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Cristóbal Déniz asume el episcopado reclamando unidad para combatir la pobreza

El prelado, nacido en Valsequillo, defiende el espíritu abierto del pueblo canario durante su ordenación episcopal en la Catedral

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Acto de ordenación de Cristóbal Déniz como nuevo obispo auxiliar de la Diócesis de Canarias

«Los verdaderos enemigos no son los que piensan distinto, lo son problemas como la pobreza o el desempleo». El primer obispo auxiliar grancanario en la historia de la Diócesis, Cristóbal Déniz, accedió este sábado a la prelatura con un discurso de carácter social y religioso en el que también plasmó su huella personal. El de Valsequillo fue ordenado en una ceremonia en la catedral de Las Palmas de Gran Canaria que llenó las naves del templo y la cercana plaza de Santa Ana, donde se congregaron sus paisanos.

Déniz, hasta ahora vicario general de la Diócesis, advirtió acerca del «momento complicado» que se atisba para la sociedad en el horizonte más inmediato. «No se nos oculta que está llegando», recalcó, por lo que pidió «que el pueblo, los responsables políticos y todos los agentes sociales» puedan «buscar la unidad de acción y las prioridades» centrándose «en la protección de las diferentes situaciones de vulnerabilidad».

Durante su alocución, el prelado se mostró agradecido al papa Francisco «por la confianza depositada» en él y reconoció que se trata de un honor del que se siente «sobrepasado». El también titular del obispado de Insulae Viridis –un título honorífico, ya que el lugar al que hace referencia, Algeciras, carece de diócesis propia– ofreció un agradecimiento «sincero y afectuoso» al obispo de Canarias, José Mazuelos, por su confianza –ya había sido designado vicario general en enero de 2021, meses después de la llegada del sevillano al Palacio Episcopal de Santa Ana– y por «su deseo de querer enriquecer la diócesis con más carismas y ministerios». 

«Es un honor del que me siento sobrepasado», reconoció durante su alocución

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El obispo auxiliar tuvo un recuerdo para el antecesor de Mazuelos, Francisco Cases, presente en la catedral, así como para Ramón Echarren, que en 1996, cuando se encontraba al frente de la sede, ordenó a un grupo de sacerdotes entre los que se encontraba Déniz. En su intervención también hizo mención a la presencia en la catedral del nuncio del Papa, Bernadito Auza, así como del arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, y del obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez

Recuerdo a sus padres

En una mañana cargada de emociones personales, Déniz dedicó unas palabras a sus padres, Santiago y Magdalena. El público ni siquiera le dejó terminar la frase y prorrumpió en aplausos en cuanto mencionó sus nombres, antes de que pudiera reconocer sus enseñanzas destacando que «han sabido realizar un programa de vida con sabor a evangelio desde el amor entregado en casa diariamente». En realidad, parte de ese agradecimiento también fue extensivo para los vecinos y vecinas del pueblo que le vio nacer en 1969, Valsequillo. Muchos –hasta dos guaguas– llegaron desde el municipio de medianías para ser partícipes de su consagración episcopal.

El obispo Mazuelos destacó el «gran gozo y alegría» que supone el nombramiento

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Déniz puso en valor el espíritu «abierto y acogedor con todos» por el que se caracteriza el pueblo canario, valores en los que dijo reconocerse personalmente: «Doy fe y me siento muy a gusto en esa piel», subrayó. Del Archipiélago y sus gentes recordó que han vivido una historia «en ocasiones sufrida por numerosas dificultades», pero que esos mismos lances han resultado finalmente edificantes. Por ello, abogó por la unidad de acción entre el pueblo, los actores políticos y los agentes sociales para impulsar «las prioridades centradas en la protección de las distintas situaciones de vulnerabilidad».  

Las palabras del segundo obispo nacido en la Diócesis llegaron al final de una ceremonia litúrgica a medio camino entre lo ritual y lo emotivo durante la que tuvo lugar la lectura de la carta con la que el Papa anunciaba su designación: «Nos hemos fijado en ti, amado hijo, que has sobresalido de manera singular por tu caridad, vida espiritual y prudencia en el ministerio de vicario general que con diligencia has desarrollado».

18 obispos canarios

El obispo Mazuelos también intervino para destacar el «gran gozo y alegría» que supone para la Diócesis la designación de Déniz como auxiliar: «Querído Cristóbal, ha pasado casi un mes desde que me comunicaste la elección que el Santo Padre había hecho», arrancó, para a continuación echar la mirada atrás hacia la historia de la Diócesis. En concreto, repasó el listado de los 18 obispos nacidos en el Archipiélago, de los que doce ejercieron en América Latina. El más reciente de ellos, según recordó, Jesús Pérez, arzobispo de Sucre (Bolivia) nacido en el pago galdense de Juncalillo.

Las palabras de Mazuelos dieron paso a la liturgia de la ordenación, durante la que Déniz hizo las promesas para la consagración antes de postrarse en el suelo boca abajo en señal de entrega y obediencia. Posteriormente, con el nuevo obispo de rodillas, el resto de prelados presentes –hasta ocho– se colocaron en torno a él y le impusieron las manos mientras sujetaban el libro de los Evangelios. Tras la unción con el óleo, recibió el evangelio, el anillo, la mitra y el báculo como signo del ministerio pastoral entre fuertes aplausos de los asistentes al templo catedralicio. 

Al concluir la ceremonia, el nuevo obispo auxiliar recorrió la catedral y saludó al público y las autoridades asistentes, entre las que se encontraban el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales; el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo; los jefes del Mando Aéreo y el Mando Naval, Juan Pablo Sánchez de Lara y José Lago Ochoa; y el rector de la ULPGC, Lluís Serra.

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