El enfrentamiento entre el Ayuntamiento y la empresa que gestiona los cementerios bloquea desde hace más de dos años la construcción de nuevos nichos en San Lázaro, lo que está generando serios problemas a la hora de enterrar a los muertos. La falta de nichos obligó a 42 familiares a enterrar a sus muertos en una sepultura en tierra entre el 6 de diciembre y el 16 de enero pasado, según aseguró ayer el gerente de Canaricem, Javier Chico de Guzmán, quien consideró que la "situación podría repetirse en cualquier momento". Canaricem acusa al Gobierno local de "bloquear" desde hace varios años la construcción de nuevos nichos o el desalojo de otros abandonados, mientras que el concejal de Cementerios, Benito Cabrera, sostuvo que la concesionaria "tiene un suelo grandísimo para hacer nichos nuevos en San Lázaro".

Chico de Guzmán advirtió de que en estos momentos quedan en San Lázaro sólo diez nichos disponibles. La carencia de sepulturas en este cementerio se remonta a hace algo más de tres años, una situación a la que el Ayuntamiento ha sido incapaz de darle solución. La suspensión del cobro de la tasa de cementerios, por parte de la anterior edila de Cementerios, Nardy Barrios, abrió un conflicto entre la concesionaria, beneficiaria de dicha tasa, y el Gobierno local, que aún no se ha cerrado.

Guzmán acusó a Barrios de paralizar en 2009 la construcción de 240 nichos. "Ordenó el derribo de lo construido y Urbanismo desautorizó la orden de paralización. Si nos dejan seguir con esa obra, en 15 días la terminaríamos", dijo Guzmán, quien acusó a Barrios de "no permitir el desalojo de más de 1.000 nichos abandonados. Nos tienen cogidos de pies y manos. No podemos hacer nada, ni construir los nuevos ni desalojar los abandonados. Estamos creando un problema a los ciudadanos".