Baltimore y Las Palmas de Gran Canaria, hermanadas por el Atlántico

El cierre del puerto de Baltimore, tras colapsar el puente Francis Scott Key por el choque de un carguero, no tendrá repercusiones en el tráfico marítimo con Las Palmas, cuyo puerto está especializado en el comercio norte-sur y no en el corredor este-oeste, que sí es uno de los servicios habituales en esa parte de la costa este de EEUU.

Pero entre Baltimore y la capital grancanaria, aparte de alguna conexión esporádica, sobre todo de cruceros o buques escuela, como el Juan Sebastián de Elcano, sí que existe un intento municipal de hermanar ambos puertos. ¿El motivo? Están situados en los extremos opuestos del océano Atlántico, separados por unos 5.600 kilómetros, y constituyen un puente de paso obligado entre los dos continentes para cruzar el charco en barco.

En mayo de 2015, con Juan José Cardona apurando sus últimos días de alcalde, al Ayuntamiento se le ocurrió enviar una pintoresca carta a la costa este de EEUU, con «un mensaje de amistad basado en el respeto a la diversidad, la tolerancia y la colaboración entre estas dos ciudades de las dos orillas del Atlántico», rezaba el comunicado de la época. 

Lafayette y su fragata

La misiva viajó a bordo del L’Hermione, la réplica de la histórica fragata del general francés Lafayette que hace dos siglos cruzó el océano para apoyar la independencia de Estados Unidos frente a Inglaterra.

El capitán de la fragata, Yann Cariou, tras hacer escala del 1 al 5 de mayo en el Puerto de Las Palmas, entregó el mensaje al vicealcalde de la principal ciudad del estado de Maryland, Colin Tarbert. 

La expedición llegó al puerto de Baltimore el 19 de junio y Cariou leyó la carta durante el acto de recibimiento. Entre los invitados estaba el senador estadounidense Ben Cardin y funcionarios del Agregado Naval Francés y de la Marina de los EEUU. La misiva se imprimió en un papel que imitaba a un pergamino antiguo, e iba en el interior de un tubo de cuero, con la finalidad de simular los materiales que se usaban 200 años atrás, fecha del viaje original del general Lafayette. 

Más allá de ese intento de crear «un puente» entre Las Palmas de Gran Canaria y Baltimore, «dos ciudades que comparten una larga tradición e historia marítima», pocas noticias han llegado de vuelta desde el otro lado del Atlántico, salvo este accidente del buque Dalí, un portacontenedores que derribó el pasado martes uno de los puentes emblemáticos norteamericanos. 

Fallecidos

Murieron seis trabajadores que se encontraban reparando la infraestructura, cuya carretera, de 2.632 metros de largo, cruza el río Patapsco y el puerto de Baltimore, que desemboca en la bahía de Chesapeake, el estuario más grande de EEUU.

El accidente, eso sí, recuerda al que se produjo en Las Palmas el pasado 2017, cuando un ferry de la naviera Armas, que salía del puerto rumbo a Tenerife con 151 pasajeros a bordo, sufrió la caída del sistema eléctrico y se estampó contra el muelle Nelson Mandela al quedarse el timón bloqueado, todo ello precedido de una pérdida de potencia en el sistema de propulsión. Afortunadamente, no hubo fallecidos, solo daños en el dique y el barco, de solo 141 metros de eslora frente a los del 300 del mercante accidentado en Baltimore.

El buque cubría el servicio con Colombo, en Sri Lanka, estaba fletado por Maerks y llegó a EEUU procedente de China. Tenía previsto arribar a su destino final en un viaje de 27 días, sin escalas, repleto de contenedores. Baltimore, en ese sentido, es uno de los grandes puertos industriales de la costa este, con mucha importación y exportación de automóviles, entre otros productos, y líneas regulares de conexión con el norte de Europa y Asia.

Puentes más seguros

No es la única vez, sin embargo, que un barco derriba un puente importante para el tráfico marítimo en EEUU. El 9 de mayo de 1980 ocurrió lo mismo en Tampa, Florida. Desde entonces se han ido implementando medidas extrordinarias de seguridad para evitar este tipo de siniestros, como levantar duques de alba o estructuras similares para proteger los pilares de los puentes. 

En Cádiz, por ejemplo, se inauguró en 2015 un puente de características parecidas a los de Baltimore y Tampa que sí cumple con esta nueva normativa de seguridad.

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