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El crucero que causó la ruina del mayor astillero español visita La Luz en otoño

El ‘Evrima’ de The Ritz Carlton Collection pasa por Santa Catalina el próximo

6 de noviembre tras una polémica construcción entre Galicia y Cantabria

El ‘Evrima’, atracado en el puerto de Alicante. | |

El ‘Evrima’, atracado en el puerto de Alicante. | | / PEP MORELL

Jacobo Corujeira

Jacobo Corujeira

El Puerto de Las Palmas recibe este otoño el Evrima, un exclusivo buque que supone la primera incursión de la cadena hotelera Ritz Carlton en el sector de los cruceros premium. La visita es una de las más esperadas de la próxima temporada de cruceros en el muelle Santa Catalina, aunque no solo por el lujo que se presupone a la nave, sino por los claroscuros que rodean su construcción en Galicia, unos trabajos que se encuentran en la raíz de la quiebra de Hijos de J. Barreras, considerado hasta hace poco como el mayor astillero privado de España dedicado a la construcción naval.

El ‘culebrón’ del Evrima comenzó con algunas demoras y sobrecostes, continuó con el desembarco en el accionariado del astillero del fondo de inversión estadounidense que controla el negocio naviero de Ritz Carlton y llegó a tener momentos trágicos, como la muerte en un hotel de Madrid del ex consejero delegado de Hijos de J. Barreras, pero sobre todo supuso la puntilla para la atarazana, que ya arrastraba una complicada situación con anterioridad.

Tras varios retrasos en los plazos de entrega -prevista en un principio para finales de 2019- y un traslado hasta Astander, en Cantabria, el crucero recibió a sus primeros huéspedes en octubre del año pasado, en un viaje desde Barcelona hasta la ciudad francesa de Niza. Desde entonces ha realizado expediciones por el Mediterraneo y ha cruzado el Atlántico hasta el Caribe con parada incluida en Santa Cruz de Tenerife el pasado noviembre.

La visita del Evrima a Las Palmas de Gran Canaria será fugaz, entre las 8.00 y las 23.00 horas del 6 de noviembre, como parte de un crucero circular por Canarias y Madeira con origen y final en Santa Cruz de Tenerife, tras pasar la temporada estival en aguas mediterráneas y antes de embarcarse en un viaje trasatlántico hasta Bridgetown, en Barbados, para pasar el invierno en el Caribe.

La oferta del barco de The Ritz-Carlton Collection busca atraer a clientes de alto poder adquisitivo que están dispuestos a pagar un precio mucho mayor al de un crucero al uso para garantizarse unas vacaciones semiprivadas en las que cada pasajero tiene un tripulante prácticamente a su disposición. El barco no llega a tener más de 300 huéspedes repartidos entre 10 cubiertas y su diseño recuerda al de un yate de lujo, con un solarium en popa que permite a los pasajeros acceder directamente al mar. La compañía asegura ofrecer una mejor relación pasajero-tripulante y pasajero-espacio que otras marcas del rango premium, como Regent, Explorer, Crystal, Silversea o Seabourn.

Su paso por Las Palmas de Gran Canaria tendrá lugar en un día en el que Santa Catalina también acogerá otra primera escala, la del Carnival Freedom. La marca principal de Carnival Corporation, especializada en gran medida en el mercado estadounidense, ha programado una parada en la Isla como parte de un crucero trasatlántico de reposicionamiento entre Barcelona y Puerto Cañaveral en Orlando (Florida, Estados Unidos).

El aspecto y la oferta a bordo del barco de Carnival no pueden ser más opuestos a los del Evrima. Mientras el buque de The Ritz-Carlton Yacht Collection ofrece una experiencia exclusiva para tres escasos centenares de huéspedes, el Freedom acomoda a un máximo de 5.374 huéspedes en sus 19 cubiertas y 344 metros de eslora. Uno apela a la exclusividad; el otro, al turismo de masas. El Freedom se vende a sus potenciales clientes como un barco pensado para la diversión y para toda la familia, con una oferta gastronómica centrada en el público estadounidense con hamburguesas, tacos o burritos respaldados por personajes populares como Guy Fieri.

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El Puerto de Las Palmas tiene más estrenos previstos hasta fin de año. El primero será 1 de julio, en coincidencia con el arranque de la temporada 2023-2024. Para esa jornada está programada la visita del Renaissance de CTM Croissieres, consignado por Miller y Cía. El 1 de octubre llegará el Silver Moon de Silversea, con Marmedsa como agente, y el 25 del mismo mes realizará su primera escala el World Traveler de Mystic Cruises de la mano de Hamilton y Cía. El 21 de noviembre, con la temporada alta a toda máquina, llegarán a Santa Catalina el MSC Musica, consignado por la propia naviera, y el Corinthian de Grand Circle representado por Marmedsa. El 26 de ese mes llega el Ocean Odyssey de CMI consignado por Pérez y Cía, y entre el 1 y el 2 de diciembre vendrán el AIDAcosma y el Celebrity Infinity. | LP

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