Buena parte de los conductores que normalmente acceden desde el Sur a la capital grancanaria por la GC-1 buscaron ayer otras alternativas, para evitar el atasco provocado por el derrumbe de un muro de contención, por otras vías de acceso a la ciudad, sobre todo por la Circunvalación (GC-3), que sufrió una mayor saturación de tráfico del que ya soporta en días normales durante las horas punta. Lo mismo ocurrió con los túneles de Pedro Hidalgo y San José, la carretera del centro (GC-110), la bajada de La Ballena y el túnel de Julio Luengo, que aguantaron una gran sobrecarga en la c irculación. Otras calzadas como la vieja carretera de Telde (GC-100) y las de Marzagán, El Sabinal y Los Hoyos registraron también gran afluencia de vehículos. Los conductores buscaron otros desvíos para huir del gran atasco que está provocando la reducción de la autovía a un solo carril, cerca del antiguo Tívoli.

Técnicos consultados por este periódico calculan que entre 60.000 y 70.000 vehículos procedentes del sur del municipio y de la isla, que normalmente entran en la ciudad por la GC-1, se repartieron ayer por otras vías alternativas para no morir de impaciencia en el atasco e intentar llegar a tiempo a sus obligaciones. Otros madrugaron y salieron antes de sus casas, los menos optaron por el transporte público y los que pudieron, se quedaron en casa. Aún así, las grandes retenciones se repitieron en la GC-1 y el atasco alcanzó los 16 kilómetros y llegó a la altura del aeropuerto de Gran Canaria, menos que el día anterior, donde la cola alcanzó los 24 kilómetros y llegó hasta la altura del Polígono de Arinaga, según informaron ayer la jefa provincial de la Dirección General de Tráfico, Eva Canitrot, y fuentes de la Guardia Civil.

A los chóferes de guaguas y camiones no les ha quedado más remedio que desviarse por la Circunvalación, debido a la prohibición que tienen de circular por la GC-1 y esperan que se habiliten cuanto antes más carriles en el tramo afectado por el derrumbe porque las "pérdidas económicas son brutales", según advirtió José Ángel Hernández, secretario general de la Federación de Empresarios del Transporte. "De seguir así, nos llegaría la ruina", añadió Hernández, quien consideró que los principales problemas, explicó, se están produciendo en el transporte de mercancías, que se ha visto obligado a reducir sus servicios hasta un 60% en algunos casos, debido al tiempo perdido por el atasco.

"Tenemos un problema muy importante por las fechas en las que estamos, porque el sector comercial demanda muchísimos servicios y llevamos ayer y hoy que no estamos pudiendo cumplir ni los horarios ni las fechas, porque los colapsos en el acceso del tráficio rodado está demorando mucho los transportes. El ratio de cada camión para mantener un servicio minimamente óptimo es de cinco repartos o viajes al día y ayer se realizaron dos, uno por la mañana y otro por la tarde".

El derrumbe del muro de contención está provocando también pérdidas económicas a los conductores, que se ven obligados a dar grandes rodeos para llegar a tiempo a sus trabajos.

Es el caso de José García. Vive en Jinámar y ayer madrugó para llegar puntual a su trabajo. Salió a las seis de la mañana con un compañero y a "esa hora ya había atasco en la GC-1. Para no coger la cola y poder llegar a tiempo al trabajo y aparcar cogimos por Marzagán, subimos por El Sabinal, conectamos por la GC-3 y bajamos por Julio Luengo hasta Alcaravaneras. Al final llegamos cerca de las siete de la mañana. Había un tráfico increíble y la Circunvalación a esa hora ya estaba cargada. Normalmente tardamos unos 15 minutos como mucho en llegar. Ayer tardamos más de 25 minutos", aseguró.

A las seis de la mañana, ya había atasco en la GC-1, en las inmediaciones de Jinámar, por el embudo. A partir de las siete, las retenciones fueron aumentando progresivamente hasta llegar a los 16 kilómetros. Un taxista aseguró que tardó dos horas en llegar a la ciudad desde el aeropuerto en el momento más crítico.

Otra vía que está sufriendo una gran carga de tráfico a causa del incidente es la GC-100, la carretera vieja de Telde, porque muchos conductores están optando por coger este atajo que pasa por Jinámar para esquivar las colas.

Ambulancias

En cuanto al transporte sanitario, la federación ha conseguido, según informó José Ángel Hernández, llegar a un acuerdo con Tráfico para que las ambulancias que trasladan enfermos puedan pasar por la GC-1, en los casos de urgencia.

Por su parte, las guaguas turísticas se han visto obligadas a reconfigurar todos los horarios de excursiones y conexiones con el aeropuerto. "Los cruceristas se ven fuertemente afectados porque no se les puede garantizar los horarios de entrada en la ciudad. El colapso es el que es y no se puede hacer otra cosa", indicó Hernández, que añadió que algo similar ocurre con el transporte escolar que hacía la ruta de la GC-1, porque los alumnos están llegando tarde a sus colegios. "Estamos reconfigurando todos nuestros servicios y pedimos comprensión a nuestros clientes, porque los horarios son imposibles de cumplir", dijo Hernández, que informó de que han adelantado a las 5:30 de la mañana el horario de servicio del transporte pesado de mercancías, para no hacerlos coincidir con la hora punta del tráfico de todo el mundo. Hay algunos servicios, como el de los camiones que suministran el queroseno a la central térmica de Juan Grande, que se ven especialmente perjudicados, porque tienen que salir cada media hora, según informó el consejero insular de Obras Públicas, Miguel Ángel Pérez.

Por otro lado, el responsable de Organización de Izquierda Unida Canaria (IUC) de Gran Canaria, César Santana, pidió la dimisión del consejero Miguel Ángel Pérez, al que acusa de no "haber actuado antes para resolver las deficiencias que se detectaron en el firme desde el pasado mes de enero". Santana consideró de especial gravedad que el Cabildo se "limitara a parchear, en lugar de resolver el problema para evitar lo que ha ocurrido". Advirtió de los negativos efectos que está teniendo "no sólo para los vecinos, que pierden tiempo y dinero con las colas y rodeos para acceder a la ciudad", sino también para las empresas, como las de la zona industrial que está junto a la salida del túnel de La Laja y a las centros comerciales de El Mirador y Las Terrazas. Santana pidió al concejal de Tráfico de Telde una "mayor intervención para paliar los efectos del aumento de tráfico en vías como la GC-100".