La patronal que aglutina los servicios de ocio y otros complementarios a la actividad turística en Lanzarote hizo ayer un balance positivo de la evolución de sus ventas el mes de agosto, el de mayor demanda de la temporada estival, y que se saldó con volúmenes superiores a los del mismo mes del año pasado. Así lo aseguró ayer el presidente de Aetur, Victoriano Elvira, quien precisó que el mes "ha sido bueno y bastante mejor que el de 2009". El anuncio por parte de los controladores aéreos de la huelga que tenían previsto llevar a cabo a partir del 22 de agosto y que fue desconvocada, no ha tenido consecuencias del todo negativas para el turismo en la isla como se preveía en un principio, a tenor de la valoración realizada por Elvira. "Algo se habrá perdido [en relación a las ventas que se dejaron de hacer por la incertidumbre de algunos clientes a la hora de viajar], pero se reaccionó a tiempo y el aviso de que el paro no se iba a realizar fue importante", subrayó el presidente de Aetur.

No obstante, se mostró prudente y aseguró que "aunque la demanda ha mejorado no resuelve los problemas que afectan al sector, sobre todo, al de la restauración, que cada vez tiene una menor rentabilidad por la expansión del 'todo incluido', que supera ya el 30% de los establecimientos hoteleros". Añadió que los españoles salen más que el resto de europeos de los hoteles y "suelen realizar más gasto".

La presidenta de la Asociación de Empresarios de Hoteles y Apartamentos de Lanzarote (Asolan), Susana Pérez, fue prudente a la hora de pronunciarse sobre los resultados del periodo vacacional por excelencia del año. "La repercusión real de la amenaza de protesta de los controladores la veremos al cierre del mes", aseveró. Los hoteleros tenían una previsión de crecer unos cinco puntos en relación a la ocupación de agosto de 2009, que fue del 78,43%.

Por otro lado, Pérez explicó que los establecimientos han visto mermada en hasta un 15% su rentabilidad "por las ofertas, promociones y ajustes que han tenido que realizar en los precios de los alojamientos para atraer a sus clientes, coste que se equipara con el gasto que tenía que realizar un turista en 2007 para alojarse".