Santa María de Guía

El histórico molino de gofio San Pedro tendrá su propio sello de Correos

El timbre reúne símbolos del patrón y el trigo, Mr. Leacock y la fiesta de Las Marías de Guía

Juan Carlos Santana y Atenyama Rodríguez.

Juan Carlos Santana y Atenyama Rodríguez. / LP / DLP

Javier Bolaños

Javier Bolaños

El molino de gofio San Pedro, en La Atalaya de Guía, contará con su propio sello postal de Correos, lo que supondría el primero de Gran Canaria, según el propietario Juan Carlos Santana. El diseño de la estampa hace un guiño a la fiesta de Las Marías, el cielo, el agua, el trigo a través de San Pedro que da nombre desde hace tres cuartos de siglo a este negocio, y al fallecido empresario británico que dejó su huella en la agricultura de la comarca Mr. Leacock.

El origen del molino de San Pedro se remonta a los años 50, pero después de más de siete décadas sigue tostando el millo. En esta última etapa, bajo la propiedad de Juan Carlos Santana, un emprendedor que trata de dar más valora a uno de los productos más ancestrales y típicos de la gastronomía canaria.

Sellos del molino San Pedro.

Sellos del molino San Pedro. / LP / DLP

El molino San Pedro viene trabajando desde hace semanas en el diseño de un timbre que se podrá pegar en los sobres que dan vida a las comunicaciones postales, en colaboración con responsables de la empresa pública estatal. De momento no se ha puesto en el mercado, aunque ya cuenta con las pruebas finales con la que esta pequeña industria podrá ser estampada para los coleccionistas y para los propios usuarios.

El propietario de esta pequeña industria tradicional señala que la idea vino de Natalia Mendoza, y a partir de ahí se lo tomaron en serio y han ido colocando las piezas que llevará en su interior con el apoyo de Marcos Mendoza. «Se trata del primer molino con sello de toda Gran Canaria», según Santana, que señala que en el molino han trabajado mucho para que pueda ser una realidad de la mano de Correos.

Varios son los elementos simbólicos que lo distinguen. En primero lugar, San Pedro asociado al trigo; una corona que simboliza la presencia británica del empresario fallecido Mr. Leacock; la ‘M’ de la popular fiesta de Las Marías de Guía; y los colores blanco del cielo y azul del mar isleño.

Exterior del molino.

Exterior del molino. / LP / DLP

Esta es la nueva marca del molino San Pedro, que conserva buena parte de lo secretos tradicionales de esta industria del molido del millo, que ahora está en auge nuevamente. En este ‘museo’ hay más: sus enormes piedras de cantería, la mayor de las cuales pesa unos 800 kilos, y algunas ruedas de hasta 1.300 kilos de peso. El secreto de este gofio es, precisamente, esas piedras sacadas de una cantera isleña. Así como una vieja máquina de gasoil británica de la marca Ruston Lincoln England, que movía mediante poleas la maquinara, Como también se conservan pesas, una máquina registradora, y picaretas especiales para eliminar las manchas negras que se van acumulando en la piedra y otros elementos que forman parte de su historia.

Feria alimentaria catalana

De momento, Juan Carlos Santana ha asistido en estos días en una feria alimentaria de Barcelona, donde ha llevado 60 kilos de gofio del país, argentino y de cereales (20 de cada uno), junto a 160 bolsas de pan bizcochado de la panificadora Sosa, de Hoya Pineda de Gáldar, y varias cajas de miel de Casimiro y Peñate, de Valsequillo. Santana acude de la mano del Cabildo por primera vez, en busca de una experiencia que espera concluir con unas buenas ventas y dar a conocer estos productos de la tierra.

Esta expedición coincide con el aniversario de la reapertura de este molino, tras varios años cerrado al público. Será este viernes 22 de marzo cuando se cumplirán tres años bajo la gestión de Juan Carlos Santana.

El gofio canario está incluido en el registro de denominaciones de origen de Europa, con la mención de Indicación Geográfica Protegida (IGP), que es un sello de calidad diferenciada que certifica su elaboración en Canarias con cereales tostados y molidos de forma tradicional.

Aborigen

Este producto ya era conocido y usado por los aborígenes de las Islas (que lo denominaba también ‘ahoren’), que tostaban el gofio en recipientes de barro y lo molían en molinos de mano, hechos con piedra basáltica porosa.

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