Una túnica con sabor canario

El bordador Omar Nelson Navarro recupera el hábito bordado con el que el Cristo de la Salud de los nazarenos salió este Domingo de Ramos en Las Palmas de Gran Canaria

El joven aruquense comenzó a dar sus primeras puntadas con 16 años

Omar Jesús Nelson Navarro junto al Cristo de la Salud con su nueva túnica.

Omar Jesús Nelson Navarro junto al Cristo de la Salud con su nueva túnica. / LA PROVINCIA/DLP

La lluvia obligó el domingo a regresar a los nazarenos a su templo de Santo Domingo apenas unos minutos después de haber comenzado su recorrido. Una tristeza sentida no solo por devotos, costaleros y hermanos de la Esperanza de Vegueta y el Cristo de la Salud que con tanto esmero preparan una de las salidas más sonadas de la Semana Santa de Las Palmas de Gran Canaria, sino también por el bordador Omar Jesús Nelson Navarro, encargado de recuperar la túnica que llevó la imagen en su salida procesional.

Lo que empezó siendo un hobby con tan solo 16 años se convirtió pronto para Omar Jesús Nelson Navarro en una vocación y ahora en un oficio "del que no se arrepiente" pese a las dificultades de ser artesano en el siglo XXI. El joven aruquense es bordador y restaurador de vestimenta religiosa, aunque ha tenido que trasladarse a Sevilla para poder vivir de una profesión que le apasiona. La cofradía de los nazarenos de Vegueta confió en su talento y le encomendó la tarea de recuperar la túnica bordada del Cristo de la Salud, que este domingo lució la talla en su salida procesional por Vegueta. Él también es el encargado de vestir a la imagen.

Detalles del trabajo realizado.

Detalles del trabajo realizado. / LA PROVINCIA/DLP

Omar Jesús Nelson Navarro ha tardado un año y medio en recuperar el hábito bordado de la talla, realizada por el escultor José Paz Vélez (1985). Y lo ha hecho yendo y viniendo de Sevilla, donde vive y trabaja, a Gran Canaria, sacando hueco de donde podía para cumplir con un encargo "más ilusionante" por la devoción y el cariño que tiene al Cristo de la Salud. "Ha sido un orgullo este trabajo. No solo porque me dedico a este oficio, sino por lo que me acerco a la imagen, a la que tengo una gran devoción", dice. Omar es hermano de la hermandad de los Nazarenos de Vegueta que custodia la Esperanza de Vegueta y el Cristo de la Salud, dos imágenes muy veneradas y queridas en Las Palmas de Gran Canaria, por la espectacularidad y belleza de los pasos, que procesionan con costaleros.

Trabajo muy especial

El joven, de 30 años, explica que el Cristo de la Salud tenía un único hábito bordado al que hace unos años se le hizo un añadido para alargarlo que no quedó del todo bien por lo que se decidió dejarlo para el culto interno. Su trabajo ha consistido en realizar una nueva túnica con un terciopelo de mayor calidad partiendo de la pieza inicial por lo que tuvo que hacer primero un patrón para después incorporar el dibujo al nuevo traje y bordar otros adornos. "El dibujo del bordado es el mismo, aunque algunas piezas han cambiado de orientación para que tuviera más sentido. Las flores y las hojas son las mismas que tenía la túnica, solo he confeccionado los tallos. Se ha aprovechado todo para pasarlo a un nuevo soporte de mayor calidad", comenta el bordador, que añade que se ha hecho todo de manera manual, sin utilizar maquinaria, tal y como requiere el oficio. "Todo se ha cosido a mano".

El joven artesano trabaja y vive en Sevilla, donde sigue aprendiendo el oficio tras coger sus primeras agujas en Teror en el taller de Paco Herrera

El trabajo es uno de los más importantes que ha realizado en su tierra junto a un manto para la imagen de Los Dolores de Tafira Alta y un traje para la virgen de Los Remedios en Lanzarote además de otras piezas de menor tamaño.

A Omar Jesús Nelson Navarro le llamaban la atención ya de niño las vestimentas de las imágenes religiosas. Pero no fue hasta 2009, con 16 años, cuando su curiosidad le llevó al taller de Paco Herrero, conocido bordador de Teror. Allí cogió sus primeras agujas y aprendió a dar las primeras puntuadas. El hilo le fue envolviendo y en 2012, con 18 años, decidió trasladarse a Sevilla, una de las cunas de este tipo de artesanía, para aprender de modo profesional todo tipo de técnicas y elaboraciones en el taller de Esperanza Elena Caro. Desde hace cuatro años trabaja en la empresa Bordados Santa Clara, donde sigue aprendiendo el oficio restaurando y confeccionando piezas nuevas. "Sevilla es cuna de bordadores, he encontrado un sitio y me veo realizado en un oficio en el que todos los días se aprende algo nuevo porque trabajas con piezas distintas", afirma.

Omar Nelson Navarro trabajando en una pieza.

Omar Nelson Navarro trabajando en una pieza. / LA PROVINCIA/DLP

"En Gran Canaria no tenía ningún trabajo o no me pagan lo que realmente vale este oficio. No me salía a cuenta regalar meses y horas de dedicación", continúa sobre las razones que le han hecho salir de su tierra, mientras lamenta que no haya interés por hacer piezas nuevas para las imágenes religiosas y cuando se toma la decisión de encargarlas no se acuda a los profesionales. "Hay mucho bordado industrial y muchos materiales sintéticos que si no los conoces bien te la pueden colar", puntualiza.

Para este bordador es primordial «la calidad de los materiales» a la hora de confeccionar una pieza religiosa. No solo porque se trata de artesanía, y requiere del uso de productos nobles, naturales, que tengan la consistencia, la textura y el grosor necesario para que la mano del artista trabaje con soltura, sino porque se trata de piezas que deben perdurar en el tiempo. Sin olvidar que los trajes vestirán a talles religiosos, veneradas y queridas, que requieren un respeto.

Omar no descarta volver a su tierra y confía en que el trabajo realizado para el Cristo de la Salud sea reconocido en su tierra. «Si necesitan de mí estoy encantado de trabajar, que más honor y orgullo que trabajar para mi propia tierra», concluye.

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