PATRIMONIO RELIGIOSO

La iglesia de La Luz cambia de cara

La parroquia de Las Palmas de Gran Canaria afronta la reforma de su fachada, bastante deteriorada

La rehabilitación incorporará elementos decorativos que tenía antes de los años 70

Vista de la fachada actual de la iglesia de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria.

Vista de la fachada actual de la iglesia de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria. / Juan Castro

La iglesia de Nuestra Señora de La Luz de Las Palmas de Gran Canaria recuperará parte del aspecto exterior que tenía cuando se construyó en 1914 tras la rehabilitación de la fachada, que está bastante deteriorada. El actual frontis corresponde a la década de los años 70, cuando se afrontó una importante reforma para eliminar grietas y humedades que afectaban a la cubierta y al interior del edificio. Como antaño, ahora también se busca la colaboración ciudadana para su restauración.  

La obra, que cuenta con el visto bueno del Obispado de Canarias, ha sido presupuestada en más de 280.000 euros. De momento, la parroquia cuenta con 150.000 euros que aporta el Cabildo de Gran Canaria, pero el resto hay que buscarlo. Y en eso anda la iglesia, que ha habilitado un gran cepillo en el interior del edificio para los donativos para no tener que solicitar un préstamo bancario. También ha creado para ello una cuenta bancaria ES42 0075 0132 8306 0095 8409-

La popular iglesia de La Luz, en el barrio del Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, se levanta sobre el solar que ocupó la antigua ermita que existía en el siglo XVI, y que se construyó en recuerdo de la primera misa que se celebró en los arenales de La Isleta tras la llegada de los castellanos a la isla al mando de Juan Rejón. Fue un 24 de junio de 1478, día de San Juan Bautista, bajo unas hojas de palma. Con ese gesto comenzó la conquista y evangelización del territorio grancanario. 

El templo de la virgen de La Luz en los años 60.

El templo de la virgen de La Luz en los años 60. / LA PROVINCIA/DLP

La popular parroquia, muy unida, por este hecho, a la fundación de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, comenzará las obras después de la celebración de la Semana Santa. Las mismas están previstas que finalicen en el mes de octubre. 

La rehabilitación no afectará, sin embargo, al día a día de la iglesia, cuyas puertas permanecerán abiertas durante los trabajos que se efectúen en ella.

Elementos decorativos

El proyecto ha sido realizado por los arquitectos Josué Sánchez Santana y Sheila Negrín Bautista, del Estudio de decoración Alberto Trujillo, que altruistamente se han encargado de recuperar ese pasado. «Será un antes y un después», aseguró Alberto Trujillo, muy ligado a la parroquia desde su infancia.

 «Es una de las obras más importantes que he hecho en mi vida por el cariño y devoción que tengo a la parroquia y a la virgen de La Luz», añadió Trujillo, con una dilata trayectoria en el diseño de hoteles, casas privadas, supermercados, negocios y eventos de todo tipo. 

La obra, que está pendiente del permiso de ocupación de vía por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, ha sido encargada a la empresa Accessos.

La fachada, que mide 20,970 metros de altura hasta donde está instalada la cruz, retomará algunos elementos del modernismo popular con el que fue diseñado el inmueble religioso a principios del siglo XX como es el de las molduras en la cúspide y sobre las puertas y ventanas existentes. Las nuevas molduras que se instalen serán de tipo GRC y están fabricadas con fibra de vidrio. Para evitar la oxidación y la corrosión del mar estarán ancladas a la fachada con acero inoxidable.

Vista de un lateral de la iglesia, donde aún se pueden ver las viejas molduras sobre las ventanas.

Vista de un lateral de la iglesia, donde aún se pueden ver las viejas molduras sobre las ventanas. / JUAN CASTRO

Estos elementos decorativos todavía son visibles en los dos laterales de la iglesia sobre ventanas y puertas, pese a la gran reforma que se hizo en los años 70 en el edificio y que acabó con su clásica imagen. Precisamente, han servido de base para la creación de las nuevas molduras.

Sobre cada puerta irá una loseta de mármol con el escudo de la virgen de La Luz y el nombre de la parroquia

El frontal será rematado por cuatro pilastras, donde se instalarán unas especies de macetones recordando a los pequeños pinachos que existían. Y se le añadirán unas cenefas tanto en la parte superior como en el zócalo, por encima de la piedra de cantería existente, que recordará a la de las casonas del barrio de Vegueta.

