Asuntos Sociales

Cáritas visibiliza la ilegalidad y desprotección de las trabajadoras del hogar

El sector reivindica la tutela de la administración para garantizar sus derechos laborales, la regulación de las extranjeras y una red de cuidados familiares

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Visibilizar la situación de «discriminación sistemática, de humillación, ilegalidad, desprotección e irregularidad» que sufre el sector del empleo doméstico. Este es el objetivo del acto celebrado este jueves por el área de Empleo de Cáritas Diocesana de Canarias, con motivo del 30 de marzo, Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, para denunciar que, tras seis meses desde la aprobación del Real Decreto con las mejoras de las Condiciones de Trabajo y de Seguridad Social de las Personas Trabajadoras al Servicio de Hogar, la precariedad sigue siendo el sello de la situación laboral de estas personas y la contratación legal, una asignatura pendiente. Prueba de ello es que Canarias es la segunda comunidad con menos trabajadores de hogar afiliadas a la Seguridad Social -11 por cada 1.000 hogares-, según las cifras de afiliación difundidas por Funcas.

«Queremos dar voz a todas aquellas personas que no pueden salir a la calle a reivindicar mejoras de las condiciones laborales de las trabajadoras del hogar», indicó Elizabeth Herrera, técnica del Área de Empleo de Cáritas Diocesana.

Canarias es la segunda comunidad autónoma con menos trabajadores de hogar afiliadas a la Seguridad Social

Entre las principales lagunas que persisten a pesar de la nueva legislación, Herrera destacó la falta de contratos laborales que garanticen los derechos de estas trabajadoras. «En la legislación nueva, la responsabilidad del contrato laboral recae en el empresario pero, al no existir herramientas que validen que eso se de, o sea, no hay supervisión por parte de la Inspección de Trabajo para poder constatar que haya un contrato laboral en los hogares donde ellas trabajan, pues tampoco se puede cumplir». La técnica de Empleo de Cáritas hizo hincapié en la importancia del contrato laboral para cotizar en la Seguridad Social, poder optar a la prestación por desempleo, para que se garantice el cumplimiento del salario mínimo interprofesional y para poder optar en el futuro a una pensión por jubilación. «Si no existe ese previo de contrato, no podemos garantizar las condiciones laborales mínimas que establece la ley».

Cáritas Diocesana reclama la supervisión de los organismos públicos para elevar las contrataciones de las profesionales del sector del empleo doméstico

Ante dicha situación, Cáritas y el grupo de mujeres Trabajadoras del Hogar Maresía, una red de apoyo formada por unas 59 personas, creada desde la citada organización diocesana, se concentraron ayer ante las puertas de la sede en Gran Canaria de Cáritas Diocesana, donde leyeron un manifiesto en el que reivindican la tutela de la Administración pública para que se garantice el cumplimiento de acuerdos y derechos laborales de las trabajadoras del hogar, «generando así más conciencia social y supervisión en un sector hasta ahora invisibilizado».

También solicitan que se reconozcan los derechos fundamentales de las personas migrantes en situación irregular, con la regulación extraordinaria para personas extranjeras en España. Señalan a través del manifiesto, que las personas migrantes están «discriminadas e invisibilizadas por una ley de extranjería que las aboca a trabajar en este sector, profundamente marcado por la irregularidad y la economía sumergida, donde muchas personas trabajan sin contrato por su situación administrativa o, en el caso de las trabajadoras del hogar internas, que realizan el trabajo en condiciones que pueden llegar a considerarse de esclavitud».

Personas dependientes

Asimismo, instan a la Administración a implantar un sistema que garantice los cuidados y la atención familiar, a través de una línea ágil de ayudas públicas para aquellas familias con personas mayores y dependientes que necesitan este tipo de trabajadoras. Una medida encaminada a favorecer acciones que garanticen empleos de calidad. «La Ley de Dependencia existe, pero llega tarde y en muchas ocasiones también es escasa. Si la familia no tiene apoyo, herramientas, ni condiciones para tener a alguien en casa y poder cumplir con sus condiciones laborales dignas, evidentemente se fomenta la economía sumergida y la desprotección laboral para estas mujeres», apuntó Elizabeth Herrera.

Por todo ello, Cáritas Diocesana de Canarias reivindica el reconocimiento de las trabajadoras del hogar, «como trabajadoras de pleno derecho, imprescindibles para el desarrollo de nuestra sociedad, porque si ellas paran, se para el mundo», concluyen.

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