Desde mi noray

Unamuno y las huelgas de La Luz

"Han empezado ya las huelgas de los obreros cargadores de carbón y carga blanca del Puerto de La Luz; huelgas que podrán llegar a ser una sacudida en la conciencia pública", recogió en sus crónicas Por tierras de Portugal y de España

Vista del Puerto de La Luz y de Las Palmas.

Vista del Puerto de La Luz y de Las Palmas. / ANDRES CRUZ

Juan F. Fonte

Juan F. Fonte

Aunque parezca algo extraño Don Miguel de Unamuno, escritor y filósofo en sus andanzas en 1908 por la isla de Gran Canaria, recogió en sus crónicas Por tierras de Portugal y de España una semblanza sobre las primeras huelgas de obreros portuarios en este puerto de La Luz. Estaban protagonizadas por los trabajadores de la carga negra (carbón) y la carga blanca contra las casas consignatarias debido a los bajos salarios que percibían.

En este sentido, dice Unamuno, «este pueblo de Las Palmas es un pueblo en su crisis de crecimiento, con todos los fenómenos que a ella acompaña; un pueblo que empieza a entrar en la pubertad civil que apenas si comienza a adquirir conciencia colectiva pública de ciudadanía». Y prosigue…. «Han empezado ya las huelgas de los obreros cargadores de carbón y carga blanca del Puerto de La Luz; huelgas que podrán llegar a ser una sacudida en la conciencia pública y que acaso eviten el que esta hermosa ciudad española, henchida de promesas y esperanzas, llegue a ser una gran factoría mediatizada por unas cuantas casas extranjeras. Porque mete pavor en cualquier corazón de español patriota el oír como se habla aquí de las casas. Y esas casas tratan a sus obreros españoles, canarios, como acaso se guardarían muy bien de tratarlos como si fuese su tierra. Esta es donde quiera nuestra desgracia».

Son palabras del socialista Miguel de Unamuno, que llegó a ser rector de la Universidad de Salamanca y que demuestran su sensibilidad social en torno al puerto de La Luz en agosto de 1909, además de un primer testimonio de lo que han sido las huelgas de obreros portuarios, fenómeno que nos trajo nuestro recinto en los albores del mundo trabajador en Gran Canaria con más de un siglo de existencia. Como vemos, el puerto de Las Palmas no nació solo para suministrar barcos, sino para que también las corrientes pensadoras externas nos fueran adiestrando en los movimientos sociales que iban llegando desde allende los mares.

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