Mide algo más de 15 metros de longitud y unos 13 metros de ancho. Unas cifras equiparables a las que pueden ofrecer buena parte de los 231 barcos que participan en la ARC. Pero, lejos de esas similitudes, el Rayon Vert es único. Sus comodidades son escasas, y su espectacular apariencia externa le distingue de los demás. Lleva el espíritu de competición en cada unas de las partes de su estructura. Y, por encima de todo, será el único trimarán que tomará parte en esta prueba que arrancará este domingo. Es el auténtico Fórmula 1 de la regata.

"Nuestro objetivo es ganar la prueba". Johan Delhumeau es uno de los patrones de este velero multicasco rojo, que cuenta con una estructura principal en donde se hace la vida cotidiana y dos patines más pequeños a ambos lados, unidos a la parte central por arcos. Y, a diferencia de otros muchos participantes que se embarcan en esta prueba como una aventura dentro de la camaradería, sus intenciones desde el primer momentos están muy claras.

Junto a Johan se encuentra su padre, Alain, que se acaba de subir al palo mayor para reparar algún problema, y su tío Frederic Benceron. El jueves se espera la llegada de Bruno Descales, que les acompañará en esta travesía de 2.700 millas al Caribe.

"Hay otros barcos muy buenos, pero yo creo que tenemos muchas posibilidades". Johan Delhumeau asegura que hay algunos yates participantes que le pueden poner difícil el triunfo. Pero cuenta con un arma muy veloz, con la que espera superar los 20 nudos de velocidad si el viento acompaña. Por encima de todo, una de sus principales armas es que apenas pesa seis toneladas, la mitad de otros competidores.

El reto es entrar en el Caribe en unos 10 u 11 días, lo que le daría la posibilidad incluso de batir el récord absoluto de esta competición, de la que este año se cumplen 26 ediciones, y que tiene como marca histórica la alcanzada en el año 2006 por el yate italiano Capricornio, que necesitó 11 días, 5 horas, 32 minutos y 30 segundos.

Esta opción abre un nuevo aliciente en esta tripulación, que no se había planteado este reto alternativo, y que tiene a partir de ahora una nueva asignatura en su libro de ruta.

La tripulación de origen francesa tiene desde hace un año en su poder este trimarán, y es también la primera vez que toman parte en esta competición.

La ambición de este equipo va más allá de la regata ARC. La tripulación francesa se ha tomado la travesía como un banco de pruebas, ya que aspira a participar a partir del próximo año en las más importantes competiciones del calendario. Para eso, precisamente, compraron este multicasco hace un año. Y es que el Rayon Vert tiene tras de sí una amplia trayectoria, que incluye la vuelta al mundo, aunque era con otras manos.

Johan Delhumeau reconoce que en la semana y media que tardarán en cruzar el Atlántico dispondrán de muy pocas comodidades. Para hacernos una idea, carece de agua caliente, de ducha y hasta de frigorífico. Por tanto, vivirán a base de latas y productos ya preparados que no requieran conservación.

Se da la circunstancia de que esta familia se dedica profesionalmente a la pesca en Francia, pero avisa que, a diferencia de la vida pausada que tendrá la mayoría de participantes, que tardará en la mayoría de los casos entre 29 y 30 días, la velocidad de su trimarán y la falta de congelador les hará tener que dejar de lado la caña de pescar.

"Tenemos muy pocas comodidades", admite, aunque sus aspiraciones pasan por reducir al mínimo el peso de la embarcación. Eso no quiere decir que no cuente con medios muy sofisticados para lanzarse a este reto y, por supuesto, con sus propios dormitorios.

El Rayon Vert es uno de los 30 multicascos que se han inscrito en la ARC, lo que supone una cifra histórica. La prueba se convertirá en el evento de catamaranes más grande del mundo, según la organización. En su categoría no está permitido el uso de motor, pero el viento es su gran arma para volar sobre el mar.