Igualdad

¿Jóvenes discriminados?

Especialistas analizan la polémica del dato del CIS, que muestra que el 44% de los varones creen que las políticas de Igualdad les marginan

Una madre trabajadora ayuda a su hijo a realizar las tareas escolares.

Una madre trabajadora ayuda a su hijo a realizar las tareas escolares. / La Provincia

Patricia Martín

Hay brechas de género que se han prolongado en el tiempo, y aunque hayan mejorado en los últimos años, todavía son zanjas que afectan al grueso de la fuerza laboral femenina. Son las que afectan al llamado techo de cristal, a las retribuciones y a los cuidados familiares

La primera encuesta del CIS sobre la percepción social de la igualdad entre hombres y mujeres ha dejado un sorprendente porcentaje: el 44% de los hombres creen que se ha llegado «tan lejos en la promoción de la igualdad que ahora se les está discriminando». Aunque otros datos del sondeo muestran que los avances hacia la paridad están asentados y son compartidos mayoritariamente, se ha despertado la polémica. Un análisis pormenorizado de los datos muestra que la mayoría de los varones que piensan así son votantes de derecha, pero también los hay de izquierdas y que el grueso son jóvenes de 16 a 24 años. Pero ¿por qué está calando especialmente en las nuevas generaciones los discursos antifeministas y en qué se sienten discriminados? Cuatro especialistas analizan para El Periódico, del mismo editorial que LA PROVINCIA– la encuesta, las percepciones sociales y dan respuesta a esta pregunta.

En primer lugar, precisa Teo Pardo, profesor y educador sexual, que la «promoción de la igualdad haya llegado tan lejos que ahora discrimina a los hombres» es una pregunta que hace el CIS en el marco de las «distintas opiniones» sociales en torno a esta cuestión. «Es una pregunta tendenciosa y que hace el juego a la ultraderecha», opina. Más allá de si la pregunta es o no acertada, el problema de fondo, apunta, es que el alto porcentaje de apoyo demuestra que hay una «reacción neomachista» que él lleva percibiendo, desde hace tiempo, en sus clases a chicos de 12 a 16 años y que han detectado antes otros sondeos. El apoyo al discurso antifeminista de un sector de los hombres, y jóvenes, no es nuevo. «A lo largo de los últimos 200 años, a cada ola del feminismo ha seguido otra del patriarcado», que ahor a se manifiesta con discursos en contra de la ley del solo sí es sí, la de violencia de género o la ley trans, apunta Pau Crespo, criminólogo y director del Máster en intervención en violencia de género.

Crespo subraya que «muchos hombres se han sumado al camino de la igualdad, pero una parte importante es reticente a renunciar a los privilegios que les otorgaban las posiciones de dominio y poder sobre las mujeres». El feminismo ha alcanzado «un empuje mundial» a través del MeToo, que en España se reflejó en la histórica y masiva manifestación y huelga del 2018, por lo que «los hombres ven que ya no están en la impunidad y están perdiendo privilegios y la reacción consiste en decir ‘se ha ido demasiado lejos y ahora nosotros somos las víctimas’», añade Marina Subirats, socióloga y directora del Instituto de la Mujer de 1993 a 1996. Por último, Marisa Soleto, jurista y directora de la Fundación Mujeres, indica que el dato del 44% contrario a la igualdad pone de manifiesto que la persistencia de los estereotipos de género aún es una «asignatura pendiente», sobre todo entre los jóvenes, algo «muy preocupante».

No obstante, apunta Pardo, la «reacción neomachista» no está generada por los jóvenes, sino por «partidos, medios y esferas de poder» que han sabido orquestar una campaña, sobre todo a través de las redes, que ha calado entre los jóvenes que tienen «malestares reales», como la precariedad, el racismo o familias con altas cargas de trabajo. «Con mucho dinero y medios, la derecha ha sabido capitalizar ese malestar mientras el ámbito educativo y los movimientos de justicia social no estamos pudiendo contrarrestarlo». Se suma, según Crespo, que el 90% de los jóvenes están formando su identidad sexualconla pornografía, «que choca» con el sí es sí y avances sociales al exhibir poder y violencia sobre las mujeres.

Las discriminaciones de las que suelen quejarse los hombres que simpatizan con los discursos que escuchan a influencers o en la llamada manosfera, en referencia a las comunidades virtuales misóginas, hacen referencia a que las cuotas dejan a hombres preparados fuera de algunos puestos o a que se ha llegado tan lejos que ahora cualquier mujer te puede acusar de agresión sexual y vas a la cárcel. Ambos, argumentos «falaces», según los expertos. Además, ha llamado la atención que el 32% de las mujeres apoyen que ahora se discrimina a los varones. Son, sobre todo, personas de mediana edad que votan a la derecha, religiosas y «que probablemente piensan que si reconocen que los hombres dominan, vean tambalearse su propia relación», apunta Subirats.

«Uno de los fallos –explica– es la división en el feminismo, que es un clásico en los movimientos sociales que se extienden pero que, en este caso, ha contribuido a que se piense que el feminismo es un caos». A ello hay que añadir que «la lucha contra el feminismo forma parte de la política actual». El feminismo se ha convertido en «una lucha en la izquierda por ver quién lidera el movimiento, lo que también origina contradiscursos que calan», interpreta Pardo.

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