Encima de cada una de las tres puertas se instalará además una loseta de mármol con el escudo de la virgen y con el nombre de la parroquia. Asimismo, se colocarán los viejos rosetones que había sobre las vidrieras y se instalará un reloj sobre el agujero que hay ahora libre.

La cruz también será sustituida por otra que irá sobre una estructura de GRC y fibra de vidrio, en forma de U, para que tenga la máxima resistencia.  

Color blanco roto

El Obispado de Canaria ha dado el visto bueno al cambio de imagen de la fachada, cuya reforma se enmarca dentro del proyecto de coronación de la virgen de La Luz, aun en proceso. La imagen, una talla del imaginero grancanario Luján Pérez (1802) en madera policromada, tiene ya el título de alcaldesa perpetua de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria por la relación del templo con el origen de la ciudad.

Los trabajos de rehabilitación comenzarán primero con un raspado del granulite de vidrio que hay sobre la fachada para, después, darle una monocapa de mortero. El frontis se pintará de blanco roto, mientras que las molduras, cenefas y otros elementos tendrán una tonalidad gris visón para que destaquen en el conjunto.  

La iglesia se levanta sobre la antigua ermita que existía en el siglo XVI en recuerdo de la primera misa que ofrecieron los castellanos al llegar a Gran Canaria el 24 de junio de 1478

La vieja ermita de La Luz fue, durante siglos, una de las tres capillas extramuros existentes en Las Palmas de Gran Canaria junto a la de San Cristóbal y Santa Catalina. La primera reforma, ‘casi reconstrucción’, data de 1760 debido al terremoto de Lisboa, según señaló el párroco Simón Pérez Reyes, en su libro póstumo sobre la ‘Historia de la parroquia de Nuestra Señora de La Luz’. En el mismo, se destaca, que gracias a la documentación que sobre el templo se conserva del siglo XVIII, se conocen algunos de los mayordomos que trabajaron en la misma; algunos de ellos militares, que se encargaban de recoger las limosnas de los peregrinos para el culto y de la iglesia «que por su cercanía al mar sufría diversos y constantes deterioros que había que reparar». 

El interior del templo tras la reforma de 2023.

El interior del templo tras la reforma de 2023. / LA PROVINCIA/DLP

Posteriormente, llegaría la construcción de un nuevo templo para dar cabida al crecimiento que experimentaba el barrio de La Isleta al amparo del desarrollo del Puerto de Las Palmas. Y para ello hubo que derrumbar la antigua ermita.

El arquitecto encargado de la construcción de la actual iglesia fue Laureano Arroyo Velasco, aunque fue continuada por Fernando Navarro tras la muerte del primero en 1910. El templo, concebido en tres naves, fue impulsado por el obispo Adolfo Pérez Muñoz, aunque se inauguró con su sucesor Marquina Corrales el 14 de mayo de 1914.

Cambio de imagen con el Vaticano II

La siguiente gran obra que se realizó en el templo fue a principios de los años 70 del siglo XX. La bóveda estaba toda agrietada y había hecho mella en el interior del inmueble, que presentaba numerosas humedades. No solo hubo que impermeabilizar la cubierta, sino también cambiar el piso, arreglar grietas, pintar y cambiar el sistema eléctrico. 

La reforma costó más de dos millones de las antiguas pesetas (unos 12.000 euros) y la iglesia tuvo que pedir un crédito a la entonces Caja Insular de Ahorro y solicitar la colaboración de los feligreses, pero se logró conseguir el dinero con colectas, donativos particulares suscripciones, sorteos, rifas y tómbolas y el préstamo.

En esa gran reforma, se tocó el frontis, que recibió la influencia del brutalismo de la época. Y su interior se volvió más limpio y diáfano lo que provocó alguna suspicacia entre la feligresía por la retirada de las imágenes y dónde irían a parar. 

La estética del templo respondía a la liturgia promovida por el Vaticano II, en donde se evitaba el barroquismo y las pequeñas capillas en pro de grandes altares, sencillos, que promovían el rezo en comunidad. Jesús crucificado volvió a estar en el centro del altar y la talla de La Luz se situó en un lateral, el resto de las imágenes pasaron a la sacristía. 

En 2013, el templo volvió a estar en obras debido a las humedades del interior. Aprovechando las reparaciones también se instaló un nuevo sistema eléctrico para dar al templo seguridad y una mejor iluminación. En los últimos años, se han recuperado además algunas tallas como el San Juan y La Dolorosa.

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