tripulantes decidieron que el llamado Gran Canaria fuera el primer avión de la historia que tomara tierra en Gando, con el teniente Juan Martínez de Pisón, que tuvo el inmenso honor de pilotarlo, acompañado por el cabo mecánico Juan Bosch Guitart.

El alcalde accidental Juan Ortiz, el teniente Martínez de Pisón y el comandante Delgado Brackembury, en el Gran Canaria. | | LP/DLP

El alcalde accidental Juan Ortiz, el teniente Martínez de Pisón y el comandante Delgado Brackembury, en el Gran Canaria. | | LP/DLP / Cristóbal Alzola Linares

Una multitud de personas aguardaban en el páramo de Gando la llegada de los aviadores y los escoltaron hasta la ciudad con una caravana de más de 200 automóviles, alojándose todos los tripulantes en el Hotel Metropol.

Indescriptibles, a fuer del cámara Alonso, relator del raid, fueron los agasajos, bailes y banquetes ofrecidos por las entidades civiles de la ciudad como el Círculo Mercantil, Gabinete Literario, Club Náutico o el Ayuntamiento. El 22 fue el colofón, con la entrega por distinguidas damas de la sociedad canaria, a cada miembro de la expedición, de medallas de oro y plata alusivas a la travesía aérea, en una emotiva garden-party que se desarrolló en los jardines del Hotel Santa Catalina.

Bautismos del aire

Anteriormente, el día 21, se efectuaron unos vuelos de cortesía llamados bautismos del aire a ciertas personas, entre ellas el alcalde accidental de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Ortiz, o Pepe Gonçalvez, fundador del Real Club Victoria. El Tenerife, que aterrizó después del Gran Canaria, cegado su piloto por los remolinos de polvo, embistió la cola de este, destrozándola e inutilizando definitivamente el aeroplano.

El 30 se culminó el raid con un vuelo a Tenerife de los dos Breguet restantes y el Dornier. Al aterrizar en un deficiente campo de vuelo improvisado en Arico, el Tenerife capotó quedando también inutilizado. El jefe de la expedición, el comandante Delgado, tomó la decisión de terminar el raid para los aeroplanos terrestres, desmontarlos y regresar a su origen por vía marítima. Ni que decir tiene que en Santa Cruz de Tenerife se repitieron los innumerables agasajos y manifestaciones de entusiasmo por la presencia de los aeronautas.

Acreditación del piloto Juan Martínez de Pisón. | | LP/DLP

Acreditación del piloto Juan Martínez de Pisón. | | LP/DLP / Cristóbal Alzola Linares

El periódico La Gaceta de Tenerife del día 31 recogía las sentidas palabras del primer teniente de alcalde de la capital, el señor Ravina, en un almuerzo celebrado en el Ayuntamiento, referentes al hecho «de que hubieran sufrido desperfectos los aeroplanos Tenerife y Gran Canaria, y que sin embargo el Archipiélago Canario continuara intacto, dictado de la providencia, que por ser justa y por ser la aspiración de la Región, mantendrá incólume la unidad del archipiélago, sin que hayan motivos bastantes que consigan vulnerarla».

El hidroavión, antes de emprender viaje, sobrevoló el Teide, donde el cámara Alonso hizo las primeras fotografías aéreas del volcán, a duras penas por el frío extremo que pasó en la cabina abierta del morro del avión. Partió, definitivamente, el día 7 de febrero. Haría el vuelo de vuelta a su base, después de una escala técnica en Lanzarote para repostar y otras localidades marroquíes.

El sentimiento del pueblo canario hacia el conjunto de la nación española quedó perfectamente demostrado en aquellos tiempos difíciles de penurias y necesidades de todo tipo. Nuestro insigne e inmortal paisano, Benito Pérez Galdós, a pesar de sacudirse los zapatos al abandonar Las Palmas hacia Madrid en 1867, solía decir, refiriéndose a los canarios que «tanto más cercanos a la Patria con el corazón, cuanto más alejados estamos por la distancia».