Desde la caída del muro de mampostería de la GC-1 a la altura del Tívoli hace una semana han estado llevando reuniones de coordinación con el Cabildo y otros sectores implicados. ¿Cómo han ido esos encuentros?
La consejería de Obras Públicas desde el mismo día del siniestro convocó a las administraciones que pudieran tener competencias con el incidente y por la parte empresarial nos llamó a nosotros. En una primera fase, evaluamos las posibles consecuencias del derrumbe y luego empezamos a planificar cómo se podría recanalizar los flujos de tráfico. En nuestro caso había un hándicap importante, y es que los vehículos pesados por la inestabilidad del firme no podían ir por ahí de ninguna manera. En este caso se desviaron por la GC-3, principalmente, y es como hemos estado trabajando. Ya desde hoy [por ayer] han podido circular por la GC-1 y afortunadamente se ha notado.
¿Ha sido palpable el cambio?
Hay que tener en cuenta que el flujo de mercancías principal discurre entre el Puerto de La Luz y los polígonos industriales de El Goro y Arinaga. Una vez las mercancías son depositadas en esas áreas logísticas nuevamente tienen que ir a los centros comerciales y la mayoría están en la capital. Con lo cual, el paso por la GC-1 es fundamental. En el caso de las guaguas lo mismo, hay mucho centro educativo, centros de día y actividad turística entre la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, el aeropuerto y el Sur. En el caso de servicios programados, el descalabro se encontraba en que las empresas que hacían dobles servicios ya no podían hacerlo. Al desviarse por otras carreteras había que poner más efectivos, tanto en vehículos como en trabajadores, para al final facturar lo mismo.
¿Dónde se han producido los mayores inconvenientes?
Principalmente en el transporte de mercancías porque han habido graves dificultades para atender en tiempo y forma a los clientes. Hay que tener en cuenta que el incidente se produce en época navideña, cuando hay que reponer mercancía en los comercios constantemente. En el caso de viajeros han habido problemas de retardo, porque claro, no podemos levantar a los niños a las cinco de la mañana para ir al colegio. Tuvimos que asumir que se llegaba tarde.
En algunos casos sí se modificaron los horarios.
Acordamos que las empresas de transporte de mercancías saldrían antes de las zonas logísticas. Entorno a las cinco de la mañana. Con doble objetivo, por un lado no colapsar las carreteras con vehículos industriales y por otro, no tragarse la cola con todos los vehículos particulares y poder entregar en tiempo y forma.
Gran parte de la actividad se centra en entrar y salir del Puerto. ¿Cómo se tradujo esto?
El primer día fue complicado, tuvimos graves tensiones para cumplir con los horarios de los barcos. Eso nos obligó a aplicar un mayor número de vehículos pero hubo algunos a los que no llegamos a tiempos. Hubo pérdidas y quien sale perjudicado es el cliente, porque sus exportaciones no salieron hacia otras islas o productos agrícolas para el exterior. Y en las importaciones, ese día no se pudo entregar todas las mercancías esperadas, y eso son ventas que dejan de realizar.
¿Qué pérdidas económicas han sufrido?
Cerrando el balance, los datos que tenemos se mueven entorno al millón de euros de servicios con pérdidas. Si para mover una mercancía necesitamos dos, tres o cuatro camiones en lugar de uno, los ingresos serán los mismos, pero hemos utilizado más efectivos. Son más horas, más combustible, personal. Y empiezas a multiplicar gastos.
¿Ha sido buena la gestión del Cabildo?
Nos gustaría agradecer que desde el primer momento el consejero diera una convocatoria a golpe de teléfono con carácter de urgencia. Desde entonces hemos estado con reuniones diarias. Esto nos ha permitido exponer los problemas sectoriales que teníamos los presentes y buscar la mejor salida. Hemos seguido las pautas de por dónde ir o por donde no. Hay que tener en cuenta que de las 2.200 guaguas y 6.000 camiones que circulan en la Isla la mayoría lo hacen por la GC-1.
A raíz de este incidente se ha vuelto a hablar sobre cómo solucionar los ya habituales atascos en la autopista del Sur. ¿Qué postura tienen ustedes?
Estamos a favor de cualquier implantación de medidas que mejoren la movilidad de las personas y las mercancías. Es verdad que si existiera la tangencial de Telde, los efectos habrían sido distintos. Si hubiera un carril BUS VAO, las guaguas no se hubieran visto tan afectadas. Son medidas que llevamos pidiendo desde hace bastante tiempo pero hasta que no se ha producido un aviso los representantes tomaban los debates de manera más teórica. Esperamos que ahora sea una apuesta. Se dio la paradoja que cuando el Parlamento rechazaba el BUS VAO, se diera un atasco en la GC-1. Hay que buscar la implantanción de un carril así. Presupuestariamente no es caro y son medidas que favorecen el transporte público. Muchas personas veían que en guagua se tardaba lo mismo que en coche porque sufrían el atasco igualmente. Hay que tratar de buscar una solución.
