CR Presa de la Cumbre

Antonio Hernández: «El agua como bien escaso en las Islas Canarias»

La necesidad de realizar una planificación insular urgente para aumentar el caudal para que, a los agricultores, así como al sector primario en general no les falte el agua

Presa de la Cumbre (Presa de los Hornos).

Presa de la Cumbre (Presa de los Hornos). / La Provincia

LP/DLP

El problema de la sequía que azota a Canarias conlleva numerosos conflictos y daños asociados. El foco no está en si llenar o no una piscina, sino si habrá suficiente agua para evitar la estocada final al sector agrícola, cuya subsistencia depende en exclusiva de la misma y acabar, de esta forma, con el tan anhelado, pero nunca alcanzado sueño de la autonomía alimentaria. La emergencia hídrica se suma a los numerosos obstáculos que ya tiene el sector primario, más allá del relevo generacional, el aumento de los costes fijos, de la mano de obra, transportes, abonos químicos, fitosanitarios y la inestabilidad del mercado.

Desde el Gobierno de Canarias se afirma que la crisis hídrica es inabordable sin el compromiso del Estado, apelando a la necesidad de flexibilizar la regla de gasto para afrontar las inversiones más urgentes de cara al verano; y solicita un nuevo convenio de obras hidráulicas. Al mismo tiempo, aseguran que se está trabajando en la agilización de las obras de regadío previstas en este ejercicio, así como en la convocatoria de las subvenciones para iniciativas de regadío, ayuda al coste energético de producción de agua para riego y ayuda a los cultivos de medianías. En la Isla, por parte del Cabildo aseguran que el sector primario, de esta isla no se está en situación de emergencia hídrica y que el suministro para consumo humano está garantizado sin necesidad de restricciones gracias a las desaladoras existentes. Pero, la situación del sector primario es vulnerable, al depender, en gran parte, de los embalses y presas, que actualmente están al 6 % de su capacidad, y siguen bajando, al no llover, por lo que los agricultores canarios se enfrentan a un futuro incierto.

Antonio Hernández Guerra, presidente de la Comunidad de Regantes Presas de la Cumbre.

Antonio Hernández Guerra, presidente de la Comunidad de Regantes Presas de la Cumbre. / LP/DLP

Antonio Hernández, Presidente de la CR Presa de la Cumbre, agricultor, productor platanero, representa a un gran grupo de agricultores-comuneros, situados en 9 municipios de esta Isla, por los que discurren las instalaciones de esta Comunidad. “Agricultores que riegan, no sólo con el agua de la presa de la Cumbre, cuando hay, sino también con otros pozos, presas y desalinizadoras, ya que en los últimos años la Presa de la Cdad. de Regantes ha estado casi vacía, por la falta de lluvia, y eso que está situada en el lugar más alto de esta isla. Presa construida hace muchos años por nuestros antepasados, con el fin de abastecer con su agua a diferentes municipios, con el objetivo de fomentar la agricultura. No vemos que por las Administraciones públicas se lleven a cabo actuaciones para solucionar el problema actual de falta de agua, proponen soluciones a largo plazo, que serán o no eficientes, si el sector primario sobrevive”.

“En concreto la CR Presa de la Cumbre tiene 5.200 participaciones, el agua que se almacena en su interior, cuando llueve, que no es el caso de los últimos años, da vida y se reparte entre más de 500 agricultores, situados en 9 términos municipales, Valleseco, Arucas, Firgas, Teror, San Mateo, Santa Brígida, Las Palmas, Telde… Pero con la falta de lluvia que existe no tiene agua para repartir, algo generalizado en la isla. Se echa en falta que los Organismos públicos se preocupen por las necesidades del sector primario, y que realicen inversiones en previsión del agua que se va a necesitar en los meses de verano”, se queja Hernández. 

La emergencia hídrica se suma a los obstáculos que ya tiene el sector primario

“No soy técnico”, explica, “pero lo primordial hubiese sido hacer una evaluación general y planificar con urgencia el aumento del caudal para que, a los agricultores, y sector primario en general no les falte el agua”. Para Hernández, el problema no está en las pérdidas en las conducciones. “La presa de la Cumbre tiene más de 70 kilómetros de tuberías, que vienen desde una gran altura, más de mil metros, y bajan hasta que llegan a la costa, puede perder algo de agua, perdidas que a veces se producen por roturas, al construir encima de las tuberías, sin planificación, otras la propia naturaleza, como ocurre con las raíces de los árboles, pero ese hoy, no es nuestro mayor problema”. Vemos como los Organismos públicos van invirtiendo en las necesidades de las ciudades de las islas, sin que realmente se realice una evaluación de las necesidades reales que tienen, de las infraestructuras existentes, por lo que la inversión no está bien realizada, en ocasiones, y no resuelve ninguna de las necesidades que existe”. Otro problema, según Hernández, es que “en el Parque Rural de Doramas y el Bco. de Los Tilos de Moya o del Laurel, la poca agua que baja está contaminada, o es muy salina, y no son aptas para riego agrícola; lo mismo ocurre con los pozos de medianías, algo que se ha puesto de manifiesto a los distintos Organismos públicos, sin que aparentemente hayan hecho algo para solucionarlo, pues siguen bajando igual de contaminadas” comenta. 

Hernández, apostilla, además, que ven cómo, en ocasiones, determinados Organismos, elevan el precio de las acciones, en aras de controlar el agua embalsada, hecho que puede afectar a los agricultores y comuneros, que plantan con gran escasez de agua, en pro de otras zonas, en la que la falta de agua no es tan prominente. Debe hacerse una distribución del agua zonificada, debiendo ser, en época de sequía, el Organismo competente quien, con una planificación informada la distribuya. El agua es de interés general, por tanto, de toda la isla, no caben posturas insolidarias de unos municipios frente a otros, de ahí la importancia de una planificación insular”.

Preguntado sobre el papel y el futuro del plátano en unas islas deficitarias en agua, Hernández tiene claro que Europa no ha querido apostar por este cultivo. “Las ayudas no han cambiado desde hace 20 años, la producción ha subido, pero se distribuyen menos ayudas por kilo y los costes son superiores. Hace mucho que no llegan subvenciones para modernización, que permitirían ahorros notables, y cuando los mercados se recuperen por completo, habrá exceso de producción y la misma demanda, por lo que habrá que deshacerse del sobrante para estabilizar los precios, hecho que hace que toda el agua invertida en la producción, será agua perdida. Las Administraciones están para asesorarnos sobre qué alternativas de cultivo se pueden iniciar por los agricultores, en aras de abrir nuevos mercados y ampliar la demanda, para que, aunque haya aumento de producción, esta tenga cabida en el mercado. Si nos enfrentamos a un escenario de escasez, sobrevivirán sólo los que más competitivos sean, desaparecerán pequeños y medianos agricultores”.