IGLESIA

El Obispado cuenta con más religiosos que sacerdotes diocesanos

Un total de 245 eclesiásticos se dedican a la actividad pastoral y asistencial frente a 153 curas en la Diócesis de Canarias

La falta de vocaciones se suple con la ayuda de los seglares 

Tres monjas entran en la Catedral de Canarias, en una foto de archivo.

Tres monjas entran en la Catedral de Canarias, en una foto de archivo. / JUAN CASTRO

«Lo fundamental no son las vocaciones, sino que la misión que estamos haciendo, que es lo más importante, se está cumpliendo con ayuda de los seglares. Y eso se está haciendo a día de hoy. Dios nos sigue marcando las pautas con otros brazos y de otra manera». La responsable de la Conferencia Española de Religiosos (Confer) en Canarias Inmaculada Jiménez Redondo quita hierro al problema de la Iglesia de la falta de vocaciones, tanto para el sacerdocio como para la vida consagrada, en vísperas de celebrarse el próximo mes de octubre un nuevo sínodo, en el que por primera vez están invitados los laicos a dar su opinión. 

En la Diócesis de Canarias, hay en la actualidad 153 sacerdotes diocesanos para 298 parroquias y 245 religiosos y religiosas dedicados a la actividad pastoral, según datos de 2021 de la propia institución, aunque la Iglesia cuenta 1.273 catequistas que colaboran en esa labor de difusión de la palabra de Dios. Otros 58 religiosos están como misioneros por el mundo y siete como monjes o monjas de clausura.

El lanzaroteño Alejandro Jesús Carmona ha sido el último sacerdote que se ha ordenado en la Diócesis de Canarias. La ceremonia se celebró el pasado 9 de septiembre en la Catedral de Canarias, un acto público que contrasta con el anonimato de las consagraciones a la vida espiritual dentro de las comunidades religiosas.

«Lo fundamental no son las vocaciones, sino que la misión que estamos haciendo, que es lo más importante, se está cumpliendo con ayuda de los seglares. Y eso se está haciendo a día de hoy. Dios nos sigue marcando las pautas con otros brazos y de otra manera», dice Inmaculada Jiménez

La Conferencia Española de Religiosos, que agrupa a 410 congregaciones entre institutos religiosos y sociedades de vida apostólica en toda España; de las cuales 302 son congregaciones femeninas y 108 masculinas, contabiliza en la comunidad de Canarias un total de 73 comunidades religiosas. 

Labores asistenciales

En Las Palmas de Gran Canaria, hay 8 comunidades masculinas y 18 de carácter femenino además de las 6 sociedades de vida apostólica de los Padres Paules y de las Hijas de la Caridad de San Vicente Paúl. 

Su labor está dedicada principalmente a la educación, la asistencia de los enfermos, los pobres, los ancianos, los menores y las personas con necesidades específicas. Tareas que vienen haciendo desde hace siglos, pero que se han ido adaptando a las necesidades del tiempo que les toca vivir conformando ya parte del conocido como Tercer Sector con convenios o ayudas por parte de la administración pública o instituciones privadas para realizar su trabajo además de las donaciones a la Iglesia. 

Más de 53.00O personas fueron atendidas en actividades de carácter asistencial y caritativo por parte de la Diócesis de Canarias, según datos de la Memoria relativa a 2021

Es el caso, por ejemplo, de las Oblatas del Santísimo Redentor, que colabora con el Servicio Canario de Empleo en programas de formación e inserción para mujeres víctimas de la violencia de género o la explotación sexual, gracias a un convenio de colaboración por el trabajo que llevan desarrollando con estos colectivos desde 1946.

Más de 53.00O personas fueron atendidas en actividades de carácter asistencial y caritativo por parte de la Diócesis de Canarias, según datos de la Memoria relativa a 2021 recogidos en noviembre del pasado año, lo que da prueba del papel que desempeñan en el ámbito asistencial. ¿Seguirán ofreciendo esa asistencia pese al problema de la falta de vocaciones?.

El Padre Cueto, impulsor de las congregaciones

En la última década del siglo XIX y principios del XX es cuando llegan a la isla la mayoría de las congregaciones con marcado acento social. Es el caso de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, Hijas de Cristo Rey, comunidad que derivaría luego en las Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia, Siervas de María o las Adoratrices. En el lado masculino, a los Claretianos se sumó los misioneros de San Vicente Paúl, los franciscanos, los hermanos de La Salle, Compañía de Jesús y los Salesianos. El gran impulsor fue el Obispo José Cueto Díaz de la Maza (1891-1908), ante la situación de pobreza y desamparo que se vivía en Gran Canaria.

«La realidad es que el número de vocaciones ha disminuido muchísimo, pero la misión por la que se crearon sigue estando presentes. En el caso de las Teresianas, por ejemplo; la congregación a la que pertenezco, en un inicio los dos colegios que existían en Gran Canaria estaban dirigidos por monjas y ahora esta misión la llevan en un 90% los seglares. De las 40 monjas que eran, ahora solo hay dos. La misión se mantiene, aunque la forma es la que está cambiando», continúa Inmaculada Jiménez, que señala que los seglares están llevando las riendas de muchas misiones religiosas, con las que se sienten identificados, y que lo que tienen que ir haciendo las comunidades es seguir formando a laicos con valores evangélicos para dar continuidad al trabajo que vienen desarrollando históricamente.

« Dios se va sirviendo de todo, y en estas circunstancias actuales también nos habla. Nosotros debemos discernir cuál es nuestro papel y qué nuevos caminos podemos abrir, y eso es lo que estamos haciendo dentro de las comunidades», prosigue la religiosa.

En cuanto al papel que puede tener la mujer dentro de la Iglesia ante la falta de relevo y teniendo en cuenta el peso de las comunidades femeninas frente a la masculinas en un sociedad cada vez más comprometida con la igualdad entre sexos y de que Francisco I ha dado los primeros pasos para introducir a la mujer en la jerarquía de la Iglesia -en 2021 nombró a Rafaella Petrini como secretaria general de la Gobernación de la Ciudad de Vaticano- la responsable de Confer en Canarias declara que «estamos en un momento importante, pero las cosas de palacio van despacio».

«No sé lo que pasará, pero estamos en un momento importante que se tiene que saber interpretar. Seamos las mujeres o no sacerdotes, somos testigos de Jesús y estamos donde estamos. La Iglesia ha vivido de tradición, pero hay que desempolvar algunas celebraciones. Además, hay otro tipo de celebraciones para dar la palabra del Señor», apunta sobre los cambios que debe realizar la Iglesia para adaptarse a un siglo XXI cada ves más igualitario.

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