Fernando Valladares (CSIC): "La adaptación no es solo ponerse a la sombra cuando hace calor, es enfriar la economía"

En su nuevo libro La recivilización, que ha presentado esta semana en varios foros en Tenerife, Fernando Valladares hace hincapié en la necesidad de redefinir el modelo socioeconómico para poner a las personas por encima de la economía

Fernando Valladares, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC.

Fernando Valladares, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC. / Alba Valladares

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Las intervenciones que está teniendo estos días en Canarias van dirigidas a debatir sobre una triple crisis, ¿a qué se refiere?

La triple crisis hace alusión al cambio climático, a la crisis de biodiversidad y a las formas de contaminación. Tres grandes crisis ambientales que interaccionan entre ellas. Resolverlas pasa por establecer soluciones comunes y entender el lío en el que estamos pasa por ver esas conexiones. Luego existe una dimensión más social, en la que hablaríamos del modelo de civilización y del modelo socioeconómico, de la forma en que nos relacionamos con la naturaleza y los recursos naturales.  

En un momento como este, en el que estamos viendo una intensa fractura social ¿cómo perjudican los extremismos a la lucha contra el cambio climático?

Cuando el ambiente social está tenso tomar medidas profundas y drásticas que afectan al modo de vida de la gente no es nada fácil. Para mí el desafío es lograr explicar que esas medidas para mitigar el cambio climático solventarán muchas otras situaciones, debido a esas interconexiones que hay entre lo social, lo económico y lo ambiental. La sociedad de alguna manera está crispada porque está sufriendo en carne propia los impactos del propio cambio climático. Por eso hay que tener la mirada un poco fría, entender bien el diagnóstico y estas conexiones y ser valientes y decididos para poner en marcha al menos la mitad de las cosas que la ciencia propone. 

¿Cómo definiría los pasos que se han dado hasta ahora para intentar afrontar el cambio climático?

Hay muchos que van en la buena dirección, pero no van al ritmo que toca. Hemos reducido un poco el crecimiento de las emisiones, pero no podemos permitir que sigan creciendo. Lo que se está haciendo es insuficiente y ni siquiera todo es tan bien intencionado. Ya vemos que hay empresas que están aprovechando la transición energética para hacer negocio aprovechando la urgencia. Nos toca, por tanto, imprimir más ritmo a las cosas buenas y, por otro, destapar estas corrupciones e intereses de muchas industrias. Y no podemos contar el freno al desarrollo empresarial e industrial como un retroceso. Al contrario. Tenemos que verlo como una oportunidad para hacer las cosas mucho mejor, poniendo los derechos humanos, el bienestar real de las personas y su salud por delante de los negocios.

"El turismo masivo de Canarias no es una actividad sostenible y no se puede aguantar"

 ¿Cree que la población entiende lo que es el cambio climático? 

La población española está informada y preocupada por el cambio climático. Pero faltan dos cosas para que esa preocupación sea útil. Por un lado, entender que el turismo, la agricultura, la ganadería y el urbanismo están muy conectados y que resolver esta economía sin freno y sin límite traería consigo una mejora de la sociedad, de los valores humanos y de nuestra salud. 

¿Cómo abordamos el negacionismo?

El negacionismo no ha crecido en números, pero en una sociedad polarizada se nota más. En una sociedad de blancos y negro, hay un montón de grises que se pasan al negacionismo o que los clasificamos como tal, pero no lo son tanto. Lo primero que tenemos que hacer es ver qué tipo de negacionismo tenemos, que se pueden resumir en tres: patológico, por interés y el que tiene que ver con la duda científica. Es importante abordar en cuál estamos porque cada uno tiene un tratamiento diferente. 

Este año se está hablando de la influencia de El Niño en el Pacífico en las temperaturas globales. ¿En qué porcentaje cree que los sucesos extraordinarios que están ocurriendo en el planeta tienen que ver con ese proceso natural?

El niño está viéndose afectado por el propio cambio climático. El calentamiento global hace que el niño sea algo más frecuente y más intenso. Una vez que se da un evento de El Niño acrecienta la temperatura del mar y algunos de los extremos climáticos, favoreciendo que se alcancen récords climáticos. ¿Qué fracción de lo que observamos tiene que ver con el niño? Una muy pequeña, como tuvo en su día una fracción de calentamiento el volcán Tonga. El Tonga supuso un calentamiento del planeta, pero su contribución fue menor del 1% del calentamiento observado. Con El Niño está pasando algo parecido. 

¿Estamos entonces viviendo ya las consecuencias del cambio climático?

El cambio climático es exponencial y la ciencia se ha quedado corta. De alguna manera vimos venir la dirección pero no la intensidad del calentamiento. Y todos los efectos en cascada. Desde el permafrost a los grandes hielos del Antártida o los grandes bosques, todos los grandes subsistemas del sistema climático de la Tierra están sufriendo un efecto dominó. Una vez que se activan por el calor, generan más calor a través de la liberación de gases. Y esto es muy complicado de modelizar porque las interacciones entre ellas se conocen poco. Esto es una de las razones importantes por las que la ciencia se ha quedado corta estos dos últimos años. 

¿Cómo nos adaptamos a esta nueva realidad climática? 

La adaptación a esta nueva realidad supone aceptarla y entenderla. Cosa que no estamos haciendo del todo. Canarias con el turismo y con su desarrollo urbanístico es un ejemplo claro. No se puede abogar por un turismo masivo. Tanto por los aviones que vienen, como por el agua que consumen o los residuos que generan, no es una actividad sostenible. Y Canarias no es un caso aislado, no es que lo haga ni mejor ni peor que otros sitios. ¿Cuántos años más se va a poder aguantar eso? Aguantar eso supone degradar la situación. Cuando sea un problema irresoluble, estaremos en peor situación que si ahora mismo nos adelantamos un poco y, proactivamente, empezamos a tomar medidas. La adaptación no es solo ponerse a la sombra cuando hace calor, es empezar a tomar medidas para enfriar la economía. Porque la economía como la conocemos está en el origen de todos los problemas y lo único que hace es acentuarlos. 

Uno de los motivos de su visita a Canarias es la presentación de su nuevo libro ‘La recivilización’, ¿que encontrará en él el lector que se asome a sus páginas? 

El libro pretende hacer un compendio de mucha información pero pasar lo más rápido posible del diagnóstico a por qué no avanzamos. En este contexto abordo los desafíos a los que nos enfrentamos, que van desde la sanidad y el medio ambiente hasta la educación, las leyes, el marco jurídico y la política. El objetivo es que el lector comprenda que el cambio climático no es sólo un problema de la física del clima, si no que es cuestión de democracias y de igualdad. 

¿Qué mensaje optimista daría sobre esta crisis a la que nos enfrentamos? 

Que el cambio climático nos está haciendo abrir los ojos. Nos está mostrando la insostenibilidad de un sistema, pero también nos muestra que arreglando esa insostenibilidad, arreglaremos muchas cosas del día a día. Podemos aprovechar esta oportunidad del cambio climático para hacer una sociedad que nos haga sentirnos más orgullosos. El mensaje es que se puede, la ciencia sabe cómo y realmente no resolvemos el cambio climático porque no queremos. El truco está en querer. 

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