El gaming y los esports siguen avanzando

Cada vez es más apasionante ver cómo avanza el mundo del gaming y los esports, cuando hace algunos años empezaba a hablar más del tema también en Canarias, en España y en el mundo, hoy va a una velocidad imparable si miramos a nivel internacional. Con el paso del tiempo son más las instituciones involucradas en el sector, algunas de las que ya estaban han crecido y otras se han creado, muchas de ellas siguiendo estructuras del deporte tradicional pues es la principal referencia, las federaciones. Sin embargo, la clave de los videojuegos a diferencia del deporte es que hablamos de un contenido artístico que también tiene derechos de autor y por ende es propiedad de alguien, lo cual limita la práctica y el crecimiento de las estructuras en cierta medida. Esto hace que cuando hablamos de grandes competiciones o eventos o inversiones tengamos que hablar con el publisher oportuno para negociar.

Recientemente surgen nuevas noticias en las que llama la atención cómo Arabia Saudita, igual que con el deporte, intenta diversificar su fuente de ingresos y crear un país más abierto a occidente. No interesa sólo vender productos sino también experiencias que es algo que demandan mucho las nuevas generaciones y se ha convertido en tendencia. Actualmente los jóvenes valoran más una experiencia, un viaje o vivir estar en una final de League of Legends que quizás un producto físico. Es por ello que el gaming integrado como cultura dentro de nuestra sociedad, aunque pueda parecer algo exclusivo de los hogares, ahora ya se está extrapolando a los espacios públicos donde poder compartir. Hemos pasado de tener cibercafés, ferias, hoteles sobre videojuegos y puntos de gaming en centros comerciales a crear proyectos de ciudades basadas en los videojuegos donde se incluyen la parte competitiva, los deportes electrónicos. Este proyecto se está haciendo realidad ya en Arabia Saudita a través de Qiddiya, un lugar de 500.000 metros cuadrados que será el epicentro de una urbanización gaming, con edificios y entretenimiento, también con espacio para hospedar hasta 25 clubes de esports, una barbaridad. Hoteles y experiencias culinarias, todo ello basado en esta cultura digital que se fusiona con lo físico, lo que lo convertirá en un lugar único e innovador.

A nivel de competiciones siempre ha estado por regiones o continentes, pero ahora se está intentando unificar a través de la Global Esports Federation que apuesta por una competición en la que participan más de 950 atletas de más de 100 nacionalidades diferentes, por lo que viene siendo lo más similar a unas Olimpiadas del mundo de los esports. Este evento se celebró el pasado fin de semana también en Arabia Saudita, en concreto en Riyadh. Desde el Comité Olímpico Internacional también llevan algunos años apostando por introducir los esports pero con una visión más relacionada con el deporte tradicional, pues incluyen la parte digital de varias modalidades deportivas (algo que ya se acordó en el plan de Uniones de Federaciones Autonómicas en España en el que muchas federaciones deportivas votan a favor de esta iniciativa) e incluso varias de ellas son activas, pues el videojuego de ciclismo por ejemplo hay que realizarlo con bicicleta estática y para ganar requiere de un entrenamiento físico mayor.

Como es habitual a finales de año en España se celebra Gamergy, que es una de las ferias de videojuegos e esports que más está consolidada en el país que tuvo lugar también el pasado fin de semana. En ella se realizan competiciones de diferentes niveles de profesionalización y se incluyen gran cantidad de actividades relacionadas, entre la que yo destaco el concierto con músicas de videojuegos que no suele ser habitual en los eventos de este tipo. Un punto a favor para Gamergy que diversifica el contenido y divulga un aspecto cultural y educativo de los videojuegos. Todo ello nos permite sumergirnos en la cultura gaming durante unos días. Imagina ver esto llevado a la escala de una urbanización. Habrá que esperar, pero sin duda en Europa hay que acelerar e innovar en este sentido, hay que mejorar la parte estructural de los esports, generar cantera y construir unos valores y derechos para los gamers y los trabajadores de la industria. El contenido siempre se puede comprar, la estructura es más compleja de trasladar pues depende de un hábito y requiere de algo más de tiempo (formación, profesionales, infraestructuras, asociaciones, empresas, investigación…). También habrá que adaptar espacios públicos y habilitar lugares donde exista un punto de encuentro para el entretenimiento digital durante todo el año no sólo en eventos concretos. Estos ejemplos de actualidad demuestran que el ecosistema avanza, que queda mucho por hacer pero está ahí y las posibilidades son muy grandes y variadas.

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