Freddy, el hilo musical de la ciudad

Es uno de los artistas que ambienta diferentes zonas de la capital con un amplio repertorio de canciones

Natural de Moya, este músico ambulante lleva más de 22 años actuando en las calles 

Freddy, el hilo musical de Las Palmas de Gran Canaria

José A. Neketan

José A. Neketan

Alfredo Suárez Marrero, conocido como Freddy, recuerda que la primera canción que interpretó en las calles fue Embustero y bailarín, de Los Pekenikes «porque era la favorita de mi madre». De eso hace ya 22 años. Actualmente continúa tocando por diferentes zonas de la capital, rompiendo con su repertorio de canciones la monotonía de la urbe, haciéndola un poco más amable y humana.

Natural de Moya, desde donde baja todos los días a tocar a la capital, prefiere que le llamen músico ambulante en lugar de músico callejero, «porque a veces también actúo en otros lugares». Mesa y López, Vegueta, el parque Santa Catalina o Triana son algunos de sus escenarios naturales. «No es fácil ponerte un martes o cualquier día de la semana a las 12 de la mañana con la guitarra a tocar en plena calle. Tienes que tenerlo muy claro y poco a poco vas cogiendo tablas pero todavía hay días que llego y me corto».

Freddy subraya que actuar en los espacios públicos es más difícil que hacerlo en un escenario, «porque cuando tú terminas una canción sobre una tarima el público aplaude. Eso es así. Mientras que aquí para ganarte un aplauso primero tienes que hacer que se paren, que se forme el coro, y luego que te aplaudan. No es fácil porque la gente en la calle va a sus cosas, a su trabajo, a comprar, va a buscar al niño, y tienes que atrapar su atención con la música porque no salieron a un concierto».

«No es fácil ponerte cualquier día de la semana a las 12 de la mañana con la guitarra a tocar en plena calle»

El músico, que toca todos los instrumentos de cuerdas y a veces se decide por el timple en sus actuaciones callejeras, apunta que no tiene horario fijo, «y desde que tengo lo que necesito para vivir al día estoy contento, y si sigo de ahí para adelante es porque tengo muchas ganas de tocar». 

Sin pagar entrada

Sobre lo que aportan los músicos urbanos a la ciudades, Freddy dice que actúa para gente que nunca va a ir a un concierto, «jamás va a pagar una entrada para ver a un guitarrista en un escenario, pues lo ve aquí. Llevas la cultura a la gente que no ha salido a buscarla, por decirlo de alguna manera». 

En su repertorio, más de un centenar de canciones de todos los géneros. En su anhelo, seguir viviendo de lo que le gusta hacer.

En su repertorio, más de un centenar de canciones de todos los géneros. En su anhelo, seguir viviendo de lo que le gusta hacer. / JUAN CASTRO

Como músico urbano explica que está obligado a renovar el permiso para tocar en la calle de forma mensual. Sobre los problemas que ha tenido señala que algunos agentes de la Policía Local, «no son todos, por supuesto, parece que les molesto, cuando yo lo único que hago es tocar música. Entiendo que tenga que lidiar con yonquis o vagabundos, pero no lo puedo hacer con aquellos que deben velar por nuestra seguridad. A mí, quien único me quitó una guitarra fue un policía».

Entre sus otras inquietudes artísticas, están la carpintería, que heredó de su padre, y la escultura en arena, «con la que me siento más artista que tocando música. Es otra forma de expresarme, además para mí es más productivo en todos los sentidos», y espera recuperarla pronto. 

Entre las anécdotas que guarda, la vez que una mujer lo llevó de la calle al hospital a tocarle el timple a su padre en fase terminal, y que luego volvió a ir a su funeral a tocar de nuevo, y ha sido el público más agradecido que he tenido». 

Asegura que en estos 20 años no ha superado eso de pasar la gorra, «me sigue dando mucha vergüenza. Por otra parte sé que me tengo que modernizar, pero me parecería muy violento sacar un datáfono, aunque hay quien lo hace y los turistas están acostumbrados a ello».

Una mujer le dice que es la banda sonora de la ciudad, mientras que un ciudadano, Carmelo Ojeda, que paseaba por la avenida Mesa y López se decidió a acompañarlo, poniendo voz a la folía que el músico estaba interpretando. 

Suscríbete para seguir leyendo