Medio Ambiente

El Cabildo mejora los puntos limpios para incrementar el reciclaje insular

La red de captación de residuos domésticos y municipales recibe una inversión de 2,2 millones de euros | El sistema canaliza un volumen de 52.000 toneladas

El punto limpio y planta de transferencia de Guía, en la mañana de este martes, durante la presentación de sus nuevas dotaciones. | | DAVID DELFOUR

El punto limpio y planta de transferencia de Guía, en la mañana de este martes, durante la presentación de sus nuevas dotaciones. | | DAVID DELFOUR / Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

El Cabildo ha invertido 2,2 millones de euros para lograr una mayor capacidad de reciclaje y una mejora en la gestión de los ocho puntos limpios y dos plantas de transferencia con las que cuenta la isla de Gran Canaria.

Esos puntos limpios son clave en la cadena de la economía circular y están destinados para recibir los residuos de los particulares, mientras que las plantas de transferencia, ubicadas en La Aldea y Guía, tienen como objetivo recibir los materiales reciclables de los municipios. Y es en Guía donde el presidente de la Corporación insular, Antonio Morales, presentaba este martes las mejoras recibidas en las diferentes instalaciones con el fin de incrementar su capacidad de reciclaje que ahora mismo asciende a un total de 52.000 toneladas, lo que representa un 36 por ciento de las 145.000 toneladas que se generan anualmente en Gran Canaria.

A lo largo de un recorrido por las instalaciones ubicadas en Llano Alegre, en la vía de acceso al Cenobio de Valerón, y que comparten las dos funciones, como punto limpio, y de transferencia, detallaba unas intervenciones que son idénticas en el resto de la red, como la dotación de un sistema de cámaras de vigilancia -ya que son recurrentes los robos de material en este tipo de infraestructuras-, complementado por un sistema de acceso digital; y la edificación de un conjunto de casetas destinadas a los residuos peligrosos o aquellos que deben ser objeto de un tratamiento especializado y que van desde las gafas de sol a las placas de radiografía, pasando por cartuchos de tinta, pilas y baterías de móvil, aerosoles, pinturas, barnices y disolventes, o bombillas y fluorescentes, entre otros muchos. A ello se añade su repavimentación, una renovación de la señalética, la instalación de placas solares para el consumo de la planta e incluso un sistema de recogida de aguas pluviales para el riego de sus jardines. Los trabajos se completaron con el incremento de un sistema de carriles para agilizar el trasiego de los grandes contenedores que llegan en camiones en la sección de la planta de transferencia.

También podrán a partir de ahora añadir a la descarga de la denominada fracción resto a cargo de los servicios municipales que se venía realizando hasta ahora, la de otro tipo de residuos, que abarcan los envases ligeros, el papel y cartón, así como los trastos y enseres. Pero también los de fracción orgánica, aunque de momento solo en Guía, lo que permite reducir las distancias recorridas por los camiones, con la consiguiente agilidad del servicio, y el ahorro de combustibles y emisiones a la atmósfera.

Para subrayar la importancia de este tipo de infraestructuras Morales exhibió los datos aportados por el servicio en 2023, año el que los ocho puntos limpios canalizaron el reciclaje de 29.314 toneladas de residuos, mientras que en las dos plantas de transferencia ascendieron a las 20.736 toneladas en la de Guía y otras 2.477 en la de La Aldea.

Se trata de un volumen un 5 por ciento superior con respecto al del año 2022, pero con todo insuficiente, porque «el objetivo es que podamos reciclarlo todo y, por eso, ahí están las campañas de concienciación y, por eso, aquí están las instalaciones de este tipo».

En este sentido, el presidente del Gobierno insular hizo especial hincapié en la necesidad de sensibilizar y concienciar a la ciudadanía acerca de que se pueden reciclar productos que no es posible tratar en las plantas convencionales y que necesitan ser sometidos a un tratamiento especial. «Está en nosotros, en los consumidores, en los habitantes de la isla, que utilicemos menos productos susceptibles después de ser reciclados», concluye.