Reseteando

Carnaval de alta sensibilidad

Escenario del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2024

Escenario del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2024 / Juan Carlos Castro

Javier Durán

Javier Durán

No sé si en alguna ciudad se han planteado montar un carnaval junto a unas instalaciones portuarias, una urbanización industrial y con efectos sobre una vía neurálgica que comunica los dos extremos del municipio. Por todo ello, lo mejor es estar a la expectativa a ver si las autoridades son capaces de ordenar este vacilón popular que nos cuesta una fortuna. Los vecinos que no quieren oír ni un mosquito durante el sueño han arrinconado la fiesta hasta una zona de alta sensibilidad: no por la escandalera pertinente, sino por el catálogo de puntos negros que se amontonan en torno a la decisión. La falta de previsión y la sesera hueca de los munícipes nos ha llevado a una situación de peregrinaje, aparte del fracaso evidente a la hora de ultimar acuerdos con los residentes deseosos de dormir. Trasladar el Carnaval, definitivamente o no, al tinglado portuario no deja de ser una verdadera prueba de fuego, dado que en complejidad supera con creces la cita anual del concierto entre contenedores, única experiencia de interrelación a lo grande de La Luz con los ciudadanos. El Ayuntamiento capitalino se la juega. El engranaje tiene que responder de manera satisfactoria por el bien de los isleteros y por la funcionalidad diaria de la economía del núcleo portuario-industrial. Es curioso que tras una larga frustración por la falta de fluidez entre el Puerto y la ciudad, algunos se tiren al monte y apuesten por lo más grande: las carnestolendas y toda la complejidad de un jolgorio que es necesario amarrar en corto. Veremos a ver qué ocurre a partir de mañana. Del factor éxito con el lugar, de la satisfacción vecinal y del comportamiento de los fiesteros dependerá, en todo caso, una mayor o menor sintonía para abrir La Luz a los ciudadanos, siempre desde la lógica seguridad para los bienes y las personas. Así, sigue a la espera (o no) el corredor verde que envolvería el Acuario para llegar hasta a la salida de los cruceristas; una conexión con lo que queda de Santa Catalina; una racionalización del tráfico... Pero hemos empezado por los mogollones, los más típico a la hora de priorizar.

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